“La respuesta de sus pulmones no fue suficiente para la vida extrauterina. El cuerpo no aceptó los medicamentos”.
Así, Roberto Araya, jefe de Neonatología del Hospital San Juan de Dios, definió la causa de muerte de Diego González Villegas, el cuarto sextillizo en nacer, el domingo pasado.
Él falleció ayer, a las 2:10 p. m., poco menos de 65 horas después de llegar al mundo. El pequeño comenzó con una crisis respiratoria y cardíaca a la 1 p. m., y esto lo llevó a la muerte.
“En bebés tan pequeños es normal que tengan los pulmones inmaduros y esto les impide respirar bien. La falla respiratoria afecta todo el sistema circulatorio; eso provoca falta de oxígeno, lo cual lleva a disfunción del corazón. Esto es lo que le ocasiona a muchos bebés prematuros la muerte”, explicó Araya.
Para el experto, esto no tuvo que ver con el tratamiento que se le dio ni con el traslado pocas horas después de nacer, desde el Hospital México.
“El traslado siempre es un riesgo, pero en este caso no. Las primeras 24 horas que estuvo con nosotros, estuvo muy estable. Hemos tenido bebés igual de prematuros que vienen de zonas muy alejadas y no tienen estas consecuencias”, afirmó.
Araya comentó que a Diego se le dio la misma ventilación que reciben todos los bebés en su condición. Además, se mantuvo todo el tiempo en una incubadora en un ambiente similar al intrauterino, con una humedad del 80%.
El bebé estuvo sedado, con la menor manipulación posible. Se evitaba al máximo que tuviera estrés porque esto lo hacía consumir calorías, lo que podía bajar su peso.
Ante su muerte, el personal médico no ocultó su dolor.
“Hoy no fue un día fácil, horas antes de que Diego muriera, murió otro bebito que teníamos en esa misma sala; ese pesaba solo 600 gramos”, indicó Araya.
El neonatólogo aseguró que, de ahora en adelante, apoyarán al Hospital México en lo que consideren necesario, para los otros cinco hermanos.
Duelo. Mediante Araya, el padre de los pequeños, Juan Francisco González, agradeció las muestras de afecto para su familia y expresó que quiere llevar este proceso en privado con ellos.
“El papá vino a verlo. Dice que ellos siempre estuvieron preparados para esto, pero que eso no es lo mismo que vivirlo. Ellos quieren pasar el duelo en privado y seguir luchando por los otros cinco”, comentó el especialista.
Sus hermanos. La evolución de los cinco restantes es diferente en cada caso, aunque la mayoría está estable.
Andrés, quien está en el Hospital México, dio un gran paso en su salud: ya lo extubaron y ahora respira por sí mismo, con el apoyo de una sonda en la nariz.
Es posible que mañana se les dé luz verde a él y a su hermana Valentina para tomar unas gotas de calostro (primer líquido que sale de las mamas de una mujer luego del parto).
“Todavía no es un hecho porque hay que analizarlos bien, no vamos a forzar un proceso si no están listos”, expresó Sandra Vargas, jefa de Gineco-Obstetricia del Hospital México.
De los sextillizos, Emma, la primera en nacer, es la más estable. Mientras, Gabriel, el que nació con más bajo peso y signos vitales menores, está en un estado intermedio.
En cuanto a Tomás, quien permanece en el Hospital Nacional de Niños, su condición es estable, pero grave aún.
“Tomás tuvo una crisis en la madrugada del lunes para el martes y se le tuvieron que dar medicamentos. Su condición ya es más estable que la de hace 24 horas, pero sigue estando grave”, comentó Jaime Lazo, jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales del Hospital Nacional de Niños.
Silvia Villegas (34 años), madre de los niños, está más estable, pero continúa hospitalizada. Es posible que hoy jueves se analice si es posible darle el alta.
Estos dos últimos días, Villegas ha tenido la oportunidad de visitar a los tres hijos que, como ella, están internados en el México. Los especialistas confirmaron que los bebés reaccionaron positivamente al escuchar la voz de su madre.