La obesidad es un problema creciente en Costa Rica. Entre 2018 y 2023, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) hospitalizó a 1.847 personas debido a las complicaciones asociadas a esta condición. Así lo señaló un informe divulgado por la Universidad Hispanoamericana (UH) la mañana de este 1. ° de marzo, en el marco del Día Mundial de la Obesidad, que se conmemora el 4 de este mes.
Este es un problema que afecta con mayor intensidad a las mujeres, de acuerdo con el reporte, pues en ese periodo hubo 1.296 mujeres y 551 hombres internados. Es decir, hubo 2,35 mujeres hospitalizadas por cada hombre. Las mujeres también imperan en las consultas médicas por este tema en la seguridad social; dos de cada tres atenciones en consulta externa (67%) se brindaron a mujeres.
Otro informe publicado por la UH en marzo de 2023, había revelado que por cada hombre diagnosticado con esta condición hay 2,36 mujeres.
El 17% de los egresos hospitalarios de entre 2018 y 2023 fue debido a cirugías de “desviación gástrica” (popularmente conocidas como bypass gástrico o similares). El 84,27% de los asegurados que requirieron de esta intervención fueron mujeres.
Los grupos de edad con mayor cantidad de estancias hospitalarias fueron los que están entre 40 y 64 años, que agruparon el 78,17%. Sin embargo, el reporte llama la atención de que el 2% de los internamientos por esta razón (37) fueron niños que no habían cumplido su primer año de vida.
Otro aspecto que llama la atención es que antes de los 10 años, los hombres tienen más internamientos que las mujeres. A partir de esa edad, ellas pasan a tener una mayor presencia.
Entre 2018 y 2023, la tasa promedio fue de 6 internados por cada 100 mil habitantes. “El dato más preocupante es el 2023, que registró una tasa de 8,99 internamientos por obesidad por cada 100 mil habitantes”, destacó el documento.
Mortalidad por obesidad
Las muertes por complicaciones asociadas a esta condición también inquietan a los investigadores. Si se toman en cuenta los mismos años de análisis (de 2018 a 2023) hubo 379 fallecimientos. La preocupación se evidencia cuando se ven datos de años anteriores.
De acuerdo con el análisis, entre 2000 y 2010 había unos 30 decesos al año; de 2015 a 2018 el promedio subió a 48. En 2019, hubo un brusco descenso a solo 12 muertes, cuyas causas los investigadores no lograron determinar. Después aumentó a números que oscilan entre los 60 y los 95.
¿Cómo se mide la obesidad?
El indicador utilizado a nivel mundial para medir la obesidad es, desde hace décadas, el Índice de Masa Corporal (IMC).
Para calcularlo, lo primero que debe hacer una persona es pesarse en una báscula con la menor cantidad de ropa posible. Luego, dividir su peso entre su estatura en metros, elevada al cuadrado.
Si la cifra resultante es mayor de 30, la persona tendrá “obesidad”. Si el número es entre 35 y 39,9 el individuo tiene “obesidad severa”, y si el resultado es más de 40, la obesidad es “extrema” o “mórbida”.
Para verlo de forma más clara damos un ejemplo: si alguien pesa 87 kilos y mide 1,70 metros, debe multiplicar 1,70 por 1,70. El producto es 2,89. Luego tiene que dividir los 78 kilos entre 2,89. El resultado es 30,1. En este caso, la persona ya tiene obesidad.
Pérdida de calidad de vida
El reporte también tomó en cuenta los años de vida perdidos por discapacidad (AVAD). Esta variable mide la cantidad de años en promedio que la población vive con discapacidad como causa de una enfermedad o condición.
Cuando de obesidad se trata, los años perdidos por discapacidad aumentaron un 95,6% entre 1990 y 2019 (último año para el cual hay datos disponibles). Si se toman en cuenta todos los años perdidos por esta causa, la obesidad se lleva la carga del 9,4% de los AVAD.
Panorama poco claro
Pese a los datos anteriores, la información no es suficiente para conocer el panorama nacional, ya que no todas las personas buscan ayuda para su problema y muchas lo hacen en el sector privado.
Pablo Mora, coordinador de extensión de la Escuela de Nutrición de la UH, recordó que hay carencia de datos que impiden ver el problema en toda su magnitud. Afirmó que la última encuesta nacional de nutrición fue hace 15 años, y esos datos ya no se ajustan a la situación actual.
Para el médico y epidemiólogo Ronald Evans Meza, coordinador del informe, el desvelo no es únicamente la obesidad en sí misma, sino que esta eleva el riesgo de sufrir otras enfermedades crónicas, como niveles altos de colesterol y triglicéridos, hipertensión, diabetes, infartos al miocardio y accidentes cerebrovasculares (popularmente conocidos como “derrames cerebrales”).
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