“Nuestro principal propósito no es solo que la gente se vea bien. Si llega una paciente con obesidad para se le quite una arruga de la frente, también se le darán consejos de cómo mejorar su alimentación y hacer ejercicios para que su salud mejore. Es un todo”.
Así, Petra Vega, presidenta de la Sociedad Española de Medicina Estética, explicó a otros su trabajo.
Ella y otros especialistas nacionales e internacionales discuten durante esta semana, en la Clínica Bíblica, sobre la práctica de esta rama, en la Jornada Internacional de Derecho Médico: Aspectos médico-jurídicos de la práctica de la Medicina Estética.
Esta rama incluye procedimientos con láser, inyecciones, fármacos y otras técnicas mínimamente invasivas, que buscan mejorar el aspecto físico de la persona.
“Se empieza por un deseo del paciente de verse y sentirse mejor, pero es al médico el que le toca saber si hay algo más allá de su salud física y mental de trabajar. Solo en el 5% de los casos se debe utilizar el bisturí”, comentó Jaume Tufét, especialista español en Medicina estética.
¿A quién acudir? Los especialistas coinciden en que estas prácticas solo puede realizarlas un médico con experiencia en el tema y que practique los procedimientos en un consultorio que cuente con todos los permisos del Ministerio de Salud.
Para los expertos, el mayor problema –y el que desprestigia esta rama– radica en personas que no son profesionales en Medicina y no están calificadas para efectuar estas técnicas.
Por otra parte, las intervenciones se hacen, en ocasiones, en estéticas, gimnasios y hasta en las casas de los clientes, sitios que no cuentan con las medidas mínimas para este tipo de prácticas.
“La medicina estética sí existe y es una rama propia. No es cirugía plástica, son técnicas avaladas por la comunidad científica y que solo pueden ser hechas por un médico calificado”, afirmó Irene Thuel, secretaria de la Asociación Centroamericana de Medicina Estética y Cirugía Cosmética.
Thuel añade: “A veces ni siquiera es asunto de costos. He oído de gente a la que llegan a hacerle procedimientos estéticos a su casa y pagan lo mismo que le pagarían a un médico calificado en un consultorio. Por eso hay que informarse”.
Los riesgos de someterse a estas prácticas con personas no calificadas van desde que el tratamiento no sirva, hasta tener secuelas que pongan en peligro la salud.
“Si alguien se preocupa solo por la parte física del cliente, no está haciendo bien su trabajo. Un médico en estética va a impulsar que la persona mejore sus hábitos de vida para que los resultados se mantengan y la persona tenga mejor salud; por eso trabajamos con salud integral”, concluyó Vega.