Especialistas del Hospital Enrique Baltodano, de Liberia realizaron la extirpación de un tumor cerebral de un hombre mientras este se encontraba despierto e interactuando con personal del equipo. Anteriormente este tipo de procedimientos solo se realizaban de rutina en los hospitales Calderón Guardia, San Juan de Dios y México.
Esta técnica se conoce con el nombre de craneotomía en paciente despierto con tumor cerebral y consiste en que la persona hable e interactúe con el personal del quirófano para que los médicos no "toquen" áreas clave que puedan dañar el funcionamiento del cerebro.
En esta oportunidad la cirugía se realizó en un vecino de Tilarán que tenía un padecimiento llamado glioma de bajo grado, un tumor que en ese momento era benigno, pero que podía malignizarse con el paso del tiempo.
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El procedimiento se realizó este martes 3 de enero y en este participaron dos neurocirujanos, dos psicólogos clínicos, dos anestesiólogos, un enfermero instrumentista y tres circulantes de quirófanos. La operación demoró seis horas, pero la preparación comenzó desde hace más de un mes.
El paciente se recupera satisfactoriamente en el centro médico.
"Es una técnica quirúrgica de alta complejidad que ahora está a disposición de los ciudadanos de Guanacaste, antes se enviaban al Hospital México, pero gracias al equipo técnico y humano ahora se puede realizar aquí mismo en Liberia. Este no es el único tipo de procedimientos complejos que se realizan en este centro y ya no se envían a San José", comentó Alexis Quesada, neurocirujano del Hospital Enrique Baltodano.
De acuerdo con datos del centro médico, en el 2016 solo se enviaron tres pacientes a San José para que fueran atendidos por un neurocirujano.
La cirugía. Durante la preparación previa, se le explica al paciente el tipo de técnica al que será sometido y se le realizan pruebas neuropsicológicas, como pedirle identificar el nombre de objetos que se le muestran en imágenes y medir su tiempo de respuesta.
"Esto del tiempo de respuesta es clave, porque es lo que nos va a decir en el momento de la cirugía si hay algo que no está bien. Por ejemplo, si antes de la cirugía yo le mostraba una imagen de una ardilla y el duraba un segundo en responderme y para el momento de la operación dura tres segundos, o titubea o tiene problemas en el lenguaje, ya es señal de que esa es una zona que mejor no se toca", aseguró Gabriel Rodríguez, neuropsicólogo clínico que participó del proceso.
"El cuestionario varía mucho según el perfil del paciente. No es lo mismo alguien con cinco, diez o 15 años de escolaridad, a una persona que no tuvo mucha oportunidad de estudio porque siempre tuvo que trabajar, como es en este caso. Nos fuimos con preguntas e imágenes muy básicas, muchas relacionadas con la construcción porque él es trabajador de la construcción", agregó.
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El día de la cirugía la persona es colocada en la camilla con una inclinación de 30°. Luego se aplica anestesia local en la cabeza, se abre la piel y se extrae una porción de hueso y de membrana craneal en la zona donde se ubica el tumor.
En ese momento se realiza un ultrasonido para determinar la localización, tamaño, forma y características del tumor del paciente.
Posteriormente, el neurocirujano estimula con un electrodo (con dosis bajas de descargas eléctricas) las zonas del cerebro en las que se supone que están ubicadas las áreas asociadas con el habla y las funciones motoras.
El paciente permanece despierto durante esta etapa de la intervención pues el psicólogo le pide que hable, que mueva determinadas partes del cuerpo, y vuelve a pasarle una serie de imágenes para que las identifique por su nombre.
De acuerdo con datos de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), este tipo de procedimientos comenzó en el 2010 en el Hospital México, que a la fecha ha intervenido a unos 30 pacientes. El año pasado se realizaron dos procedimientos como este el Calderón Guardia y uno en el Hospital San Juan de Dios.
Según detalló Rodríguez también hay planes de tener un procedimiento como estos en Pérez Zeledón en febrero o marzo próximo.