El “hackeo” a la CCSS obligó a apagar computadoras, pero, esto también tiene una consecuencia grave para combatir la pandemia: desde el 31 de mayo y hasta este momento no se sabe cuántos casos de covid-19 hay en todo el país, menos si van en aumento o a la baja; tampoco el número de personas hospitalizadas, fallecidas o la cantidad de vacunas aplicadas.
“Implica que estamos a ciegas. No vamos a saber la evolución de las hospitalizaciones. De hecho, podríamos llegar a una situación muy grave y darnos cuenta cuando estemos ahí”, declaró Tomás de Camino, director de la Escuela de Sistemas Inteligentes Universidad Cenfotec y experto en modelos epidémicos.
A eso, el epidemiólogo Juan José Romero, de la Universidad Nacional (UNA), agregó: “Aquí el problema no es tanto que yo no pueda tener los datos para hacer análisis y proyecciones. Aquí el problema sería más bien que el gerente médico de la CCSS no los tenga” para preparar los hospitales.
Para los especialistas, que esto ocurra cuando atravesamos una quinta ola dificulta el manejo de la enfermedad. Por esa razón, una explicación gráfica de lo que ocurre la dio Agustín Gómez, estadístico del Observatorio del Desarrollo de la Universidad de Costa Rica (OdD - UCR): “Es estar navegando en un mar con una tempestad... a ciegas. Se nos fueron los focos, se nos fue el timón, se nos fue la dirección y el que sabe cómo manejar el compás está ocupado sacando agua del barco”, dijo.
Gómez y su equipo realizan análisis constantes de la situación pandémica y elaboran proyecciones para anticipar eventuales embates que podrían darse y de esta forma estar preparados. En este momento, esas proyecciones están paralizadas y el estadístico lo comprende, pues, cree que la prioridad de la CCSS es atender la salud de cada asegurado, por lo cual, los datos pasan a un segundo plano.
Las proyecciones de estos expertos son de que esta última semana hubo un aumento de entre el 17% y 20% de casos de contagiados, según lo que marcaba la tendencia. En hospitalizaciones el aumento habría sido cercano al 15% o 20%.
El Ministerio de Salud confirmó la crisis. “Debido a la situación acontecida con los sistemas de información de la CCSS, no se publicarán los datos de la situación nacional por covid-19 correspondientes a la semana anterior”, indicó la oficina de prensa.
Solo se tienen disponibles cifras de laboratorios y centros médicos privados, pero la CCSS aglutina la gran mayoría de las pruebas diagnósticas y casi la totalidad de los hospitalizados, por lo que no es posible dar un panorama nacional.
¿Por qué no hay datos nacionales disponibles?
El hackeo a las plataformas informáticas hizo que, por seguridad y para no evitar males mayores, las computadoras de la institución se apagaran y las bases de datos no se llenaran más, con lo que se desactualizaron. Desde el 31 de mayo los servicios de salud, administrativos y financieros siguen funcionando “a pie”, con computadoras apagadas.
Se regresó a trabajar en expedientes y formularios físicos, con el consecuente retraso en todas las atenciones y en los sistemas de datos de información. Esto hace que no se tengan las bases de datos epidemiológicos de covid-19 actualizadas, tampoco los registros de vacunación. Cada establecimiento de salud maneja sus cifras a lo interno, pero no hay un consolidado nacional.
Al Ministerio de Salud se le envía información a través de las boletas, pero este proceso es mucho más lento.
En este momento se desconoce cuándo se restablecerán los servicios y cuánto tardaría en ponerse al día con los datos de papel.
Para Juan José Romero, a simple vista la cifra más complicada de obtener es la de casos, dada su gran magnitud, pero también es difícil para hospitalizaciones y fallecimientos.
“Cualquiera puede decir que las hospitalizaciones se recogen facilísimo. No es cierto. El sistema hospitalario interna muchísima gente por muchísimas razones. Tener el conteo de cuántas personas hay en salón y cuidados intensivos por covid-19 y no por otras cosas, cuesta el doble o triple que antes. Incluso, los fallecimientos, cuando solo hay entre tres y cinco por día, también cuesta, es una razón más dentro de un montón de causas”, explicó.
De Camino reconoció que hay preocupación de parte de la CCSS, pero espera respuestas de la ministra de Salud. “Necesitamos una respuesta de la ministra ya. ¿Dónde está el plan? Llevamos una semana en esto y no se nos ha dicho un plan”, puntualizó.
Según los especialistas, el hackeo complica un análisis que ya de por sí tenía vacíos sin solventar en lo que llevamos de pandemia (comenzó el 6 de marzo del 2020).
“En dos años no hemos podido tener un plan de control y manejo de epidemias con un sistema de monitoreo de datos y sistema de acción de corto, mediano y largo plazo. No existe”, subrayó De Camino.
Además, el error humano también es mayor cuando se utiliza lápiz y papel y los datos pasan por más manos.
“Aunque a nivel local ese llenado a mano de la información se haga bien, trasladar eso a un archivo de Excel, porque no se tiene el sistema de administración de bases de datos, hay que pasar hojas de cálculo que van incompletas, que lleven datos perdidos y probablemente haya más errores humanos y que hagan muy difícil su consolidación”, aclaró Romero.
De Camino añadió: “El manejo manual añade una serie de imprecisiones y de errores que hace más difícil el trabajo. Por eso este asunto del hackeo es realmente grave y peligroso”.
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¿Qué hace la CCSS con la información de estos días?
La Nación consultó con la CCSS. El Centro de Atención de Emergencias y Desastres (CAED) envió su respuesta a través de la oficina de prensa. Además de la atención a los pacientes, la seguridad social elaboró dos estrategias para los datos; una sobre hospitalizaciones y otra sobre casos.
“La Gerencia Médica habilitó un censo diario atendido por los directores médicos de los centros de salud, ahí se recopilan datos para identificar la ocupación hospitalaria y estado del funcionamiento de los servicios, mientras se restablecen los sistemas. De existir algún con saturación de servicios, se activan los mecanismos para atender cualquier aumento de demanda”, señaló el CAED.
“Se estableció un canal de comunicación con el Ministerio de Salud para reportar los casos confirmados con la Boleta de Notificación Vigilancia Epidemiológica VE 01. La gestión no es automatizada como antes, pero se mantiene activa para la atención que la población requiere”, añadió.
La prioridad sigue siendo que cada usuario tenga acceso a su prueba diagnóstica, su resultado, tratamiento médico y orden sanitaria. Además, todos los centros de vacunación permanecen abiertos y laborando de manera activa, únicamente se le pide a la persona llevar su carné para anotar la dosis.
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La solución: comenzar en el nivel local
Romero indica que, en medio de la oscuridad de datos, que cada Ebáis, clínica y hospital trabaje con sus datos y proyecciones locales es trascendental.
“Probablemente, el Hospital Monseñor Sanabria, en Puntarenas, sabrá que por el ritmo de hospitalización que llevan, esperaban tantos hospitalizados nuevos, pero tantos saldrían. Esa dinámica no se vería tan afectada. Ellos sabrían qué esperar y en qué momento pedir ayuda a hospitales más grandes”, manifestó.
Para los analistas, hay una ventaja, y es que en este momento no nos encontramos ante saturación hospitalaria.
“La vacuna, la mascarilla, el análisis de expertos han contribuido al manejo del covid. Sin embargo, hay elementos inciertos, ¿qué pasa si la vacuna deja de ser efectiva con una variante? La única forma de controlar esto es con un manejo adecuado y a tiempo real de los datos”, concluyó De Camino.
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