No fue sino hasta la noche del 26 de enero cuando los científicos de la Universidad de Costa Rica recibieron las primeras muestras de agua contaminada para analizar, pese a que ya habían pasado cuatro días desde los primeros reportes de vecinos de Moravia, Goicoechea y Tibás sobre sabor y olor a combustible en el líquido que les llegaba por las tuberías.
Las muestras fueron enviadas por el Ministerio de Salud a Jean Sanabria Chinchilla, director del Centro de Electroquímica y Energía Química de la UCR (CELEQ-UCR), varias horas después de una llamada telefónica para pedir la colaboración.
La solicitud a los científicos se hizo incluso luego de que el martes 23, Salud informó de que no se había demostrado contaminación del agua. Día y medio después, el 25 de enero, señaló lo contrario.
El análisis del agua en la UCR tampoco podía comenzar al momento de recibidas las muestras. Antes debían cumplirse pasos para acondicionar equipos, buscar métodos adecuados, de ahí que la labor realmente se inició la mañana del sábado.
En la tarde de ese día comenzaron a analizar las muestras, pero al tratarse de análisis rigurosos toman días en obtenerse.
“En el momento en el que las personas comenzaron a denunciar los olores tuvo que haber una respuesta más rápida. Yo lo veo de esta manera: la naturaleza nos dio sensores muy buenos. La nariz y el paladar nos dijeron ‘hay algo que no es bueno’. Y en el momento en el que se empezaron a registrar estas denuncias esa debió ser la bandera que se alzara. En ese momento se tuvo que haber alzado”, expresó Sanabria.
Los equipos de investigación de los diferentes laboratorios de la UCR se fueron sumando en el transcurso del fin de semana. El siguiente fue el Centro de Investigación en Contaminación Ambiental (CICA-UCR), que se incorporó para muestreos tomados el domingo. Pero más se irían llegando.
Guiselle Tamayo, directora del Centro de Investigaciones en Productos Naturales (Ciprona-UCR) recibió la llamada del CELEQ el domingo en la noche.
“A la UCR se acercaron el viernes a las 5:30 p. m. Imagínese, a esa hora un viernes. El sábado se comenzó a establecer la estrategia de muestreo. El Ciprona ‘se subió al carro el lunes (29 de enero) y hemos estado implementando la estrategia”, destacó.
El lunes 29, los investigadores del Ciprona, se percataron de que una de las técnicas no serviría; la descartaron y continuaron con otras.
“Una muestra, con la metodología tradicional, nos lleva como dos horas para prepararla, ¿ahora cuatro muestras, 13 a lo largo del día? Eso, solo la preparación, luego viene la medición”, dijo.
La ministra de Salud, Mary Munive Angermüller, enfatizó en que cuando se dieron las primeras alertas ella se encontraba fuera del país y se enteró al llegar a suelo costarricense. Para ese momento, ya el problema estaba avanzado, declaró.
La jerarca explicó que el Ministerio no tiene laboratorios con la capacidad para hacer los análisis, por lo que primero se pidió ayuda a laboratorios privados, que trabajaron las primeras muestras.
La mañana del viernes 26 de enero, en conferencia de prensa, Munive aseguró que la coordinación de los estudios con la UCR ya estaba hecha y se esperaban los resultados en el transcurso del fin de semana. Sin embargo, según indican los investigadores, para ese momento ni siquiera habían recibido las primeras muestras; estas llegarían hasta la noche.
Análisis riguroso
Cuatro laboratorios de la UCR: el CELEQ, el CICA, el Ciprona y el Centro de Investigación en Ciencia e Ingeniería de Materiales (Cicima-UCR) se concentran en el trabajo. Tienen dos misiones principales: saber específicamente qué hidrocarburo o hidrocarburos contaminaron el agua y en qué cantidad.
Este miércoles, la jerarca de Salud reveló, en conferencia de prensa, que se identificó el lugar donde se produjo la contaminación. Se trata de Quebrada Honda 2, una subcuenca que se ubica en la parte oriental de la Gran Área Metropolitana (GAM) y es una de las cuatro que alimentaba el acueducto de Guadalupe, del AyA.
Otra tarea pendiente es averiguar si es una fuente periódica o no. Si no lo fuera, se habría tratado de un derrame una sola vez que se diseminó en el agua, pero si así fuera, se trataría de una fuente que poco a poco, por goteo, por momentos sí en otros momentos no, ha contaminado las fuentes de agua y continúa haciéndolo.
Roberto Urcuyo Solórzano, del Laboratorio de Hidrocarburos del CELEQ-UCR manifestó que, aunque a la población lo primero que se le viene a la mente cuando escucha “hidrocarburos” es la gasolina y el diésel, hay cientos más. Y estos se utilizan casi a diario en nuestro país.
Hay hidrocarburos en procesos agropecuarios, de fábricas, de la industria automotriz, dijo. Ya se han ido descartando familias (de la sustancia), pero hay familias en las que muchos miembros se parecen y por eso cuesta dar con uno en específico.
Se usan dos técnicas específicas, una es la cromatografía y otra la espectrometría de masas. La primera busca descomponer las sustancias en sus componentes para ir descartando de cuáles se tratan. La segunda se enfoca en el peso molecular. Los hidrocarburos tienen pesos moleculares distintos, y llegar a estos hace que puedan descartarse los que tienen un peso distinto.
Mario Masís Mora, químico e investigador del CICA hizo un símil con su familia y dijo que no basta con llegar a la familia Masís Mora, deben encontrar a Mario. O tampoco les basta con encontrar a un Mario Masís Mora, requieren al que tiene su número de cédula específico.
El proceso comienza con la toma de muestras y estas deben hacerse de forma constante, varias veces, porque, según explicó Masís, una muestra de agua es una fotografía del momento, y por eso se requieren varias fotografías. Y luego de eso dividir por componentes y por peso.
Tamayo indicó que esto es como buscar una aguja en un pajar, solo que no es un pajar, es agua, y el agua se mueve. Eso tiene sus puntos positivos porque las moléculas están “por ahí dando vueltas”, pero también hay puntos negativos
“Primero hay que saber dónde buscar, pero de un millón de moléculas que hay ahí, son cinco las que necesitás, ¿y cómo las obtenés? Necesitás separarlas del millón, y el agua estorba, estorba cualquier técnica”, expresó.
Los investigadores no se atreven a dar una fecha para tener los resultados. Dentro de las preguntas a la prensa se cuestionó que si en dos semanas estarían. Los científicos aseguran que será en mucho menos tiempo, pero no pueden decir cuánto, pues quieren estar seguros de cuál sustancia se trata antes de dar los resultados. Aseguraron que la salud de la población es algo muy delicado como para dar una respuesta sin certeza.
Más informaciones sobre la crisis del agua
La señora de Tapedulce lleva nueve días sin tomar agua del tubo y bañándose con agua ‘bautizada’
Vecinos se tiran a la calle en Guadalupe para exigir agua potable
Alejandro Guillén, jerarca de AyA, deja cargo a pedido de presidente Chaves
Mapa: sitios atendidos por planta del AyA donde se halló agua contaminada
AyA racionará agua en siete cantones a partir de este 30 de enero para atender crisis
El agua: líquido vital en nuestra vida