Muchas veces, la migraña no solo es ese insoportable dolor de cabeza, sino que también va acompañado por náuseas, vómitos, mareos, visión borrosa, confusión y sensibilidad a la luz. Para cerca del 11% de la población, son momentos en los que el dolor los aparta de sus actividades cotidianas.
“Hay una respuesta anormal en los vasos sanguíneos del cerebro, se dilatan y producen dolor”, afirmó el neurocirujano Eduardo Huertas.
“El problema con la migraña es que nos hemos acostumbrado a manejarla solamente con drogas. Incluso hay pocos médicos que le explican al paciente que esta es una condición crónica que no se cura; se controla, se pone en jaque, pero no se cura. Y mucha de esta forma de control pasa por la alimentación”, añadió.
Disparadores
De acuerdo con Huertas y con la nutricionista Sofía Jenkins, los migrañosos deben saber que algunos alimentos les pueden desencadenar crisis, como el vino tinto o el chocolate.
“No siempre es inmediato; hay quienes sienten migraña dos o tres días después del chocolate”, indicó Huertas.
Sin embargo, de acuerdo con los especialistas, hay una proteína que podría desencadenar crisis migrañosas en algunas personas: el gluten.
“No tiene que ver con enfermedad celíaca, que solo se da como en 1% de las personas. Hay muchas personas que no tienen esta enfermedad, pero que sí son sensibles al gluten y eso es algo que debe tomarse en cuenta para atacar las posibles crisis”, señaló Huertas.
Para Jenkins, no se trata simplemente de decir: “Voy a dejar de comer gluten”, y ya.
“Lo primero es saber si usted tiene esta situación, y para ello debe acompañarse de un profesional en nutrición. Si fuera sensible al gluten, debe tener un plan hecho por un profesional. El gluten en sí mismo no le va a hacer falta, pero sí debe reponer los otros nutrientes del trigo”, afirmó Jenkins.
¿Cómo saberlo? El primer paso consiste en seis semanas de dieta libre de gluten, y luego, con base en los síntomas y en los análisis, se sabrá si existe esta condición de sensibilidad.
“La mejoría no es inmediata. El cuerpo dura seis semanas en mostrar los primeros cambios y cerca de un año en ‘limpiarse’ por completo de todos los años que se ha consumido el gluten”, aseguró Jenkins.
Buscar lo natural
¿Qué opciones se tiene si se demuestra que sus migrañas son fruto de intolerancia al gluten ?
“No crea que ahora va a tener que comer aburrido o feo. El problema del tico es que es muy dado a comer muchos carbohidratos, pero hay muchísimas opciones”, aseveró la nutricionista.
Se recomienda comer muchas frutas y verduras, sustituir el pan por tortillas de maíz, dejar condimentos como sal, pimienta o consomé, y usar los naturales, como cebolla, ajo, chile dulce, tomillo, orégano y otras hierbas. También hay nutrientes en arroz, frijoles y carnes.
Esta idea de consumir lo natural también busca evitar productos procesados sin gluten.
“El gluten es el ‘amarre’ para un pan o una galleta; la falta de gluten de las galletas que se venden tiene que compensarse con azúcar o grasa, y, a la larga, una galleta libre de gluten tiene más calorías que una que lo tenga. Gluten free no es sinónimo de light ”, explicó Jenkins.
¿Y el ejercicio? Es vital en cada persona con migraña.
“Al menos 30 minutos todos los días, pero que sea una actividad que se disfrute; si no, la va a dejar de hacer más temprano que tarde”, concluyó Huertas.