Luego del foco de China en la pandemia covid-19 Italia era un escenario poco previsible para convertirse en el país con más casos y mayor mortalidad por la enfermedad causada por el nuevo coronavirus.

Al viernes, datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) señalan que este país europeo suma 15.113 casos y 1.016 muertes. Se trata del segundo país con más casos y el de más rápida evolución. El segundo país con más muertes en números absolutos (después de China), pero con mayor mortalidad si tomamos en cuenta la cantidad de población afectada.

Los últimos datos de la OMS señalan que el porcentaje de muertos por este mal es del 3,4%, pero fuera de China, el promedio de países registran la muerte del 0,7% de las personas. En cambio, en Italia esta ronda el 5%.

¿A qué se debe esta agresividad? Antes de responder esta pregunta, es necesario tener claro un punto. Se habla de porcentajes de muertos, no de mortalidad. ¿Por qué? Calcular las tasas de mortalidad durante una epidemia o pandemia es engañoso. El número de registro de pacientes y de muertes cambia constantemente. Y la forma de registrarlos varía de país en país.

Además, no se detectarán todos los casos; algunos serán tan leves que nunca se notarán. Por otra parte, puede darse un lapso significativo entre cuando alguien está infectado y cuándo no, o si muere.

Dicho esto, Italia también registra un mayor porcentaje de personas con cuadros severos. Según la OMS, menos del 6% de las personas a nivel mundial se reportan como “graves” o “severos”. En Italia, en cambio, un análisis publicado el viernes por la revista The Lancet señaló que entre el 9% y el 11% de los enfermos han requerido cuidados intensivos.

“El número de pacientes infectados desde el 21 de febrero en Italia sigue un crecimiento exponencial. Si esta tendencia continúa por una semana más, tendríamos 30.000 pacientes. Las unidades de cuidado intensivo estarán en su máxima capacidad; se necesitarán más de 4.000 camas de hospital para mediados de abril de 2020”, cita el estudio de The Lancet.

En este sentido, Italia podría parecer la excepción y no la regla, pero los números deben analizarse con cuidado. No todos los países tienen las herramientas para reportar casos, tratar a los pacientes y registrar la mortalidad.

No hay una sola respuesta

Cuando se analiza el comportamiento del covid-19 en Italia no hay una sola razón que la explique, sino varias.

Por un lado, está el promedio de edad de la población italiana; por otro, la velocidad con la que se tomaron las pruebas de detección. También debe tomarse en cuenta la forma en la que surgió la enfermedad y, finalmente, los momentos en los que se tomaron las medidas para contener y mitigar el número de casos.

“Es un caso interesante de análisis, pero no podemos dejar esto a una sola respuesta. Además, cada país trabaja con las herramientas que tiene, y esto puede hacerse ver como si se tuvieran más o menos números”, destacó Deirdre Hollingsworth, coordinador del estudio en The Lancet.

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Origen silencioso

Comencemos por el origen de la enfermedad en este país europeo. De acuerdo con análisis epidemiológicos realizados por el Ministerio de Salud de Italia, el virus ingresó a mediados de enero, pero de una forma silenciosa, pues las primeras personas no registraron síntomas, o estos fueron lo suficientemente leves como para que no se requiriera atención médica.

"La epidemia no es nueva en el país y el virus circuló silencioso durante varias semanas, antes de que se descubrieran los primeros casos de la enfermedad”, explicó a la prensa Massimo Galli, director del hospital Sacco de Milán.

Para cuando la enfermedad fue detectada (a mediados de febrero) se hizo en pacientes que ya estaban graves. Para ese momento, el virus ya se había diseminado por la región norte del país. Esto dificultó la contención de la enfermedad.

En ese sentido, las medidas como cerrar bares o restaurantes o implementar cuarentenas pudo haber llegado tarde; especialmente, en la zona norte del país.

Incluso, en Italia aún se desconoce quién fue exactamente ese “paciente cero” que llevó la enfermedad a sus tierras.

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¿La edad?

Uno de los factores que varios analistas señalan es que, en la zona norte de Italia, donde comenzó la enfermedad, el promedio de edad es mucho mayor al del resto del mundo y que la proporción de adultos mayores es más grande.

No obstante, para Galli, esto podría explicarse porque se comenzaron a detectar primero los casos más graves, y estos se ven en personas más viejas. Esto no quiere decir que no haya personas mucho más jóvenes que sí registran la enfermedad y que sí viven con ella.

“Muchos jóvenes pueden haberse escapado de los primeros exámenes de detección porque no sentían síntomas o los sentían muy leves, como si fuera un catarro”, manifestó el especialista.

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Mayor capacidad de detección

La gran cantidad de casos puede explicarse de una forma fácil: el que busca, encuentra. Un país con alta capacidad de detectar el virus siempre va a tener más casos confirmados que uno que no lo tenga.

“El número de casos no, necesariamente, nos dice qué país tiene más infecciones. Solo nos dice qué país está haciendo más pruebas. Cuantas más pruebas se realicen, más casos se encontrarán”, dijo en entrevista con BBC el profesor de Epidemiología de la Universidad de Hong Kong, Benjamin Cowling.

“Italia está enfocando sus tests en las personas que ya están bastante enfermas en el hospital, por lo tanto la mayoría de estos casos son graves y el riesgo de muerte es bastante alto. Pero si estuvieran controlando a la comunidad en general, incluso a aquellos con síntomas leves, encontrarían muchos más casos y la gravedad sería muchísimo más baja”, agregó.

¿El caso de Italia podrá verse en otros países? Cowling dijo a BBC que sí, dado que esta enfermedad llegó primero a Italia y el resto de países experimentarán lo mismo tarde o temprano.

No obstante, Galli señala que el hecho de que en otras naciones la enfermedad se haya detectado desde el inicio hace que estén más a tiempo para tomar medidas y controlar mejor.

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