El extraño caso de un niño de ocho años sin factores de riesgo frente a la covid-19, que falleció en cuestión de seis horas, impactó al país la semana pasada y provocó nuevas interrogantes frente a esta enfermedad de reciente aparición.
¿Qué sucedió con este paciente? ¿Por qué se están viendo otras muertes fulminantes como esta en otras partes del mundo? La respuesta es muy compleja y está relacionada con el virus en sí mismo y, más aún, con la manera en que reacciona el sistema inmunitario al momento de enfrentarse al SARS-CoV-2.
Todo apunta a un fenómeno muy poco frecuente, conocido como edema cerebral agudo primario (AFCE, por sus siglas en inglés). En la literatura médica hay reportes de un caso igual al del niño tico en Carolina del Norte, Estados Unidos, en junio pasado, mientras que otro análisis, de agosto pasado, hizo referencia a cinco casos similares.
La familia del menor costarricense considera que no se trató de covid-19, dado que todas las personas del núcleo familiar se hicieron la prueba diagnóstica y dio negativa. Sin embargo, en el centro médico se le hizo el test al paciente como parte de los exámenes necesarios a su ingreso y el resultado fue “contundentemente positivo”, aseveró Olga Arguedas Arguedas, directora del Hospital Nacional de Niños, donde se produjo el deceso.
En un inicio, el personal que atendió al menor no sospechó que se tratara de covid-19, porque no tenía los signos normales de dicha enfermedad, pero al ser un virus tan prevalente en Costa Rica, la prueba se hizo para descartarla, y dio positiva.
Arguedas explicó que de los niños que llegan con la enfermedad, el 80% fueron contagiados por un familiar, pero no fue así en esta situación. Además, el menor no acudía a la escuela de forma presencial.
“Hay un 20% en los que el contagio se puede dar en otros ámbitos de muy diversa índole. Con lo transmisible de la variante delta esta pudo darse en un encuentro efímero en cualquier lugar”, afirmó la jerarca, quien es especialista en Inmunología Pediátrica.
Las sospechas de los familiares se inclinaban hacia una meningitis bacteriana, pero Arguedas sostiene que se hicieron las pruebas correspondientes y fue descartada. “Se le hizo una batería de exámenes muy amplia para dar con qué tenía el menor y se descartó que fuera meningitis”, aseguró.
Sin embargo, era difícil tanto para familiares como para especialistas que atendían el caso entender qué sucedía con un niño saludable, que no mostrara síntomas de covid-19 y que de forma repentina comenzara con fiebre, dificultad respiratoria, descompensación, problemas en el sistema nervioso central y que falleciera seis horas después en el servicio de Emergencias del HNN.
“Es una presentación muy atípica, pero sí es covid-19”, recalcó Arguedas.
Rara inflamación cerebral
Tanto Arguedas como los reportes de los escasos menores que a nivel mundial han percibido este perfil dan cuenta del edema cerebral agudo primario (AFCE, por sus siglas en inglés). Esta condición no es exclusiva de covid-19, también se ha visto en otros procesos infecciosos relacionados con otros patógenos.
La revista Child Neurology Open define al AFCE como un fenómeno pediátrico muy poco frecuente, pero usualmente letal, que consiste en fiebre, alteración en la función cerebral, inflamación cerebral y, en algunos casos, convulsiones.
“De un momento a otro, el cerebro se hincha y entonces se produce una salida de las estructuras del tallo cerebral por el foramen magnum, que es por donde entra, digamos, la columna hacia el cráneo y eso produce la muerte”, explicó Arguedas.
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De acuerdo con la especialista en Inmunología Pediátrica, esta es más bien una reacción exagerada del sistema inmunitario a la hora de enfrentar al virus. En este caso es una respuesta hiperinflamatoria.
Cuando nuestro sistema inmunitario se enfrenta a una amenaza por algún patógeno, es normal que se dé una respuesta inflamatoria para combatir al “enemigo”. Cuando un tejido es dañado por un virus, bacteria u otro microorganismo, el tejido dañado libera químicos, estos químicos hacen que los vasos sanguíneos dejen escapar líquido hacia los tejidos, lo que causa inflamación.
Esta inflamación es parte de una respuesta normal. Si hacemos la analogía de que nuestras defensas son un ejército, la inflamación es parte de las armas que utilizan como respuesta. Sin embargo, en algunas ocasiones muy raras, el ejército responde más de la cuenta y, en lugar de tirar balas, lanza una bomba, y en el proceso mueren inocentes. Esto es lo que sucede en casos de AFCE en covid-19.
“El proceso inflamatorio tan violento produce complicaciones y la muerte”, resumió Arguedas.
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Los otros casos
Un reporte de caso en la revista Child Neurology Open narra la historia de una niña latina residente en Carolina del Norte. La menor era saludable y ni ella ni sus familiares tenían historia de respuestas inmunitarias alteradas ante ninguna enfermedad.
La niña llegó al hospital en crisis pocas horas después del inicio de síntomas. Se le hizo prueba de covid-19 y resultó positiva. Análisis confirmaron también que tenía AFCE. Falleció a las 12 horas de su ingreso.
“Este reporte sugiere que una infección de covid-19 puede precipitar un ACFE en niños previamente sanos y su acción es sumamente rápida, por lo que es necesario tomar esto en cuenta y saberlo reconocer”, cita el informe.
En agosto pasado, una revisión en la revista Neurology International dio cuenta de cinco casos de AFCE en menores. Sin embargo, no en todos se dio una evolución tan rápida y en un caso no fue mortal.
Dentro de los pacientes se hablaba de un niño de siete años sin historia médica precedente que llegó al hospital luego de tres días con fiebre, dolor de cabeza y abdomen y náuseas y vómito. A los dos días, desarrolló dolor de cuello y su dolor de cabeza aumentó. Él experimentó deterioro neurológico rápido y se confirmó la inflamación en infección por covid-19. Posteriormente fue diagnosticado con muerte cerebral.
Otros dos casos en esta revisión fueron diagnosticados con el Síndrome Multisistémico Inflamatorio Infantil (MIS-C, por sus siglas en inglés), una rara condición que se da posterior a la infección de covid-19 y que puede ser mortal.
De los cinco casos descritos, solo uno sobrevivió. Los casos revisados todos responden a niños y adolescentes. En adultos se han visto casos de inflamación cerebral, pero no con el nivel de fatalidad visto en los menores.
Arguedas aclaró que estas complicaciones son sumamente infrecuentes y que la gran mayoría de los menores con covid-19 se recuperan en sus hogares sin la menor complicación.
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