Salud

Investigación de UCR revela secreto de la hoja de uña de gato

Científicos costarricenses descubren beneficios insospechados para la salud; hallazgos dan pie a creación de nuevo suplemento alimentario

EscucharEscuchar

¿Alguna vez ha utilizado la uña de gato (Uncaria tomentosa) como aliada para su salud? Años de investigación en la Universidad de Costa Rica (UCR) revelaron aspectos desconocidos en las hojas de esta popular planta que incluso dieron origen a un nuevo suplemento en cápsulas.

La historia comienza en 2010, cuando la doctora en Química e investigadora Mirtha Navarro Hoyos volvió a Costa Rica después de años de trabajo fuera del país. Ella regresaba a dirigir el Grupo de Bioactividad para el Desarrollo Sostenible (BIODESS) en la UCR.

Ella y su colega, María Mónagas, del Instituto de Ciencias Alimentarias del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España (CSIC), querían desarrollar un nuevo laboratorio de investigación que viera las propiedades para la salud de alimentos o plantas tradicionales.

Decidieron que estudiarían polifenoles, un grupo de sustancias presentes en las plantas y a las que se les atribuye una alta capacidad antioxidante y efectos positivos para la salud, como ayudar en la protección del corazón.

Querían estudiarlos en detalle y ver sus estructuras, pero primero debían decidir qué cultivos costarricenses analizarían.

En el camino, contó Navarro, ponderaron varias frutas y otro tipo de cultivos, pero se quedaron con la uña de gato. Había varias razones: crecía en diferentes partes de Costa Rica (Caribe, San Carlos y Los Chiles). Pero, además, es de las plantas más utilizadas en la medicina natural como suplemento nutricional.

A la uña de gato se le atribuyen propiedades antiinflamatorias, antioxidantes, de potenciar el sistema inmunitario para luchar contra virus y bacterias y de ayudar como complemento para tratar algunas enfermedades crónicas.

Según comentó la investigadora, aunque la ciencia ha analizado esta planta por décadas, los compuestos más estudiados eran los llamados alcaloides y se sabía muy poco sobre los polifenoles

“A los alcaloides no se les podía atribuir todas las bondades que se hablan de la uña de gato, ¿qué pasaba si veíamos hacia los polifenoles? Si confirmábamos que teníamos esos compuestos, era algo muy relevante para Costa Rica”, recordó la química, quien también es vicepresidenta honoraria del Comité Experto de Productos Botánicos y Suplementos Nutricionales de Farmacopea de Estados Unidos.

Navarro y su equipo se pusieron a analizar los diferentes componentes de la planta en los cultivos de distintas partes del país. Al igual que en estudios internacionales previos, los investigadores de la UCR analizaron las raíces, la corteza y los tallos, pero también exploraron algo que muy pocos habían hecho: las hojas.

“El problema es que en el momento en el que usted toma la raíz o la corteza la planta se destruye. Eso es un uso menos sostenible. Si corroborábamos que las hojas tenían este valor podríamos hacer un uso más sostenible, no tendríamos que arrancar la planta, esta se mantendría estable y le podrían crecer hojas nuevamente”, destacó Navarro.

Con eso en mente comenzaron a buscar financiamiento. Lo consiguieron de la Agencia de Cooperación Externa y de Desarrollo Española (AECID) y de la Fundación Costa Rica-Estados Unidos (CRUSA).

El trabajo de ese nuevo laboratorio Biodess empezó en 2011. Luego de analizar los resultados de los diferentes componentes vieron que en las hojas no solo había más contenido de polifenoles que en las otras partes de la planta, sino que además estos polifenoles eran muy especiales, porque estudios anteriores ya habían afirmado sus bondades para la salud: procianidas y proantocianidinas.

Los resultados de esta primera fase de la investigación fueron publicados en diciembre de 2015 en la revista Molecule. En enero de 2017, los científicos publicaron, en la revista Antioxidants, la caracterización de estos componentes en toda la planta, y se confirmó que la hoja tenía una riqueza mayor.

Sin embargo, desde 2012 sabían que, por los resultados que iban viendo, ya esto podía patentarse, tenerse la dosificación y ofrecerse a empresas privadas que quisieran tomar ese conocimiento y materializarlo. Se comenzó a redactar la patente y se sometió. En 2013 fue aceptada y en 2014 se registró a nivel internacional.

Una vez cumplido dicho proceso, las empresas podían aproximarse para adquirir la licencia, para lo cual debían aplicar ante la UCR y el CSIC.

Así ocurrió con la empresa costarricense y española Alpuli S. A., cuyos dueños tomaron las riendas para comenzar a hacer productos y comercializarlos. También se seleccionó a la empresa española Anagalide S.A. para desarrollar la producción industrial del extracto

“El fin de los investigadores no solo es la publicación en las mejores revistas a nivel mundial, tenemos una obligación con la sociedad. Yo nada hago con una publicación que solo entienden los químicos, microbiólogos o farmacéuticos.

“El conocimiento debe pasarse al sector socioproductivo o a la sociedad, para devolverle a la sociedad el conocimiento y que pueda usarse y ser útil para las personas”, manifestó María Laura Arias Echandi, vicerrectora de investigación de la UCR.

Esta es la planta que los desarrolladores utilizan para producir las cápsulas de uña de gato. Foto: Cortesía

Pero ahí no terminaba todo. Mientras las investigaciones continuaban en la UCR, la empresa Alpuli debía buscar dónde cultivar la uña de gato y cómo tratarla, ya que no es lo mismo utilizar unas pocas especies para un estudio en laboratorio a elaborar productos comprimidos en cápsulas y comercializarlos de forma contínua.

La empresa toma los contactos de algunos agricultores con los que la UCR ya tenía contacto para buscar quiénes serían sus aliados en la siembra de las plantas. Ellos recorren el Caribe y la zona norte y luego de sus análisis, se hizo una alianza como productores de Pococí.

Pero ahí venía un problema, recordó Ronald Emilio, director de Apuli S. A.: “la uña de gato es un bejuco, una enredadera rastrera y trepadora. Está llena de espinas ¿cómo íbamos a sacar las hojas, cómo recoge usted eso? Tardamos dos años de investigación de campo, haciendo ensayos. Tuvimos biólogos que nos apoyaban y seguíamos investigando”.

La solución, dijo Emilio, vino de la mano de campesinos, quienes dieron con la forma de transformar esos bejucos en arbustos. “Fue domesticar la planta, no fue nada fácil, pero ya podemos cultivarlo así, en arbustos y que sea más fácil extraer las hojas”.

Una vez con los arbustos sembrados, viene el proceso de extraer las hojas, secarlas, enviarlas a España y que la compañía Anagalide haga el extracto del comprimido y este ya pueda ponerse en cápsulas en Costa Rica.

Mientras tanto, la UCR continuaba otros estudios. Se debía medir, primero a nivel de laboratorio, los efectos de estos productos. Debía evaluarse la capacidad antioxidante.

“Hicimos esas mediciones en microorganismos patógenos del sistema respiratorio. Esto también se hizo en colaboración con el CSIC. Ahora con el covid, se ha visto que ayudan a inhibir el SARS-CoV-2″, detalló Navarro.

Esto se publicó en 2019, también en la revista Antioxidant.

Al mismo tiempo, el equipo de la Escuela de Química se alió con la Facultad de Medicina, específicamente con un grupo que investiga bioquímica. Se tomaron líneas celulares de cáncer gástrico y se vio que, efectivamente “mataban” por así decirlo, las células cancerígenas sin afectar las células sanas. “Sí tenían poder antitumoral”, señaló Navarro.

Esto fue publicado en julio 2017, en esa misma revista, y se evidencia cómo la mejor forma de extraer esos componentes para mantener las propiedades de los polifenoles y sean menos cancerígenas.

“Para esa publicación modificamos los extractos en cuanto a fraccionarlos de una forma diferente y ahí se ve que hay beneficios a nivel de laboratorio en células cancerígenas”, manifestó la científica.

La última publicación, en junio de 2022 en la revista Plants, ya lleva esto un nivel más allá: Navarro y su equipo se aliaron con el Laboratorio Nacional de Nanotecnología (Lanotec). La nanotecnología es la ciencia de lo diminuto (un nanómetro es la milmillonésima parte de un metro). Las aplicaciones de esta ciencia mostraron que, en células de laboratorio, esto podría ser usado de forma más eficiente.

Estas son las cápsulas de uña de gato Nova Life.

Las cápsulas de uña de gato se llaman Nova Life. El médico Alexis Naranjo señaló que, a diferencia de otros que pueden conseguirse en macrobióticas o de la planta que se compra en el mercado, este tiene el respaldo de los estudios de la UCR y la dosificación precisa.

No obstante, no está recomendado para menores de edad ni para embarazadas.

Naranjo subrayó que las personas que toman medicamentos contra alguna enfermedad crónica como diabetes o hipertensión no deben dejar su tratamiento para consumir la uña de gato. “Sí puede traer beneficios, pero es a su médico a quien corresponde saber si usted puede o no dejar el medicamento, usted no lo haga”, aseveró.

También es importante que si usted está con tratamientos más agresivos, como una quimioterapia, informe a su médico. En algunos casos puntuales los remedios naturales podrían restar acción al tratamiento de la enfermedad, y la uña de gato no sería la excepción, así lo mostró un estudio realizado en 2017 por la UCR y el Hospital San Juan de Dios.

Arias y Navarro son conscientes de que aún deben realizarse más trabajos para ver el potencial real de la uña de gato para la salud humana. Un paso a futuro estaría en desarrollar ensayos clínicos controlados para ver la acción de estas cápsulas.

Si esto llegara a comprobarse, podrían dejar de estar inscritos ante el Ministerio de Salud como suplemento alimentario y entrar a alguna categoría de medicamento. Hay buen ambiente para un estudio a nivel de las facultades de Química, Microbiología y Medicina de la UCR, pero esto toma su tiempo.

“Sería un estudio en el que nosotros como Biodess elaboraríamos el extracto y probarlo con diferentes temperaturas o solventes u otra composición y ver si eso mejora el aspecto clínico y la calidad y un estudio microbiológico lo seguiría a fondo.

“Esta sería una primera etapa. En una segunda etapa se establecería un ensayo clínico”, concluyó Navarro.

Irene Rodríguez

Irene Rodríguez

Periodista de Ciencia y Salud. Trabaja en La Nación desde 2009 y en periodismo desde 2004. Graduada de Comunicación Colectiva en la Universidad de Costa Rica, donde egresó de la maestría en Salud Pública. Premio Nacional de Periodismo Científico 2013-2014. Premio Health Systems Global 2018. Becada del Fondo Global de Periodismo en Salud 2021.

LE RECOMENDAMOS

Reconocida locutora sufrió aparatoso choque en la rotonda de San Sebastián

La locutora se dirigía a su sitio de trabajo cuando sufrió el aparatoso choque
Reconocida locutora sufrió aparatoso choque en la rotonda de San Sebastián

Estas advertencias le hizo el FMI a Costa Rica sobre el tipo de cambio

El Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió al Banco Central de Costa Rica (BCCR) que la intervención frecuente en el tipo de cambio incentiva la dolarización e impacta en las tasas de interés del país.
Estas advertencias le hizo el FMI a Costa Rica sobre el tipo de cambio

Lo + importante en 3 minutos: Exministro Mauricio Batalla le aceptó a MECO lo que ningún ingeniero quiso firmar, dice Fiscalía

Sabemos que tu tiempo es oro; te contamos en tres minutos lo más importante del día. En este caso, la detención del exministro Mauricio Batalla es el hecho más relevante.
Lo + importante en 3 minutos: Exministro Mauricio Batalla le aceptó a MECO lo que ningún ingeniero quiso firmar, dice Fiscalía

En beneficio de la transparencia y para evitar distorsiones del debate público por medios informáticos o aprovechando el anonimato, la sección de comentarios está reservada para nuestros suscriptores para comentar sobre el contenido de los artículos, no sobre los autores. El nombre completo y número de cédula del suscriptor aparecerá automáticamente con el comentario.