Londres. EFE. La lactancia materna prolongada ayuda a mejorar el rendimiento escolar, aumenta el coeficiente intelectual (CI) cuando adulto y se asocia con mayores ingresos en el futuro, revela un informe publicado en la revista británica The Lancet.
Una investigación que analizó a casi 3.500 personas desde su nacimiento hasta que cumplieron los 30 años, encontró las primeras evidencias de que el consumo de leche materna más allá del primer año de vida, tiene un gran impacto en el desarrollo cognitivo del individuo.
“El efecto de la lactancia materna prolongada influye en el desarrollo cerebral y la inteligencia de los niños, pero estos efectos persisten también en la edad adulta” , resaltó Bernardo Lessa Horta, de la Universidad Federal de Pelotas, en Brasil.
Según el informe, un bebé que es amamantado como mínimo en su primer año, a los 30 años poseerá un coeficiente intelectual mejor; tendrá 0,9 años más de escolaridad y cobrará un salario mensual unos $100 más elevado que aquellos que no recibieron esa lactancia por un periodo similar.
El estudio.Para llegar a estas conclusiones, Horta y su equipo analizaron los datos de 6.000 bebés que nacieron en 1982 en el municipio brasileño de Pelotas. Al cumplir los 30 años, 3.493 realizaron un examen para medir su intelecto.
Los expertos ubicaron a los participantes en cinco grupos, basándose en el tiempo de lactancia materna que recibieron y controlaron 10 variables sociales y biológicas que pueden contribuir al incremento del coeficiente intelectual, como ingresos familiares, nivel de escolaridad de los padres, genética, edad de la madre y peso del bebé.
Los resultados mostraron que la cantidad de leche materna consumida juega un papel importante y, según los autores, esto quizás se deba a que tiene una composición única, en la que destacan los ácidos grasos de cadena larga, los cuales son esenciales para el desarrollo cerebral.