Cuando Julia Fernández, presidenta de la Asociación Costarricense de Pediatría (Acope) vio la noticia del “receso lluvioso”, pensó que la suspensión de lecciones era para las zonas afectadas por inundaciones y por problemas en infraestructura o en los caminos para llegar a las escuelas. Al enterarse de que era para todo el país, pensó que se echaría mano de la virtualidad, pero no.
Aunque sean solo cinco días que luego se repondrán, esto no deja de preocupar a la pediatra, quien considera que regresar a un uso más riguroso de la mascarilla podría tener un mayor impacto en desahogar los servicios de salud sin necesidad de frenar el curso lectivo unos días.
“Ya el proceso de educación venía encarrilándose. Uno entiende las diferencias entre colegios privados y públicos, las zonas del país, la disposición de los docentes, pero ya se estaba avanzando. Me extraña esta detención tan súbita. Me imagino a los papás que tienen que trabajar, sin preparación para ver quién se va a hacer cargo de los niños”, destacó.
Fernández es consciente de la saturación de los servicios hospitalarios por infecciones respiratorias en los menores, no solo en el Hospital Nacional de Niños (HNN), también en otros centros de salud, ya que ha hablado con pediatras de hospitales como Upala, Nicoya, Ciudad Neily y Limón, todos presentan la misma saturación.
No obstante, reconoce su sorpresa de que el Ministerio de Salud anunciara la suspensión de clases por una semana en este momento.
“Lo extraño es ahora, cuando nosotros veníamos advirtiendo de la situación desde hace más de un mes y pudo haberse planeado distinto.
“Los niños van a estar metidos en la casa pero volverán la otra semana y si hay niños enfermos volverán a caer. A padres que pueden ver a sus hijos con fiebre y no tienen con quién dejarlos y los envían a la escuela. Y esas son esas bolsas de contagios”, añadió.
A esto se le debe agregar que no todos los menores se quedarán en casa, y podrían ir a lugares con aglomeraciones en donde se expongan a diferentes virus, aseguró la especialista.
Este martes, Olga Arguedas, directora del HNN, afirmó que el centro médico amaneció con 105 niños internados con diferentes virus respiratorios. De ellos, 20 están en una unidad de cuidado intensivo (UCI), además, hay nueve con ventilación mecánica en el servicio de Emergencias. En este momento, el virus más común es el respiratorio sincitial.
La meta con el cierre de escuelas entre este martes 11 y el viernes 14 de octubre, según la ministra de Salud, Joselyn Chacón, es bajar las hospitalizaciones en un 25%.
De acuerdo con Fernández, otro aspecto a considerar es que los niños menores de dos años, más vulnerables a este tipo de virus, pueden contagiarse de cualquier persona que sale del hogar. Es normal que uno de los padres “pesque” uno de estas enfermedades en su trabajo y lo lleve a casa y de ahí a todos los demás miembros, por eso la pediatra insiste en la importancia de la mascarilla.
“Nosotros lo dijimos, debe usarse la mascarilla. Las mascarillas debieron haberse mantenido en aglomeraciones y sitios cerrados. ¿Qué hace la gente un domingo cuando llueve? Irse a meter al mall. Ahí hay mayor circulación de todo tipo de virus y una mascarilla ayuda a filtrar y baja las probabilidades de transmisión”, recalcó.
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Medida polémica
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Para Mauricio Guardia, presidente del Colegio de Médicos y Cirujanos de Costa Rica, la decisión de Salud es polémica, pero considera que es un primer paso para atender la crisis de internamientos, por lo que sí la respalda.
“En el pasado, cuando se han mantenido las burbujas familiares, con mascarilla y distancia hemos podido evitar el avance de los contagios de los virus respiratorios. Los virus evolucionaron y por eso tenemos un Hospital de Niños saturado. Hace como tres semanas nosotros comenzamos a pedir a los padres que no mandaran al colegio a niños resfriados para evitar el contagio”, agregó.
El médico dio un ejemplo de que, si se diera una gran emergencia, el HNN no tendría capacidad de atención porque ya está saturado.
“La medida puede ayudar para evitar otras patologías o accidentes, porque no tienen capacidad de atender otras eventualidades”, señaló Guardia.
El especialista indicó que lo más importante está en medidas que las familias deberían seguir tomando: lavado de manos, evitar aglomeraciones y usar mascarilla en sitios cerrados con alta circulación de personas.
“Si esta semana no se logra bajar un poco el avance de los internamientos debería ponerse el uso de mascarilla obligatoria al menos en los centros educativos”, subrayó.
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¿Qué deben hacer las familias con niños pequeños?
Fernández y Guardia indicaron que las familias que tienen hijos menores de dos años, los más vulnerables en estas condiciones, deben tener mayores cuidados, pues a estas edades el sistema inmunitario sigue inmaduro y una exposición a cualquier virus o patógeno puede ser más grave.
Dentro de estas medidas están:
- Si hay alguien resfriado en el hogar, que utilice mascarilla si va a acercarse al bebé.
- Si la mamá está dando de mamar y se siente resfriada, que amamante con mascarilla. “Si ella estornudara o tosiera, los virus pueden irrigar al niño”, precisó Fernández.
- Si tienen hijos en edad escolar ,no los envíe a la escuela si están resfriados o enfermos.
- Evitar las aglomeraciones.
- Uso de mascarilla en sitios cerrados.
- Que toda la familia tenga completo su esquema de vacunación contra todas las enfermedades.
- En el primer mes de vida del bebé evitar salidas y no recibir visitas.
“Seamos responsables con nosotros mismos. Hace dos años, cuando comenzó la pandemia, dijimos que había que cuidar a los viejitos, ahora debemos cuidar a los infantes”, concluyó Guardia.
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