Es muy común escuchar que una persona no se sacará las “muelas de juicio” o “cordales” hasta que no esté con un dolor fuerte que le impida comer, tragar y estar tranquilo.
Muchos de ellos aducen que quieren evitar extracciones o cirugías complicadas que provoquen más dolor y una recuperación lenta. Sin embargo, postergar este procedimiento causa daños a la salud.
Una ponencia que se presentará esta semana durante el de la Federación Odontológica de Centroamérica y Panamá (FOCAP), advierte de los riesgos de formación de bacterias que no solo afectan la boca, si no el resto del cuerpo.
“Es mejor que se saquen cuando están en desarrollo. La edad ideal sería entre los 14 y los 18 años. Si se postergan, se forma una contaminación crónica de placa bacteriana que empeora la salud de la persona, e incluso está asociada a abortos espontáneos”, explicó Oscar Reighe, especialista en cirugía maxilofacial, quien estará a cargo de la ponencia el jueves 29 de enero.
Según el especialista, un organismo joven es más sencillo, tiene un hueso más suave para trabajar y la recuperación es más rápida. Además, la higiene en la zona de las cordales es muy difícil, por lo que entre más tiempo se deje pasar, más tiempo llevarán esas muelas de estarse contaminando con una mala higiene bucal.
Revisión. Para Reighe, lo importante es que un especialista revise los dientes desde que son niños y vaya determinando la forma en la que se van desarrollando las cordales.
Las consultas determinarán no solo el mejor momento para sustraer las cordales, si cómo extraerlas, ya sea por extracción normal o si requieren cirugía.
“ Ahora vemos niños que desarrollan muy rápido, otros van más lento, por eso mismo es necesario que un especialista determine cuándo es el mejor momento para removerlo, normalmente es en la pubertad o pospubertad”, aclaró el especialista.
Reighe aclaró que las medidas de higiene son vitales. Lavarse los dientes después de cada comida, utilizar hilo dental y visitar al odontólogo cada seis meses mejorará la salud bucodental.