Desde ayer, las mariposas son parte de la terapia contra la ansiedad y el estrés que reciben los pacientes de rehabilitación del Hospital Nacional Psiquiátrico.
Un mariposario ubicado en la finca de este centro médico permite a los pacientes relajarse y aprender a cuidar a las mariposas.
Sin embargo, el jardín de mariposas no es la única parte de este proyecto, pues el centro médico cuenta además con un laboratorio en para criar mariposas.
En este lugar, los pacientes toman los huevos, los ayudan a convertirse en orugas y vigilan su crecimiento hasta que se convierten en mariposas y pasan al jardín.
En un futuro, se espera que los pacientes puedan también vender estas mariposas y otros productos. Así, obtendrían algún dinero y un trabajo estable para comenzar su reinserción a la sociedad.
El proyecto comenzó hace un año, y se gestó con ayuda de biólogos y técnicos del Instituto Nacional de Biodiversidad (INBio).
“La idea es que las mariposas y las personas con enfermedades mentales se ayuden mutuamente a socializar.
“ Este es un excelente espacio terapéutico que relaja y baja la ansiedad, pero que también les enseñará a los pacientes sobre responsabilidad, trabajo en equipo, concentración y cómo realizar diversas labores. Esto les ayudará a conseguir trabajo en un futuro”, comentó Lillia Uribe, jefa de rehabilitación del hospital.
“Ya hay que deshacerse del concepto de que un hospital psiquiátrico es solo un asilo. Los pacientes necesitan espacios abiertos, donde puedan relajarse y despejar la mente, donde puedan aprender y mantener su mente activa.
“ Es la mejor forma de rehabilitarse. Además, con este mariposario se abren posibilidades de oportunidad laboral”, agregó Víctor Navarrete, director del hospital.
Entusiasmados. Más de 200 pacientes, entre internos y personas que acuden a citas, pueden beneficiarse con el jardín.
Unos 20 pacientes trabajaron activamente por la construcción de este mariposario. Para ellos, la apertura de este sitio abre la puerta a muchas posibilidades.
“Comenzamos a trabajar desde hace más de un año y aprendimos mucho. Ver este jardín abierto es sueño hecho realidad, pero lo mejor es lo que vamos a aprender de ahora en adelante”, dijo Pablo Fernández, uno de los pacientes.
“Esto nos da oportunidades, el venir a citas en el hospital no quiere decir que no podamos aprender y superarnos. Esto nos ayuda a crecer mucho”, añadió Javier Molina.
El mariposario cuenta con unas 50 mariposas de cuatro especies distintas. Se espera que con el laboratorio, esta población crezca mucho más.