Muchas mujeres que sufren infecciones vaginales desconocen que las padecen. Si estos padecimientos no se tratan, pueden desencadenar en infecciones mayores que se expanden –y afectan– a otras partes del cuerpo (como la uretra o la vejiga) o que causan problemas en un embarazo o parto.
Este fue el tema principal de una de las ponencias expuestas en el Congreso Latinoamericano de Ginecología y Obstetricia, celebrado en nuestro país.
Según la exposición, muchas mujeres confunden sus síntomas con una comezón o irritación pasajera. Muchas de ellas creen que los cambios en el flujo característicos de estas infecciones son normales, cuando en realidad son padecimientos que pueden complicarse y afectar otras partes del cuerpo o causar problemas a la hora de un embarazo o parto.
La automedicación es una práctica que puede aumentar aún más el problema.
“Uno de los mayores problemas de las infecciones es que muchas mujeres que sí detectan los padecimientos toman los mismos medicamentos o cremas que le recetaron a su mamá, a su amiga o a su vecina. Esto es un error porque cada infección es diferente y cada paciente es distinto. Tomar lo que tomó otra persona más bien puede perjudicar a la paciente”, advirtió Ricardo Martín, ginecólogo e investigador colombiano.
“También es un error ir a la farmacia a buscar recomendaciones de un farmacéutico. Solo un ginecólogo puede recetar lo que realmente la paciente necesita para tratar su infección y prevenir infecciones futuras”, agregó.
Martín explicó también que si una mujer no se trata adecuadamente después de una infección, estará más expuesta a nuevas y más severas infecciones.
Cambios en el color, olor, textura o cantidad son señal de una posible infección y deben ser atendidos por un profesional.
Las infecciones más comunes son causadas por bacterias (en el 70% de los casos, según datos de la Organización Mundial de Ginecología y Obstetricia), le siguen los problemas por hongos (20%) y las infecciones por tricomonas (10%), un parásito que se transmite por vía sexual –por lo general, el hombre es portador de este parásito y no presenta síntomas de infección; las mujeres son las más afectadas por este agente–.
“Estas infecciones son causadas, en su mayoría, por agentes (hongos y bacterias) que viven comúnmente en la vagina de la mujer. En las vaginas hay muchas bacterias y hongos que en su mayoría no provocan infecciones, pero, a veces, porque se bajan las defensas, o por mala higiene o más bien exceso de higiene y duchas, estos agentes se multiplican y crecen”, explicó Cam Lin Acuña, presidenta de la Asociación Costarricense de Ginecología y Obstetricia.
“Todo extremo es malo. Tan malo es no preocuparse por la higiene vaginal como lavarse excesivamente. Esto puede alterar la flora que protege la vagina y permitir que las bacterias y hongos que causen infección se reproduzcan”, añadió.
La especialista agregó que las visitas periódicas al ginecólogo son vitales para determinar las características de una infección y encontrar el tratamiento indicado, especialmente en mujeres con piel muy sensible o con infecciones vaginales recurrentes.