Desde que la variante ómicron del coronavirus se detectó, a finales de noviembre, los científicos y médicos le han identificado dos características: es mucho más transmisible que la variante delta, pero los síntomas que produce son más leves y conducen en menor medida a hospitalización y a muertes.
Sin embargo, ¿qué hay en ómicron y en sus mutaciones que la hacen tener estas características tan específicas que la impulsan a causar olas fuertes, y rápidas en las que un porcentaje bajo se complica? Profesionales en diferentes ciencias han estudiado ambas particularidades, y, aunque aún es pronto para tener la totalidad de las respuestas, sí se tiene una idea bastante definida.
Para explicar esta situación, La Nación analizó las diferentes publicaciones científicas sobre el tema, revisó declaraciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y conversó con la viróloga costarricense Eugenia Corrales Aguilar, quien ha estudiado de cerca el virus desde el inicio de la pandemia.
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Mayor poder de infección
Maria Van Kerkhove, jefa técnica de covid-19 de la OMS indicó que esta variante tiene cambios genéticos que le permiten adherirse de mejor forma a las células humanas.
Además, Corrales explicó que el virus se replica en mayor cantidad. Entonces, si una persona se infecta tendrá una mayor carga viral (cantidades de copias del virus) y contagiará a otros más fácilmente.
“Las medidas de contención siguen siendo las mismas, porque el virus se sigue transmitiendo de la misma forma, pero las mismas medidas no serán tan efectivas, porque las personas alrededor de alguien con el virus estarán más expuestas a que si la persona con el virus produjera poquita cantidad”, manifestó Corrales.
Para la viróloga es necesario utilizar la mascarilla siempre y cerciorarnos de que esté bien colocada, sin “huecos” que permitan la entrada y salida de aire, y que no se estén moviendo mientras la persona habla. A esto se le debe añadir que la mascarilla debe cubrir por completo boca, nariz y mentón.
Otra de las particularidades de este virus es que el período de incubación (tiempo transcurrido desde la infección hasta los primeros síntomas) es más corto (de cuatro a cinco días), lo que quiere decir que el virus se replica también más rápido y la persona podría contagiar desde antes.
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¿Por qué es menos agresivo?
Según lo visto hasta el momento, es menor el porcentaje de quienes se complican y requieren un hospital. Y, de ser así, sus complicaciones al ingresar al centro médico serán menores, con lo que el riesgo de necesitar cuidados intensivos es menor que el visto con variantes anteriores.
¿A qué se debe esto? Corrales explica que la forma en la que ómicron ataca es diferente a las vistas en otras variantes y eso hace que los enfermos tengan menores complicaciones. Esto es porque el principal punto de ataque son las vías superiores (nariz y garganta) y no las inferiores (como bronquios y pulmones).
La especialista indica que la covid severa, además de ser un fenómeno sistémico (en el que están envueltos diferentes órganos de diferentes sistemas), comienza por una hiperinflamación del sistema inmune en el pulmón. En otras palabras, al intentar combatir el virus, nuestras defensas se activan y esto conlleva a la inflamación de tejidos.
“Al haber menos virus en los pulmones se ven casos menos severos. Sin embargo, esto no quiere decir que haya personas que no vayan a sufrir esto del todo, solo que lo harán en menor proporción”, destacó.
La viróloga hace una salvedad: estas manifestaciones más leves no solo se deben a que ómicron en sí misma tenga características más benevolentes para nuestro cuerpo. Además, la inmunidad generada por vacunación y por infección natural (en quienes ya se contagiaron meses antes) haría que nuestro sistema de defensas ya esté entrenado y combata al virus antes de que este se complique.
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¿La última variante pandémica?
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Una de las principales interrogantes es si ómicron será la última variante de la pandemia y si luego de esta llegará la llamada endemia, donde el virus seguirá circulando y presentará brotes de vez en cuando, pero sin las características vistas hasta hoy.
Sin embargo, no todos piensan así. Mike Ryan, jefe de emergencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS), indicó que el virus cuenta aún con “mucha energía” y que la circulación masiva que el virus sigue teniendo hace que puedan surgir nuevas variantes.
“Cuando llegó delta creímos que el virus no podría transmitirse más eficientemente, y luego llegó ómicron. Podrían emerger nuevas variantes”, señaló Ryan.
Maria Van Kerkhove, jefa técnica de covid-19 de la OMS, recordó que ómicron no ha desplazado del todo a delta.
“Delta ha seguido mutando también y tiene subvariantes a las que les damos seguimiento. Sigue fuerte, el virus seguirá generando mutaciones y perseverarán las que mejor se adapten. Yo no creo que ómicron sea la última variante de preocupación”.
Corrales afirmó que, además, para que una variante surja lo que el virus necesita es mutar; entre más mute, mayores probabilidades de nuevas variantes hay. Y para mutar, lo único que se requiere es replicarse, eso se logra fácil en una enfermedad tan transmisible como la causada por ómicron.
Si ómicron, por sus características de tanta transmisión, fuera la última antes de entrar a endemia, esto no quiere decir que vaya a venir de inmediato. La pandemia sigue su curso y se requerirá de meses pasar de pandemia a una circulación de endemia.
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Corrales recalcó que en las últimas semanas se ha vuelto común decir que todo virus muta para volverse menos agresivo y eso no necesariamente es así. Se han dado casos de variantes de otras enfermedades que luego de mutar se vuelven más agresivas en su sintomatología y complican más a las personas.
“Hubo variantes de ébola que con el tiempo se hicieron más severas, hubo chikungunya que se volvió más transmisible con una mutación. Es una esperanza pensar que un virus, en este caso el SARS-CoV-2, cada vez se volverá más atenuado, pero no necesariamente será así”, concluyó.
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