Jeringas y residuos biológicos e infecciosos están entre los desechos que el Hospital Nacional de Niños (HNN) comenzará a desintegrar con tecnología de plasma. Será el primero de un plan que impulsa el Laboratorio de Plasmas para Energía de Fusión y Aplicaciones del Instituto Tecnológico de Costa Rica (Tec).
La iniciativa se desarrolla en conjunto con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), que donó $150.000 (unos ¢81,3 millones) para la adquisición de una “antorcha de plasma”, un dispositivo especial que permite tratar los desechos.
Iván Vargas Blanco, físico nuclear y coordinador del Laboratorio de Plasmas del Tec, recordó que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado que los desechos sanitarios representan una de las tasas más altas en la generación de lesiones y propagación de infecciones.
“En respuesta a estos dilemas de salud y medio ambiente, el Laboratorio busca mejorar la calidad de vida tanto de los pacientes como del personal del Hospital Nacional de Niños de Costa Rica con la implementación de tecnología basada en plasma“, expresó.
El plasma es el cuarto estado de la materia. Es el más abundante en la naturaleza universal y tiene un sinnúmero de aplicaciones posibles que los científicos están empezando a explorar.
Desechos de cuidado
En el HNN, el volumen de desechos diarios es de entre 500 y 1.000 kilos, como había informado en una entrevista anterior con La Nación, Pedro Murillo, jefe de Ingeniería y Mantenimiento del centro médico. Estos desechos requieren un manejo diferente, por eso en los centros de salud se depositan en bolsas de color rojo y de un material más grueso.
Este tipo de residuos “de bolsa roja” deben ser tratados en máquinas llamadas autoclaves, recipientes a presión en donde los desechos se llevan a una temperatura superior a los 30 °C. Este proceso “inactiva” los microorganismos presentes en los residuos antes de su disposición final y se evita que salgan al ambiente y dañen la salud de los seres vivos.
El plasma vendría a constituir un paso más para mejorar el manejo de desechos y en el uso de tecnologías más eficientes y amigables con el ambiente.
“El gasificador de plasma es como una antorcha que prácticamente desaparece la basura. Eso nos genera una disminución muy grande de residuos”, expresó Murillo en aquel entonces.
En esa misma entrevista, Adriana Romero, directora administrativa HNN, coincidió: “si esto ayuda a que los residuos puedan tratarse mejor, ya no tendríamos la cantidad que siempre generamos”.
El proyecto comenzó a gestarse en 2018, se precisó más en 2020 y en este momento se terminan de definir los alcances del proyecto.
La vicepresidenta de la República y ministra de Salud, Mary Munive Angermüller visitará el próximo 18 de agosto el Laboratorio de Plasmas para conocer los avances.