El Hospital San Juan de Dios confirmó la tarde de este lunes que se descartó la presencia de la bacteria Streptococcus agalactiae en dieciséis bebés prematuros que permanecen internados en ese centro médico. Uno de ellos sí registró infección.
Esta bacteria fue la causante del fallecimiento de tres recién nacidos en el último mes y medio.
Una bebé que también resultó infectada permanece en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales. Ella ya está libre del patógeno, pero permanece en dicho servicio por su condición de prematuridad.
“Solo se confirmó que un bebé porta la bacteria, al menor se le dio egreso del hospital en óptimas condiciones, con su peso adecuado y se le proporcionará el seguimiento debido por tres meses”, indicó Ileana Balmaceda Arias directora médica del hospital.
Dicho microorganismo es inofensivo en el organismo de adultos sanos, pero en bebés puede causar infecciones en la sangre, neumonía y meningitis, y con ello, la muerte, especialmente si se trata de menores prematuros que están totalmente desarrollados.
Los menores fallecidos tenían entre 1.500 y 2.280 gramos de peso, todos tenían aproximadamente un mes de vida. Los dos primeros fallecieron cuando se dio la alerta a finales de mayo pasado, el tercero murió días después.
Por esta razón, el centro médico sometió esta sala neonatal a una desinfección y limpieza profunda, que comenzó el viernes y terminó este lunes.
Esta área ya se encuentra en funcionamiento normal y 22 recién nacidos fueron trasladados de nuevo a esta unidad, ninguno presenta la Streptococcus agalactiae.
Funcionarios de Trabajo Social, de Enfermería y de Neonatología darán charlas informativas y educativas a las madres y padres de los bebés que permanecen hospitalizados.
La investigación del origen y características del brote continúa a cargo de Vigilancia Epidemiológica y la Unidad de Prevención y Control de Infecciones.
Prematuros son población vulnerable a bacterias
Nacer antes de tiempo aumenta los riesgos de que un bebé no pueda enfrentar cualquier tipo de infección.
Un embarazo completo es de 40 semanas. Si se nace antes de cumplir la semana 37 ya el menor es considerado prematuro.
Un bebé será considerado muy prematuro si nace entre la semana 28 y la 32; y prematuro extremo es aquel no alcanzó a cumplir las 28 semanas en el vientre materno.
Desde que llegan al mundo, los cuidados que reciben estos niños son mayores, pues sus órganos no han terminado de desarrollarse.
Dentro de las posibles complicaciones, están la necesidad de reanimación al nacer, los males respiratorios, los daños en la vista, retrasos en el desarrollo psicomotor, pasar dos o tres meses en el hospital y la amenaza de morir en el proceso.
A esto se suma el hecho de que muchos prematuros tienen bajo peso, es decir, menos de 2.500 gramos, o muy bajo peso, menos de 1.000 gramos.
Como si fuera poco, los menores pierden peso en los primeros días de vida, pues las funciones básicas como respirar, llorar o comunicarse les hacen perder calorías.
En el mundo, el bajo peso al nacer es un factor responsable del 80% de las muertes en el primer año de vida.