La pandemia de la covid-19 mandó a muchas personas a trabajar desde su casa, y desde ese entonces, han convertido su hogar no solo en su oficina, también en su gimnasio.
Algunas buscan adaptar lo que ya hacían en su programa de entrenamiento; otras han visto en esta época el momento perfecto para dejar el sedentarismo.
“El gimnasio estuvo cerrado muchos días, las piscinas y polideportivos también, luego volvieron a abrir por días y bajo ciertas reglas sanitarias, pero a muchas personas les da desconfianza volver, otras no tienen dinero para pagar. Ahora pasamos más tiempo en casa y de nuevo se pone sobre el tapete la necesidad de hacer actividad física”, manifestó Luis Fernando Aragón, doctor en kinesiología y ciencias del ejercicio.
“Sobre la covid-19 no tenemos control para pararla y que desaparezca, sobre nuestro sedentarismo, sí”, añadió.
En este camino por mantenerse en movimiento, hay quienes piensan en buscar alguna máquina que les facilite el proceso. No obstante, mientras hay versiones domésticas del equipo visto en gimnasios o salas de ejercicio, también hay otros dispositivos que, en algunos casos se anuncian por televisión, y que prometen a la persona quemar calorías, ganar salud cardiovascular y masa muscular con solo unos minutos al día y sin sudar.
El Centro de Investigación en Ciencias del Movimiento Humano de la Universidad de Costa Rica (Cimohu-UCR) se dispuso a estudiar dos de estas máquinas que le ofrecen quemar calorías, bajar de peso y mejorar la salud sin moverse y sin sudar.
La conclusión: en resumen, no cumplen lo que prometen y sería mucho más saludable para la persona salir a caminar por el barrio o, en su defecto caminar ida y vuelta varias veces por los pasillos de su casa.
“Hay quienes, ya sea para motivarse o esperanzados en conseguir mejores resultados, compran uno de estos aparatos, tal vez no son tan caros como comprar una bicicleta estacionaria o una banda sin fin, pero tienen la esperanza de encontrar resultados por lo menos parecidos, y no es así”, señaló Aragón, quien es el coordinador de dichos estudios.
A prueba
Aragón y su equipo escogieron dos equipos caseros para evaluar. Uno de ellos es una plataforma sobre el que la persona se para y esta vibra en diferentes intensidades. La persona no se mueve, pero el dispositivo promete hacerle quemar calorías. En su publicidad, una modelo asegura haber perdido 277 kilocalorías en 10 minutos.
“El valor reportado es extremadamente poco probable, pues equivale al gasto de un atleta de calibre mundial de 72 kg corriendo durante 10 minutos a 22,4 kilómetros por hora”, cita el reporte.
La primera parte consistió en ver los posibles efectos agudos, es decir, los que se dan durante el ejercicio en términos de gasto de calorías, frecuencia cardíaca, respiración y consumo de oxígeno.
“Si no se veían diferencias en un primer momento con un grupo pequeño, no vale la pena de ampliarlo y ver efectos crónicos o a largo plazo”, expresó Aragón.
Entonces, los investigadores se dispusieron a monitorear cómo el uso de dicho dispositivo impactaba mientras la persona lo utilizaba.
Reclutaron a adultos jóvenes sanos. Primero se les pesó y midió, se les calculó su porcentaje de grasa y frecuencia cardíaca en reposo.
Posteriormente, se activó la máquina y se le puso a la mayor intensidad posible. Cada participante estuvo en ella durante diez minutos.
Al cabo de este tiempo se midió su gasto calórico y su consumo de oxígeno.
Los resultados: los participantes gastaron, en promedio 17 kilocalorías, valor que dista mucho de las 277 promocionadas (es un 6,14% de lo prometido).
La otra prueba se realizó a otro equipo al que el usuario le coloca sus pies y, la máquina comienza a moverse y con esto mover a sus pies. Un motor eléctrico mueve las plataformas horizontalmente, haciendo que los pies se muevan hacia adelante y atrás, la persona no requiere ni siquiera ponerse de pie; permanece sentada en todo momento.
Los participantes utilizaron la máquina por 10 minutos.
Al cabo de este tiempo la cantidad de latidos por minuto solo aumentó en siete. A la hora de ver el gasto calórico, se vio que se requeriría una hora para “quemar” 10 calorías.
“Los resultados sugieren que aquellas personas que utilicen este dispositivo en sustitución de la actividad física regular, como la caminata, están sacrificando beneficios importantes para su salud”, subraya el documento.
Aragón complementa: “no hubo ni evidencia de cambios en el flujo sanguíneo, mover los pies en forma pasiva ni siquiera se acerca a lo que nos provoca una caminata”.
Estos reportes son manuscritos o preprint y aún están en proceso de revisión por pares. La revisión por pares es una parte vital del método científico en donde un estudio es sometido a un grupo de expertos en la materia para que garanticen su veracidad, confiabilidad, integridad y consistencia. Por ello, estas investigaciones se consideran preliminares aún. Sin embargo, por la relevancia que esto causa en época de covid-19 se hace una divulgación temprana.
“Hay personas que, al hacer su inversión y no ver resultados se pueden frustrar”, manifestó el investigador.
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Ejercicio desde casa
Para el especialista, la casa puede convertirse en el escenario perfecto para realizar actividad física y mantenerse saludable.
Si la persona nunca ha hecho actividad física o lleva mucho tiempo de sedentarismo, caminar por el barrio o dar vueltas a la manzana es una excelente opción.
“Caminar es importantísimo: es muy barato, saludable y accesible a un montón de personas. No nos va a hacer bajar muchísimo peso, no nos va a entrenar para una maratón, pero sí nos va a dar mejor salud”, recalcó Aragón.
Si el barrio es inseguro o si la persona debe permanecer en casa por alguna razón, caminar dentro de la casa también es una opción.
“Pueden agarrar un pasillo y caminar ida y vuelta durante varios minutos”, dijo el especialista.
Dentro de casa también pueden realizarse otras actividades físicas, como bailar, subir y bajar escaleras o ponerle más fuerza al realizar los oficios domésticos.
En quienes ya realizaban ejercicio más moderado o intenso y estaban acostumbrados a ir a un gimnasio o piscina, pueden tomar las opciones que dan algunos centros de acondicionamiento físico, donde un profesional les realiza un programa de ejercicios específico a las condiciones de la persona, con lo que tiene en casa.
“Eso sí, vigile que sea una persona que sepa y que conozca sus especificidades, que tome en cuenta si usted tiene algún tipo de lesión, entre otras cosas”, enfatizó el investigador.
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¿Videos? ¡Sí! Pero de alguien que sepa
Otra de las características del ejercicio en este tiempo es que las clases en línea, por medio de videollamadas, transmisiones en vivo por redes sociales o por YouTube se han convertido han ampliado su oferta.
Aragón señala que pueden ser muy útiles y dar buenos resultados, pero también debe vigilarse quién diseña esas rutinas.
“Lo mismo que pasa con los aparatos caseros pasa con los videos: vamos a encontrarnos de todo”, apunta Aragón.
El especialista señala que debemos hacernos varias preguntas antes de saber si la persona está calificada para esto: “¿es graduado, tiene estudios, o solo tiene un ‘cuerpazo’?”.
El simple hecho de buscar en Google a la persona o al gimnasio o centro de acondicionamiento que difunde estos servicios podría dar indicios de los atestados de la persona.
Finalmente, el investigador pone énfasis en que la actividad física puede beneficiar mucho, pero debe hacerse con una buena técnica.
“No sirve hacer ejercicio solo hoy, o solo hoy y mañana, o solo hoy, mañana y toda la semana, es algo que debe ser constante en el tiempo”, concluye.
La recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es realizar 30 minutos de actividad física moderada al día. También puede sumarse este tiempo y dividirlo durante al menos tres días a la semana.
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