Todo está coordinado. Cada miembro del equipo –ginecólogos, anestesiólogos, personal de enfermería, asistentes, personal del Banco de Sangre, de rayos X, choferes de ambulancia y asistentes– tiene claro su papel en la cesárea de los sextillizos, prevista para la próxima semana en el Hospital México.
En total, casi 50 personas participarán, de un modo u otro, en este alumbramiento séxtuple. Habrá 21 encargados directos de recibir a los bebés y un numeroso equipo de apoyo para atender a la madre y a sus hijos después del parto.
Todos ellos están también preparados por si se da una emergencia durante el fin de semana o en las noches o madrugadas.
El Banco de Sangre del centro médico ya tiene una reserva importante en caso de que la madre tenga un sangrado mayor del esperado y necesite una transfusión. “Tenemos listos los distintos componentes: plasma, plaquetas, glóbulos rojos. Estamos listos para apoyar apenas se nos avise, en caso de ser necesario”, aseguró Xinia Rojas, jefa del Banco de Sangre.
El departamento de Rayos X también está preparado. Ya destinó a un radiólogo con disponibilidad, y dos técnicos (no uno, como es usual) estarán listos para tomar y revelar las imágenes que se requieran en el menor tiempo posible. “Sacaremos las placas y ultrasonidos que sean necesarios para determinar la condición de los bebés. El plan de trabajo lo tenemos diseñado desde la semana pasada”, manifestó Carlos Quirós, jefe de ese departamento.
Cuidados a la madre. Sandra Vargas, jefa de Ginecoobstetricia del Hospital México, es quien coordina los cuidados que debe tener la herediana de 34 años, quien está próxima a terminar su semana 27 de gestación.
Vargas afirma que la futura madre no tiene mayores complicaciones de salud, pero la gestación de tantos bebés podría comprometer su estado. Es por eso que la cesárea se programó para la próxima semana.
“Por sus dimensiones y peso, el útero tiene riesgo de ruptura, el volumen del útero causa restricción pulmonar. Además, después de cierto tiempo, los fetos entran en una competencia por nutrientes y podría haber falta de estos, de manera que no es bueno un embarazo prolongado”, explicó la especialista. Su alimentación también es vigilada para que esté en la mejor condición posible para la cirugía.
A la espera de los bebés. Los profesionales en neonatología también están atentos para recibir y atender a los bebés, que nacerán prematuros y con muy bajo peso.
“Un bebé con peso normal pesa entre 2.500 y 4.000 gramos al nacer. Ellos están entre los 650 y los 900 gramos”, precisó Patricia Fallas, jefa de Neonatología del Hospital México.
“Nos gustaría que se quedaran más (en el útero), pero por salud de la madre y por la competencia que pueda darse por oxígeno y nutrientes, sabemos que no es posible”, añadió la experta.
Fallas afirmó que los riesgos para estos niños son muchos. Se cuentan entre ellos la necesidad de reanimación al nacer, problemas respiratorios, daños en la vista, retrasos en el desarrollo psicomotor, el requerimiento de pasar por lo menos dos o tres meses en el hospital y la amenaza de morir en el proceso.
“Cuando crezcan, también tienen riesgo de retraso mental, autismo y bajo rendimiento escolar. Se podría decir que la persona ya superó esto cuando salga de quinto año. Es mucho tiempo el que debe pasarse pendiente”, sostuvo.
Se prevé realizar la cesárea la semana entrante; la fecha exacta se definirá en días próximos.