Los planes de educación sexual que proponen la abstinencia como opción única y no ofrecen más alternativas, parecen ser ineficaces para evitar el embarazo adolescente y algunas infecciones de transmisión sexual.
Estas son las conclusiones de dos revisiones de estudios médicos que fueron publicados este mes en la revista Journal of Adolescent Health . Anteriormente, una investigación en la revista PLoS One , ya había advertido lo mismo.
“Son programas destinados únicamente a vender la virginidad hasta el matrimonio, pero no mencionan ni enfermedades de transmisión sexual, ni métodos anticonceptivos, ni dice cómo construir relaciones de pareja sanas y responsables, ni a reconocer y evitar abusos”, señala Leslie Kantor, del Posgrado en Salud Pública de la Universidad de Columbia en Nueva York, una de las autoras del primer estudio.
Este primer documento analizó 37 estudios sobre el impacto de las políticas “solo abstinencia” y concluyó que estos no promovían ni un inicio más tardío de relaciones sexuales ni evitaban embarazos, y más bien aumentaban infecciones por virus de papiloma humano.
A fondo. La publicación de PLoS One fue desarrollada por la Universidad de Atlanta, y comparó los embarazos en estados estadounidenses donde había políticas de dar lecciones de solo abstinencia con estados donde se les brindaba más información.
Se analizaron los planes estatales de educación sexual de cada lugar y se les asignó una calificación de 0 si no se mencionaba la abstinencia del todo, de 1 si se mencionaba como opción dentro de una educación variada y comprensiva, 2 si se hacía énfasis en la abstinencia, y 3 si se motivaba solo la abstinencia sin dar más opciones.
Los resultados indicaron que entre más represivos fueran y más se impusiera el no tener sexo, mayor era la cantidad de embarazos en jóvenes.
“Los estados con menos embarazos fueron en los que se dio más información sobre infecciones, métodos anticonceptivos y en los que se impulsó que los muchachos supieran cómo manejar emociones y sentimientos en pareja”, manifestó Katrhyn Hall, una de las investigadoras.
Primera opción, no la única. Para Angélica Vargas, ginecóloga costarricense con especialidad en embarazo adolescente y dirigente del Proyecto Mesoamérica de salud sexual y reproductiva, la abstinencia y el retardar el inicio de la vida sexual siempre debe ser la primera opción para el adolescente, pero el considerarla la única genera más bien el efecto contrario.
“Son muchos los estudios que apoyan que en cuanto más información tiene el joven, más tiempo va a retardar su actividad sexual y, cuando la tenga, la llevará de forma más responsable. Esto no solo evita embarazos, también enfermedades. Pero debe ser la información correcta y profesional, en donde sepan los riesgos y su responsabilidad, no la información que pueden encontrarse hablando con compañeros o en algunas páginas web”, acotó.
“El problema es que vemos gente que ya inició su vida sexual y en ellos esta idea no funciona igual. Les decimos que tienen el derecho de dejar de tener relaciones, pero casi ninguno lo hace. Si uno les pregunta a los chicos por qué no usan condón, la primera razón es que no planeaban el acto sexual, y la segunda es que no sabían. Una cosa es oír que existe un condón, otra saber cómo funciona”, añadió.
En una entrevista anterior, el ginecólogo Jorge Soto indicó: “Claro que podemos reforzar la idea de la abstinencia en quienes no han comenzado su vida sexual; pero no es algo que les funcione a todos, quienes ya empezaron vida sexual no son pocos, y deben ser acompañados y saber cómo protegerse”.