A Silvia Gutiérrez, de 39 años, le diagnosticaron un tumor en el rostro en el 2012.
El cáncer estaba ubicado en la cavidad oral –paladar y boca–, pero ya le deformaba el lado derecho de la cara.
La parte estética no era la más importante pues, al tratarse de un cáncer, si no se extirpaba, la vida de Gutiérrez se ponía en riesgo.
Sin embargo, solo extirpar el tumor podía desfigurarle aún más el rostro.
Especialistas del Hospital San Juan de Dios hallaron la solución en una técnica de microcirugía: tomar parte de la pierna y “moldearla” a las proporciones del rostro para reconstruir el espacio dejado por el tumor y devolverle las funciones de comer y tragar.
Este tipo de procedimiento nunca se había hecho en Centroamérica; se requiere de pacientes con características muy específicas y de equipo humano y técnico especializado.
“Es una técnica muy difícil; no se trata nada más de diseñar algo del tamaño del tumor removido y coser. Se necesita trabajar con la piel, el músculo, el hueso y, sobre todo, las venas y arterias, para que la sangre fluya normalmente, y las mucosas, para que funcionen bien”, explicó Josías Juantá, especialista en microcirugía que lideró el procedimiento.
“La particularidad es que las venas y arterias de esta parte del cuerpo son muy delgadas, de un milímetro; es un punto crítico”, agregó el microcirujano.
La intervención duró 14 horas: se extrajo el tumor, se elaboró el diseño del injerto para el rostro y se reconstruyó el paladar duro, el pómulo y las mucosas de la cavidad oral.
“Este trabajo es muy minucioso e involucra cirugía oncológica, maxilofacial y de cuidados intensivos”, explicó Juantá.
Paso a paso. En mayo del año pasado, Gutiérrez fue sometida a la reconstrucción facial.
Para ello, Juantá, quien es especialista también en oncología, extirpó por completo el tumor.
Posteriormente, los especialistas del San Juan de Dios extrajeron músculo, hueso, grasa, piel y colgajo de la parte externa de la pierna y crearon el injerto para el rostro.
Posteriormente, se procedió a unir el hueso, músculos, grasa, nervios y vasos sanguíneos al rostro, y se reconstruyó todo el lado derecho de la cara de la paciente.
La recuperación. Hoy, más de un año después, Gutiérrez ya lleva una vida normal y no se observan cicatrices del cáncer que una vez deformó su faz.
“Cuando tenía la enfermedad, sentía mucho dolor. Ahora, me siento mucho mejor. No hay dolor, no hay medicamento, no hay pastillas. La recuperación ha sido lenta, pero gracias a Dios va bien”, manifestó esta escazuceña, madre de tres hijos.
Aunque al principio tuvo una dieta blanda, ya puede comer normalmente.
Juantá aseguró que la juventud de esta mujer ayudó a una recuperación más rápida y ahora puede comer y tragar como lo hacía antes.
“Se le salva la vida a la persona, pero también se le da calidad de vida y salud, no solo física, sino también emocional. Son pacientes que ya llevan la misma vida que otra persona”, concluyó.
Reconstrucción facial pionera en Centroamérica