Después de muchos años de ni siquiera mencionarse, la gripe aviar (AH5N1) volvió a nuestros recuerdos cuando el Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa) confirmó los primeros casos en la historia del país, el 24 de enero.
Esta enfermedad se diagnosticó en tres pelícanos pardos (Pelecanus occidentalis) en Punta Cocles, en Puerto Viejo, Limón. Las aves fueron trasladadas y permanecen en cuarentena. De momento, no se han visto más casos ni se tienen pruebas de que el virus esté presente ni en aves de corral, ni domésticas.
Costa Rica no es el único país en presentar la enfermedad. Se han reportado casos en México, Colombia, Perú, Ecuador, Venezuela, Chile, Honduras y Panamá.
¿Qué es la gripe aviar y cuáles son sus características? ¿Cuál es el riesgo de contagio para humanos? ¿Qué debería preocuparnos y qué no?
La Nación le explica estas y otras dudas de la mano del Senasa, del fiscal del Colegio de Médicos Veterinarios, Douglas Blanco Alvarado, y de documentos de la Organización Mundial de Sanidad Animal (WHOA, por sus siglas en inglés), la Organización Mundial de la Salud (OMS) e informes de especialistas en salud animal.
En esto, hay varios aspectos que confluyen: el virus causante y su forma de transmisión y “ataque”, las aves y su ambiente. Parte de ese ambiente somos nosotros, los humanos, pero la afectación para las personas, aunque no es nula, es mínima.
“Es una enfermedad que afecta a aves y tiene un potencial zoonótico, lo cual quiere decir que se le puede transmitir al ser humano”, especificó Blanco.
El virus
Al igual que sucede con la influenza humana, hay varios virus que causan la influenza aviar, explica la WHOA. En general, es un solo tipo, el A, con varios subtipos: H5N1, H5N3, H5N8. Las características genéticas de estos virus evolucionan con rapidez.
En el caso de la enfermedad presente en Costa Rica y el brote actual en América, el virus causante se denomina AH5N1. Es un virus muy contagioso entre las aves. Se trata de una enfermedad de alta patogenicidad, que provoca síntomas graves y es altamente letal entre los animales infectados.
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El período de incubación (tiempo transcurrido entre la infección y la manifestación de los primeros síntomas) puede variar entre 3 y 17 días, lo que hace que, en muchas ocasiones, un brote sea más complicado de detectar y controlar.
“Tiene un alto nivel de contagio y puede poner en riesgo la producción (de productos avícolas, en el caso de aves de corral) en muy poco tiempo”, advirtió Blanco.
El patógeno “viaja” en las heces y las secreciones respiratorias, y puede transmitirse a través del contacto directo con las secreciones de las aves infectadas. También por contacto indirecto a través de los piensos (alimentos secos) y el agua contaminados.
“La transmisión ave-ave es por contacto directo. Y la transmisión en los seres humanos, en los pocos casos en los que se ha visto, es por contacto directo con aves enfermas, no con sus huevos o carne. Es claro que no enfermamos al consumir huevos o carnes de estas especies”, destacó el veterinario.
Usualmente el primer síntoma en las aves es una caída completa en la producción (de huevos, en el caso de animales avícolas). Blanco dio un ejemplo con las gallinas ponedoras, que reducen al 100% la postura, presentan dificultad para tomar aire. Por eso mismo, hay jadeos y las crestas y barbillas se tornan moradas; también hay secreción ocular, síntomas nerviosos y muerte.
“La letalidad (porcentaje de animales con la enfermedad que muere) es muy alta, casi del 100% donde la tenemos instaurada”, puntualizó Blanco.
Aunque el potencial de contagio a humanos es bajo, se debe mantener la vigilancia. En este momento, en Suramérica hay una persona confirmada.
Según la OMS, los síntomas en humanos pueden ir de leves hasta graves y, en casos específicos, provocar la muerte.
Dentro de los síntomas y signos más comunes están fiebre, tos y dificultad respiratoria. Algunas personas sufren problemas gastrointestinales como diarrea. La letalidad es muy baja, pero existe. Usualmente, quienes se complican desarrollan neumonía.
Preocupación: que llegue a más aves
La preocupación de los especialistas en veterinaria y salud animal en Costa Rica es que pronto empezará la migración de las aves semilleras, las cuales, por su dinámica de vida, llegan a los comederos de las gallinas que hay en los patios a comerse su alimento.
Esto podría afectar la producción de productos avícolas, como ya está sucediendo en otros países.
“No es de alarmarse, es de estar preparados. En este momento, solo está en estas aves silvestres, pero el riesgo de que afecte aves de corral es lo que debe tenernos en alerta”, subrayó Blanco.
Quienes tienen aves deben estar pendientes de síntomas y ver si la producción decae. Si eso pasa, deben llamar a su veterinario para que tome las acciones necesarias.
El Senasa vigila el área donde aparecieron las aves infectadas con un perímetro de un kilómetro para monitorear las que se encuentran en la zona y detectar si hay algún tipo de infección.
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Una situación ventajosa es que la mayor cantidad de granjas de producción no está cerca de las costas, pero sí de patios de viviendas donde hay aves de corral. Los veterinarios de las zonas cercanas están pendientes para asesorar a esas familias.
Lo que no debería preocuparnos
La menor de las preocupaciones en este momento debería ser si los humanos podemos infectarnos. Es posible, pero es sumamente difícil que una persona enferme.
“Un llamado a la calma. El gremio veterinario y las instituciones están atentas y se tienen los protocolos preestablecidos. El consumo de huevo, pollo o gallina es seguro. El método de ingestión no es una forma de transmisión”, enfatizó Blanco.
Las medidas de bioseguridad para las granjas, incluso las caseras, deben tomarse en cuenta para minimizar todavía más el riesgo. Una de ellas es que solo la persona encargada del cuido de las gallinas y otras aves sea la única en contacto directo con ellas.
La enfermedad ya entró a Costa Rica pero sí puede ser contenida, de tal forma que solo se limite a estos pocos casos en pelícanos.
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En eso trabajan los profesionales. El compromiso de quienes tienen aves es monitorear si hay algún síntoma y notificar al veterinario.
Senasa hizo un llamado a no acercarse ni manipular aves muertas, en agonía o con alguno de los síntomas de este virus, y a reportar casos sospechosos a la línea de WhatsApp 8634-1489.