El 27 de abril pasado, el ministro de Salud Daniel Salas presentó proyecciones de escenarios que estimaban qué podría suceder si en ese momento se levantaban todas las medidas sanitarias, pero también, qué sucedería si se mantenían todas ellas.
El jerarca dijo en ese entonces “si hoy se levantan todas las restricciones tendríamos 53.000 casos a mediados de julio”.
Ese día también dio una cifra si aún se mantenían las medidas de aquel entonces. Al 21 de julio se tendrían 1.368 casos, un número muy similar al visto este martes, 48 días antes.
Este 3 de junio solo nos separan 211 casos de esos 1.368.
¿Qué sucedió? No es tan fácil de detallar, pero lo primero, según la epidemióloga y exviceministra de Salud Ana Cecilia Morice es dar cuenta de algo: las proyecciones no son “una bolita de cristal” que predice el futuro.
“Las proyecciones son un estimado de lo que sucedería según comportamientos que se han visto hasta el momento, pero la realidad la vemos llegar hasta el momento”, enfatizó.
Hay algo que debe tomarse en cuenta a la hora de leer estos números también. Cuando se hicieron las proyecciones del mejor escenario se hicieron con base en las medidas que se tenían el 27 de abril, que si bien no eran tan rigurosas como las de Semana Santa, sí eran más que las vistas a partir del 1.° de mayo, cuando las medidas comenzaron a flexibilizarse y hubo mayor apertura a que las personas salieran en burbuja social.
Pero también, según Morice, los diferentes números de casos de un día a otro responden a la dinámica de contagios que ha tenido nuestro país desde la llegada de la enfermedad.
“En Costa Rica no ha habido transmisión comunitaria sostenida, sino un comportamiento en clústeres y esto ha llevado a un trabajo muy minucioso de seguimiento de contactos. Por eso es que los números suben y bajan, dependiendo de las características de los clústeres de la oportunidad de la respuesta y efectividad del bloqueo de contactos”, detalló la epidemióloga.
Y añadió: “O sea, que el monitoreo y las decisiones no se toman solo en la curva de casos, si no tomando en cuenta otros indicadores”.
En otras palabras, la situación de la enfermedad no tiene que ver solo con la cantidad de casos por día, si no con la procedencia de estos. No es lo mismo nuevos casos que coviven en el hogar de una persona confirmada anteriormente y que fue esta quien lo contagió, a si están ligadas con un clúster anterior o son casos que salen y no se tiene claro de dónde.
¿Bajar la guardia?
La socióloga Andrea Alvarado también indica que el permanecer mucho tiempo en casa ayuda a que las personas se cansen y comiencen a bajar la guardia.
“Nuestra naturaleza humana es salir y estar con más personas. Cuando se nos pide quedarnos en casa podemos hacerlo, pero con el tiempo comenzamos a bajar la guardia. Muchas personas comienzan a ver que no hay aumento brusco de casos y creen que entonces no es para tanto y se descuidan, pero esto, al mismo tiempo, puede hacer que los casos aumenten”, señaló.
Aunque no hay estudios ni números que confirmen que las personas bajaran la guardia y descuidaran las medidas de higiene y de distanciamiento, sí hay algunos indicadores de mayor movimiento.
Dentro de ellos están las intervenciones que la Fuerza Pública ha hecho en fiestas clandestinas, como la ocurrida Ciruelas de Alajuela el fin de semana anterior en la que había 50 personas de las cuales 15 fueron detenidas, o fotografías de redes sociales donde se muestran actividades sociales.
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