Wuhan, China. Aunque algunos extranjeros pudieron salir de Wuhan, epicentro del nuevo coronavirus, muchos siguen bloqueados en la ciudad china, donde viven angustiados y recluidos a miles de kilómetros de sus casas.
“Queremos irnos”, expresa Gaurab Pokhrel, un estudiante de medicina preguntado desde Hong Kong y que forma parte de los 200 nepalíes que no fueron evacuados.
"Ya no podemos seguir sobreviviendo así", añade, y explica como los estudiantes, chino y extranjeros, copan las pocas tiendas que siguen abiertas.
Más de 60.000 personas fueron contaminadas en China por el nuevo coronavirus, de las cuales más de 1.350 murieron.
Desde hace tres semanas, la casi totalidad de la provincia de Hubei -cuya capital es Wuhan, donde en diciembre apareció el coronavirus-está de facto en cuarentena.
Centenares de extranjeros pudieron salir gracias a los aviones enviados por sus países. Pero otros muchos, de los que se desconoce la cifra exacta, no tuvieron tanta suerte y viven aislados del mundo.
Personal médico de #Wuhan se rapa para reducir el riesgo de contagio de #coronavirus (inglés) pic.twitter.com/AW8HxvyMgs
— Reuters Latam (@ReutersLatam) February 13, 2020
Según cifras del lunes, en China hay 27 extranjeros entre los infectados. Un estadounidense y un japonés murieron.
La investigadora pakistaní Ruqia Shaikh, bloqueada en el campus de la universidad Zhongnan, indica que la mayoría de estudiantes están confinados en sus dormitorios, donde se pasan el día viendo la televisión.
Entrampados
La universidad facilita todos los productos habituales, pero al doble de su precio normal.
“Ya estamos hartos de comer verduras y arroz hervido. La sola actividad física consiste en caminar en la terraza, donde estamos expuestos al riesgo” de contaminación, añade.
Muchos pakistaníes quieren ser repatriados, pero también están preocupados por lo que pase una vez allí.
“Nos sabemos cómo las autoridades nos tratarán en Pakistán”, explica Ruqia Shaikh. “Algunos estudiantes que se fueron dicen que los funcionarios los trataron muy mal”.
El gobierno de Pakistán indicó que medio millar de estudiantes de ese país están en Wuhan. No se anunció ningún proyecto de evacuación.
Al contrario de otro países, Pakistán mantuvo los vuelos con China y aseguró que controla si los pasajeros tienen fiebre cuando llegan.
Por su parte, Yemen no parece tener previsto evacuar a sus 115 ciudadanos en Wuhan, lamenta Fahd Al Tawili, un yemení de 31 años en cuarentena en la universidad china de geociencias.
"Todo el mundo fue evacuado menos nosotros. Solo quedan los sudaneses", afirma. "Cuando finalmente nos dejan salir, las pocas tiendas abiertas están llenas de gente y tenemos que esperar mucho tiempo fuera para no comprar casi nada".
Según él, su gobierno no escucha las peticiones de repatriación y tampoco mandó las ayudas financieras que prometió a los becarios.
Otro yemení, de 23 años, estudiante en la universidad de Huazhong de ciencia y tecnología, asegura que los estudiantes viven “aterrorizados de quedar infectados”.
La semana pasada, Bangladés evacuó a 312 personas, en su mayoría estudiantes, y quiere evacuar a otros 171. Pero los pilotos de la compañía nacional Biman rechazaron volar por temor a ser infectados.
“Ninguna tripulación quiere ir. Los que fueron una primera vez ya no quieren volver”, dijo el sábado a la prensa el ministro de Relaciones Exteriores de Bangladés, AK Abdul Momen.
Su gobierno intenta, de momento sin éxito, organizar un vuelo con tripulación china.
Francia evacuó desde enero a 279 personas en tres vuelos. Solo el cónsul general del país, Olivier Guyonvarch, se quedó en Wuhan con 40 franceses que no quisieron irse o que no pudieron subir a los primeros aviones.
Otros creen que, paradójicamente, quedarse en Wuhan sea quizá la mejor manera de evitar el contagio.
Es el caso del australiano Edwin Reese, reticente a que su mujer abandone Wuhan. “Está allí en un pequeño jardín con frutas y verduras. Es todo lo que necesita”, asegura. “¿Para qué salir y exponerse? Habría que estar loco para hacerlo”.