Hay vacunas que los niños costarricenses reciben mientras están en el curso lectivo: un refuerzo contra el sarampión, rubeola y paperas en su primer año de escuela, así como un refuerzo contra la difteria y el tétanos a los diez años y, en el caso de las niñas, dos dosis de la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH) a sus diez años.
No obstante, de todo el esquema básico de vacunación, estas son las que tienen una menor cobertura a nivel nacional.
Un reporte del Ministerio de Salud (MS), que tomó en cuenta el primer semestre del 2023, señaló que las vacunas donde la cobertura es inferior al 80% son precisamente las que se colocan durante el período escolar.
El refuerzo de sarampión tiene una cobertura del 79%, el del tétanos del 71%, y, aunque la primera dosis del VPH sí supera el 80% (con un 82%), la segunda dosis cae al 49,86%.
Para que una tasa de cobertura se considere ideal, debe sobrepasar el 95%.
“Es necesario valorar con los niveles locales, tanto del Ministerio de Salud como de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), para hacer planes remediales y ver de qué manera se puede aumentar las coberturas de vacunación; llama la atención que las vacunas que no cumplen con el 80% de coberturas de vacunación son del ámbito escolar”, resaltó el reporte de Salud.
Estos biológicos se colocan en coordinación con el Ministerio de Educación Pública (MEP) y la Caja.
La CCSS, como encargada de administrar el fármaco, coordina a través de las áreas de salud con los centros educativos de cada región, para establecer el día en el que llegarán a inyectar a los menores.
Como parte del protocolo, la escuela debe enviar una circular para avisar a los padres de la visita para la vacunación. Si por alguna razón el menor no puede asistir, este siempre puede ser inoculado en su Ebáis correspondiente con solo presentar su libro de vacunas e ir acompañado por un adulto responsable.
Algunos padres no envían a los hijos el día de la vacunación
Para la educadora Silvia Porras Valenciano, quien da clases en una escuela pública en San José, es usual que las familias, que de antemano conocen la fecha de vacunación, opten por no enviar a sus hijos ese día a la escuela y así evitan la vacunación.
“Incluso a veces no envían ese día a los hermanos que están en otros niveles, para que así nadie les pregunte por qué no vino el niño o la niña que tenían que vacunarse. No son muchas las familias que hacen esto, son realmente pocas, pero sí es una tendencia que hemos visto en los últimos dos años”, especificó.
Ese no es el único centro educativo en esas circunstancias. El epidemiólogo Melvin Anchía Villalobos, de la Región Huetar Norte de la CCSS, afirmó en una entrevista anterior que durante las campañas de vacunación contra la covid-19 en las escuelas era usual que los padres no enviaran a sus hijos. Posteriormente, eso se trasladó a las campañas otras vacunas, algo que anteriormente no se veía.
Las estrategias de la CCSS
Elvis Delgado, de la Subárea de Vigilancia Epidemiológica de la CCSS, recordó que los datos que brinda el Ministerio de Salud también contemplan los centros privados. En algunos casos, las familias optan por aplicar estas vacunas con su pediatra de confianza.
“Este primer semestre del 2023 ha sido retador desde el punto de vista de vacunación, pues se marcó por estrategias de vacunación para iniciar el proceso de mejorar las tasas de cobertura de vacunas regulares afectadas en el 2020 y en el 2021 por el contexto pandemia”, destacó.
También, indicó que para mejorar las coberturas se envían mensajes a los padres y encargados sobre la importancia de la vacunación, en donde se recuerda que las puertas de los centros de salud siempre están abiertas.
“Sí es importante seguir insistiendo ante los padres para que, incluso, si el menor no recibe la vacuna en este escenario, lo lleve al centro de salud más cercano para que le apliquen el biológico y así protegerlo de enfermedades inmunoprevenibles”, destacó Delgado en su respuesta.
Coberturas de otras vacunas
Según el reporte de Salud, durante el primer semestre del 2023, la cobertura de las campañas de vacunación puede dividirse en tres: verde (90% o más), amarilla (entre 80% y menos del 90%) y roja (menos del 80%).
En la categoría verde están:
- Segunda y tercera dosis de Hepatitis B. El 91,96% de quien recibió primera dosis recibió la segunda y el 96,86% de quienes recibieron la segunda recibieron la tercera.
- Segunda y tercera dosis de la vacuna pentavalente, que protege contra difteria, el tétanos, la tosferina, la poliomielitis y la Haemophilus influenzae tipo B. El 93,5% de quienes se vacunaron por primera vez lo hicieron una segunda, y el 94,4% de quienes se inocularon una segunda vez fueron por la tercera.
- Vacuna contra neumococo. La primera dosis la recibió el 91,72%. La segunda dosis la obtuvo el 95,22% de quienes obtuvieron la primera.
- Vacuna contra el rotavirus. La primera dosis fue administrada en el 90,58% de la población meta, de ellos, el 91,46% recibió la segunda.
- Vacuna contra la varicela. La recibió el 92,68% de la población meta.
- Primera dosis contra sarampión, rubeola y paperas. La recibió el 95,52%.
En la categoría amarilla se encuentran:
- Vacuna BCG, que protege contra la tuberculosis. Recibida por el 84,42% de la población meta.
- Primera dosis de la vacuna contra la Hepatitis B. Fue administrada al 86,91% de la población.
- Primera dosis de vacuna pentavalente. La recibió el 89,52%.
- Difteria y tétanos. Recibida por el 87,84%.
- Primera dosis contra el VPH. Se aplicó al 82% de las niñas.
La categoría roja está compuesta por:
- Refuerzo de sarampión, rubeola y paperas. Recibida por un 79% de los niños.
- Tétano y difteria (refuerzo de los 10 años). Aplicada en el 71,88% de la población meta.
- Segunda dosis de VPH. La recibió el 49,86% de las niñas.
- Vacuna contra tosferina en embarazadas. Recibida por el 31,52%. Salud hace una salvedad: no se cuenta con los datos de las vacunas aplicadas a nivel privado y muchas embarazadas pueden estar en esta categoría.
Durante la pandemia, la vacunación había registrado caída en la mayoría de las enfermedades. Muchas de estas ya han ido logrando recuperarse, pero todavía los especialistas en salud trabajan para poner al día a quienes no las tienen y no ceder en la inoculación de los bebés que nacen en la actualidad.
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