Una de cada seis personas adultas en el mundo, es decir, el 17,5% de la población mayor de 18 años presenta infertilidad, esto significa que no pueden conseguir un embarazo luego de un año de tener relaciones coitales de forma regular y sin protección. Así lo dio a conocer la Organización Mundial de la Salud (OMS), este lunes 3 de abril.
Estas cifras superan las de estimaciones anteriores que hablaban de entre un 10% y un 15% de las parejas.
“La infertilidad es una condición de salud mayor que está diseminada por el mundo. En este sentido, debemos ver a la infertilidad como una enfermedad del sistema reproductivo del hombre, de la mujer o de ambos”, señaló Pascale Allotey, directora del Programa de Salud e Investigación Sexual y Reproductiva de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y del Programa de Reproducción Humana de Naciones Unidas.
“La infertilidad no solo afecta la salud mental y emocional de quienes la viven, también tiene una carga y una presión social que no se ve en otras condiciones de salud. La dificultad para conseguir un embarazo reviste un estigma”, añadió la especialista en conferencia de prensa.
Allotey indicó que cuando una pareja recibe esta noticia luego de meses de estar buscando un embarazo, la relación se pone a prueba. En algunos contextos, la violencia hacia ellos se incrementa. A esto se le añade que son pocas las parejas que tienen los recursos económicos para tratamientos de fertilidad, por lo que muchas recurren a endeudarse.
Para la experta, el diagnóstico y tratamientos de fertilidad asistida deberían ser parte de los servicios de salud pública, así como lo es la anticoncepción.
James Kiarie, coordinador de Anticoncepción y Cuidado de Fertilidad de la OMS, expresó que no hay evidencia para decir que esta condición haya venido en aumento, pero los números sí ponen en evidencia que esto no es un asunto de unos pocos.
LEA MÁS: Falta de investigación científica en infertilidad agobia y desgasta a parejas
El informe
Para dibujar este panorama, los investigadores de la OMS tomaron como base 12.241 estudios a nivel mundial que abordaron el tema entre 1990 y 2021. Luego de discriminar y quedarse con los de evidencia más sólida se analizaron los datos de 133 investigaciones.
![](https://www.nacion.com/resizer/p259TKGMtDvQ3krMi-6f1r3cTwE=/1440x0/filters:format(jpg):quality(70)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/gruponacion/IXTYU4U2X5HZ7FK4UYWZSBQDEQ.jpg)
La infertilidad se da cuando una pareja lleva al menos un año intentando concebir y no lo logra. Fotografía: Shutterstock (Shutterstock)
Encontraron dos definiciones: el de la infertilidad durante el período de vida fértil, que es la proporción de personas que ha tenido infertilidad alguna vez en sus años de fecundidad (para las mujeres, entre los 12 y 49 años, para los hombres se extiende hasta los 60). Aquí entran personas mayores que nunca concibieron, pero ya pasaron su etapa fértil o quienes tuvieron problemas para concebir durante más de 12 meses y luego lo lograron. En el mundo, el 17,5% de los adultos se encuentra en esta categoría.
También está la prevalencia de infertilidad, que implica cuántas personas pasan (o pasaron) por esta condición durante un período de tiempo en específico (pasado o presente). Por ejemplo, para 2022, se estima que la prevalencia fue de 12,6% de los adultos.
Recordaron la diferencia entre infertilidad primaria y secundaria. La primaria se da cuando nunca antes se han tenido embarazos; la secundaria se da cuando una persona que ya tuvo uno o más hijos decide buscar otro y no lo consigue.
Los investigadores determinaron que las diferencias no eran muchas entre los países con más o menos ingresos, ese promedio mundial de 17,5% sube a 17,8% en los países de ingresos y baja a 16,5% en los de ingresos medios y bajos.
“Esto nos indica que es un asunto global que afecta a muchas personas en diferentes países y con todo tipo de ingresos”, aseguró Gitau Mburu, uno de los autores del reporte.
“Es necesario que los países aporten el diagnóstico de la infertilidad a tiempo, para que las parejas sepan a qué se enfrentan, esto puede también mejorar sus oportunidades de concebir y tendrán menos afectación a su salud mental. Asimismo, permite que los países puedan dar el tratamiento necesario”, agregó.
El reporte no detalló si las causas eran atribuibles, en cuánto a porcentaje (ni por qué condiciones), al hombre, a la mujer, a ambos o a factores que no se explican (pues la salud y fertilidad individual de ambos se ve normal). Mburu enfatizó que no hay suficientes estudios a nivel mundial que provean la información.
Los investigadores llaman a los países a realizar mayor investigación sobre la infertilidad en sus poblaciones, para así determinar mejor las necesidades y ver las causas más comunes de esta condición, para así poder ayudar más eficazmente a las personas.
Kiarie aseguró que aunque el reporte no exploró las causas, estudios anteriores sí han visto factores que elevan la propensión a la infertilidad. Dentro de ellas están la edad (la fertilidad desciende después de los 35 años, para ambos sexos), algunas enfermedades o infecciones, el fumado, e incluso el estrés. Pero cada caso es muy particular y podría responder a varias causas.
El precio por ‘buscar solución’
Los científicos también pusieron el ojo en el costo de los tratamientos de fertilidad y observaron que, por ejemplo, una sola ronda de fecundación in vitro (FIV) costaba más de un salario promedio en los países de ingresos bajos y medios.
“Personas en los países pobres han invertido mayores porciones de su ingreso de lo que han hecho personas en países de ingresos altos, donde las parejas pagaban un menor porcentaje de sus ingresos”, dijeron.
A la situación se suma el hecho de que, normalmente, son necesarias varias rondas de FIV para conseguir un embarazo.
La FIV es uno de los métodos más caros de fertilización asistida, pero no el único. Este más bien es el método cuando ya todos los más sencillos fallaron. Muchas parejas, con la ayuda de relaciones sexuales programadas, hormonas u otros tratamientos logran un embarazo.
Mburu se lamentó que sean pocos países los que tienen atención de fertilidad a nivel del sistema público de salud. En Costa Rica, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) sí ofrece este servicio a través de la Unidad de Medicina Reproductiva de Alta Complejidad (UMRAC), que comenzó a trabajar en 2019 con FIV y los primeros bebés nacieron en 2020.
No obstante, en nuestro país todavía no hay estudios que exploren la prevalencia de la infertilidad, pero los números no distarían de los vistos a nivel internacional. Para la región de las Américas, que incluye todo el continente americano y las islas del Caribe, la prevalencia de infertilidad alguna vez en la vida es del 20%, según el reporte.