Se ofrecen como dispositivos que buscan “reducir el daño” a la salud de personas que ya fuman y no piensan dejar de hacerlo. Son productos que calientan el tabaco sin quemarlo y, según las promesas de la industria tabacalera, esto reduce exponencialmente los daños. Sin embargo, autoridades de salud en el ámbito mundial, científicos y médicos de diferentes países advierten que estas prácticas pueden ser peligrosas e insisten en que la única solución es dejar el vicio
“Estamos claros en una cosa: lo mejor que puede hacer una persona es no comenzar a fumar del todo, y lo mejor que puede hacer un fumador es dejar por completo de fumar. Sin embargo, hay un grupo de personas que nunca hará esto, que no quieren dejar de fumar, entonces deben tener opciones que tengan menos daños para su salud, el riesgo no se elimina, siempre hay riesgos, pero serán mucho menores”, expresó Andrea Costantini, jefa de de Compromiso Científico Regional para América Latina y Canadá de la empresa tabacalera Philip Morris. Ella estuvo de visita en La Nación para referirse a este tema.
Estos productos aún no se consiguen en Costa Rica, pero Costatini estuvo de visita en el país para reunirse con diferentes asociaciones y brindarlos como una alternativa.
Esta no es la primera vez esa compañía busca generar este tipo de conversaciones con distintos sectores. Wing Ching Chan Cheng, coordinadora de las Clínicas de Cesación de Tabaco de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) indicó que sí se han mostrado interesados en hablar con autoridades médicas.
“Han tratado de reunirse con la Academia Nacional de Medicina o con el Colegio de Médicos para que ellos tengan la información y se la den a los pacientes, preparar el terreno. Pero lo cierto es que lo único que debemos promover es que las personas dejen de fumar. Con una droga como el tabaco no puede hablarse de reducción del daño, aquí es buscar el cero daño al no fumar", subrayó.
“Estos productos pueden causar más daño del que prometen. hay personas que por su genética dos cigarros ya los enferman, imagínese, esa ‘reducción del daño’ igual los afectaría mucho”, agregó.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y especialistas médicos advierten que estos productos esconden más peligros de los que sus promotores afirman.
En el Reporte de la Epidemia Global del Tabaco 2019, difundido el pasado 26 de julio, este organismo mundial arremetió contra estos productos y el tipo de propaganda hecha por las compañías tabacaleras.
“Los productos de tabaco calentado se promocionan como alternativas más seguras para fumadores. Quienes los elaboran los catalogan como ‘con potencial de causar menos daños’ o ‘posiblemente causan menos daños’, pero esto no demuestra un riesgo reducido”, cita el documento.
Y añade: “Sí contienen tabaco y deben ser reguladas como tal. Sí producen emisiones tóxicas, algunas son similares a las del humo del cigarrillo, los usuarios también pueden estar expuestos a emisiones del tabaco calentado, y las personas cercanas también. Sí es cierto que hay tóxicos que sí contienen los cigarrillos que no están presentes en estos nuevos productos, pero un nivel más bajo no necesariamente implica menos daños. Además, contienen nicotina, una sustancia altamente adictiva”.
El informe aclara también que, dado que estos productos comenzaron a ver la luz en el 2014, aún es demasiado pronto como para tener datos sobre daños acumulativos o a largo plazo.
¿En qué consisten estos productos?
Philip Morris tiene como punta de lanza el producto de tabaco calentado, que ya está disponible en 48 ciudades. En América Latina el dispositivo está en República Dominicana, Curazao, Guatemala y Colombia.
Sin embargo, también desarrollan otros productos, dentro de los que están opciones de sistemas de deliberación de nicotina (ENDS, por sus siglas en inglés) y un cigarrillo electrónico que ya está disponible en Inglaterra.
“Debemos darle opciones a la gente para que sea lo más similar posible a cigarrillo que ya fuman para que el cambio no les afecte y no quieran regresarse al cigarrillo convencional, por eso diversificamos opciones”, especificó Costantini.
“El mayor daño se da cuando se combustiona el tabaco, solo quemarlo baja el riesgo exponencialmente”, aseguró.
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‘Formas menos dañinas’ de usar el tabaco
Estos son los productos que se promocionan para que los fumadores que no quieren dejar el cigarrillo tengan una opción que dañe menos su salud.
FUENTE: PHILIP MORRIS, OMS, CDC, FDA.. || J.C. / LA NACIÓN.
No obstante, las autoridades de salud y especialistas son claros en que las bondades que prometen estos productos no son tales.
“En cuanto al tabaco calentado, existe evidencia de que muchos de los químicos dañinos que se generan por estos productos son muy similares a los de cigarrillos convencionales a niveles más bajos. Sin embargo, también hay alguna evidencia de que hay nuevos químicos en estos productos que no están presentes en los cigarrillos y que podrían causar algún daño a la salud”, menciona el informe de la OMS.
El reporte también manifiesta: “Todavía, la evidencia no muestra que estos productos puedan reducir las enfermedades relacionadas con el tabaco. Tampoco podemos saber si atrae a personas que anteriormente no fumaban y que puedan dañar su salud”.
Para Jean Carlo Córdoba, profesor de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Costa Rica (UCR) y quien realizó su práctica doctoral en el Departamento de Control de Tabaco del estado de Nueva York, Estados Unidos, e hizo una revisión sobre estos dispositivos alternativos al fumado, hay algunas cosas que las tabacaleras podrían estar ocultando sobre sus productos.
“Ya solo con calentar el tabaco se forman sustancias como formaldehído, que son cancerígenas. Además, estos productos no son vendidos como medicamentos para tener menos efectos, son vendidos como algo recreacional, las personas hacen uso libre, no hay dosis, no hay seguimiento médico, no hay guía, no puede medirse que en serio el efecto sea menor", aclaró Córdoba.
Además añadió: “El negocio de ellos es la nicotina en sí misma, que es la sustancia que genera adicción, mientras la mantengan, la gente seguirá buscando sus productos”.
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¿Intromisión?
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En su reporte difundido en julio pasado, la OMS es enfática: “la intromisión de la industria del tabaco es el obstáculo más grande para reducir el uso del tabaco”.
“Esta industria tiene una gran variedad de tácticas para obstruir, retrasar, debilitar o hacer a un lado las medidas de control de tabaco a nivel internacional, nacional y a lo interno de ciudades”.
Para la autoridad mundial de salud, la campaña Unsmoke (sin fumado) de Philip Morris desestima la importancia de la cesación de tabaco: “presentan una alternativa fácil para fumar con menores daños que los cigarrillos convencionales, ¿para que dejar de fumar cuando puedes tener algo parecido con menos daños?, pero eso no está comprobado".
A esto, según la OMS se añade que promocionan los estudios realizados por ellos y tienden a bajarle el piso a los estudios independientes.
“La OMS descuida a una población importante: la gente que no dejará de fumar porque no quiere. Son tres patas de un banco: el evitar que la gente que no fume no comience a fumar, darle herramientas para dejar de fumar a quienes quieren dejar de hacerlo, pero no pueden darle solo esa opción a quienes no quieren dejar de fumar, estas personas deben tener una opción que no les cause tanto daño”, destacó Costantini.
Según dijo, los estudios que ellos han realizado “han sido probados por institutos independientes que sí han servido a la gente para dejar de fumar y pasarse a estos productos”.
Sin embargo, tanto Chan Cheng como Córdoba insisten en que hay personas que usan ambos tipos de productos, por lo que no dejan los cigarrillos covencionales del todo.
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¿Menos daño u otra forma de enviciarse?
Para Chan Cheng, el decir que hay personas que no dejarán de fumar del todo es mentira, pues la experiencia en las clínicas de la CCSS y la evidencia internacional dicen lo contrario. Para ella, esta es una forma de la industria de mantener a las personas en el vicio, solo cambia la presentación y la dosis de sustancias, pero la adicción se mantiene.
“He tenido personas que han entrado a la consulta sin querer dejar de fumar pero ni un poquito, y al salir de la clínica dejan de fumar”, puntualizó.
Para la especialista, la evidencia es clara de que todas las personas son capaces de dejar el cigarrillo, para algunas es más fácil que para otras. Es por esta razón que las consultas en la CCSS abordan el tabaquismo de manera integral y les brindan seguimiento a los pacientes, se les dan opciones y se les explican los riesgos.
“Algunas personas reaccionan cuando ya hay problemas como tos constante, disfunción eréctil, dientes amarillos, o las consecuencias para su familia. Hemos visto gente que fumaba muchísimo, muchísimo, que no quería dejar de hacerlo, o que había recaído, pero ya hoy no fuma. No vamos a promocionar reducción del daño, ya hemos visto que el daño puede desaparecer”, concluyó.