Francisco Segura, de 74 años, caminaba con dificultad hasta hace unas cinco semanas.
"En 100 metros tenía que parar cinco o seis veces, no resistía caminar una cuadra", comentó este vecino de Guadalupe.
Su caso era serio. Una de sus válvulas de aorta, responsable del paso de la sangre dentro y fuera del corazón, estaba completamente obstruida con placa de calcio, y esto dificultaba el funcionamiento del corazón.
Una operación del corazón 20 años atrás hacía su caso más serio aún, y esto hacía que no pudiera afrontar una cirugía a corazón abierto.
Un equipo del Hospital Calderón Guardia optó entonces por implantar, por primera vez, una válvula llamada Edwards, que es más precisa que las válvulas artificiales utilizadas normalmente.
"Es más precisa, con menos riesgo de efectos secundarios y con un 30% menos de posibilidades de necesitar un marcapasos. Es la opción ideal para pacientes de alto riesgo", manifestó Eduardo Sáenz, jefe de hemodinamia del Calderón Guardia.
El procedimiento consiste en colocar una vía en la arteria femural (en la pierna del paciente) y de ahí "viajar" al corazón y reemplazar la válvula.
"Ya ahora me siento mucho mejor, caminar 100 metros ahora es nada", aseguró Segura.
La técnica tiene un costo cercano a los $35.000 (más de ¢70 millones). Según Sáenz la meta es realizar de 30 a 40 procedmientos de este tipo en cada uno de los tres hospitales principales: Calderón Guardia, México y San Juan de Dios.