A mediados de este año, los médicos costarricenses estarán en capacidad de detectar la sordera de un bebé en las primeras 24 horas de nacido.
Esto favorecerá el tratamiento temprano de los niños y reducirá los problemas de lenguaje y de inserción en el sistema educativo que su padecimiento podría acarrearles durante los primeros años de vida.
Así lo señaló la ministra de Salud, María Luisa Ávila, quien comentó que el proyecto de tamizaje auditivo será implementado aquí a partir del segundo semestre de este año.
Actualmente, el diagnóstico de niños sordos en el país se realiza aproximadamente a partir de los tres años de edad y solo cuando los padres notan deficiencias auditivas en sus hijos y los llevan al médico.
Esta detección tardía significa un atraso sustancial en el desarrollo de las habilidades de lenguaje y comunicación de los niños con este padecimiento.
Por el contrario, si un niño nace con algún daño auditivo y recibe tratamiento antes de los seis meses de vida, tiene un 95% de probabilidades de ingresar a primer grado de la escuela manejando un lenguaje normal.
Por eso, el “tamizaje auditivo” busca hacer una diagnóstico temprano en las maternidades de los centros hospitalarios nacionales.
El plan propone utilizar un equipo de emisiones otoacústicas (EOA) en cada centro médico.
Se usan las emisiones otoacústicas porque estas están presentes en las personas con audición normal. Entonces, su presencia sugiere que el oído del bebé tiene un buen funcionamiento, y su ausencia denota problemas.
La prueba. El test consiste en introducir en el oído externo –o conducto auditivo– de los recién nacidos una sonda diminuta que emite sonidos identificables en el rango normal de un ser humano, que es de entre 20 hercios (Hz) y 20.000 Hz.
Durante un minuto, esta sonda está en capacidad de detectar si este estímulo sonoro produce ecos en el oído interno del bebé.
Lo que hace la prueba es identificar si las células llamadas “ciliadas” funcionan de manera adecuada, explicó el médico Sebastián Malek, presidente de la Asociación para la Detección e Intervención de la Sordera (ADIS).
Las células ciliadas transforman la señal acústica que llega al oído en impulsos eléctricos que son interpretados como sonidos por el cerebro.
“Si este proceso no ocurre, el pequeño podría tener un problema de sordera congénita”, dijo Malek.
En caso de detectar problemas de audición hay dos opciones posibles de tratamiento, dependiendo del daño identificado.
Cuando hay al menos algunas células ciliadas sanas, se pueden utilizar audífonos digitales que amplifiquen el sonido en el oído del niño permitiéndole así escuchar y aprender a hablar.
En caso de que el oído esté más dañado se puede acudir a un implante coclear, que consiste en colocar un dispositivo electrónico que restablece la audición. El aparato se coloca en el oído interno y es activado por otro dispositivo fuera del oído.
El proyecto de tamizaje auditivo se desarrolla con el apoyo de ADIS y la colaboración del Centro Nacional para la Evaluación y Tratamiento de la Audición, de Estados Unidos. Cuenta con el aval del Ministerio de Salud.