Una fuerza laboral de edad cada vez más avanzada y los primeros síntomas de demencia senil plantean delicados problemas tanto a las empresas como a su personal, según los expertos.
Los empleados que experimentan los primeros síntomas de demencia pueden tener problemas para realizar labores que antes no les representaban inconveniente alguno. Personal tradicionalmente puntual de repente se olvida de ciertas reuniones. Empleados que por años han hecho el mismo recorrido a la oficina súbitamente se pierden.
“He hablado con muchas familias en las que una persona no se da cuenta de que tiene la enfermedad y no saben qué está pasando. A menudo son despedidos por problemas con su desempeño, sin que se les haya hecho un diagnóstico” , dice Ruth Drew, directora de información y servicios de apoyo de la Asociación del Alzheimer, una organización sin fines de lucro que ofrece ayuda las 24 horas del día.
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En aumento
En Estados Unidos, la Oficina de Estadísticas Laborales calcula que la fuerza laboral de personas de entre 65 y 74 años aumentará un 55% entre el 2014 y el 2024, y un 86% entre los trabajadores mayores de 75 años.
La demencia se da sobre todo entre las personas mayores de 65 años y, si bien la incidencia del mal ha disminuido en los últimos años, la cantidad de personal de edad avanzada que habrá en la fuerza laboral forzosamente obligará a las empresas a lidiar con temas relacionados con ese mal.
“No es solo que no cumplen con algún plazo. También está el tema de la frustración que sienten al ver que todo cambia” , señala Sarah Wood, de Workplace Options, una consultora de Carolina del Norte especializada en cuestiones laborales. “Si esta persona ha sido un empleado confiable durante 40 años y ahora no va a algunas reuniones, no van a saber bien qué hacer” .
“La clave es determinar qué tareas todavía puede cumplir y qué pueden hacer para que siga aportando algo de una forma segura” , agregó.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la demencia es una “sombrilla” de enfermedades progresivas. Se trata de un síndrome, usualmente crónico, causado por una variedad de males en el cerebro que afectan la memoria, la comprensión, el pensamiento y la habilidad para realizar actividades cotidianas.
La forma más común de demencia es el alzhéimer (representa el 70% de los casos), pero existen otros tipos, como la demencia vascular, que se da por la llegada de poco flujo sanguíneo al cerebro y esto va “apagando” las funciones cerebrales.
Los accidentes cardiovasculares (también llamados derrames cerebrales) pueden ser otra causa de demencia.