Con los cambios en el virus causante de la covid-19 que azota el mundo, también las vacunas van a tener que cambiar.
Esta fue la advertencia que hizo la mañana de este lunes Tedros Adhanom Ghebreyesus, director de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“Cada vez parece más claro que quienes manufacturan vacunas contra contra covid-19 van a tener que adaptarlas a la evolución del virus. Se deben tomar en cuenta las últimas variantes para las próximas inyecciones, y esto incluye posibles refuerzos.
“Sabemos que los virus mutan y con este ya sabemos que debemos adaptar las vacunas para que se mantengan efectivas. Esto es lo que pasa con las vacunas de la gripe, que se actualizan dos veces al año para proteger contra las cepas dominantes en ese momento”, detalló el jerarca.
Estas declaraciones se dan horas después de que Sudáfrica pusiera suspendiera vacunación con el producto de AstraZeneca porque en un estudio mostró una eficacia limitada (menor al 25%) para prevenir enfermedad de leve a moderada si esta es provocada por la variante predominante en ese país.
Según el último corte efectuado por la OMS, esta variante está presente en 41 países de todos los continentes.
Esta noticia es preocupante, pero aún es temprano para saber cuánto.
Por ejemplo, el estudio se hizo solo con 2.000 personas; la gran mayoría de la muestra eran personas jóvenes y saludables. Esto no provee evidencia de que esta vacuna no proteja contra complicaciones, cuadros críticos y muertes. Esto último es el mayor objetivo de las vacunas.
Sin embargo, algunos científicos sí se muestran inquietos y buscan tomar acciones.
“Es preocupante, no porque no hayamos esperado que se diera una reducción de la actividad, sino por el nivel en el que se redujo. Ahora no estamos claros acerca de la eficacia de esta vacuna”, aseveró el epidemiólogo sudafricano Abdool Karim, quien lideró esa investigación
Según dijo, no quiere terminar en una situación donde vacunen a un millón de personas o a dos con un fármaco que no sea eficaz para prevenir cuadros severos y hospitalizaciones,,
Sin embargo, hay otras ventajas, una de ellas es que en este momento se cuenta con varias vacunas de varias casas farmacéuticas que sí han mostrado eficacia contra la variante sudafricana, como la de Pfizer-BioNTech y la de Sinofarm.
Las vacunas de Johnson & Johnson y de Novavax, entretanto, también registraron eficacias menores, cercanas al 49%.
La necesidad de vacunar
Para Adhanom Ghebreyesus, lo sucedido en Sudáfrica recuerda la importancia de vacunar lo más pronto y eficientemente posible a todas las personas del mundo, pues nada se logra con que un país esté inmnunizado por completo si sus vecinos no lo están.
“Es importante escalar en la manufactura y distribución de las vacunas contra la covid-19 lo más rápido posible. Es necesario proteger a las personas antes de que se expongan a nuevas variantes”, señaló el jerarca.
Para él, también es vital seguir diseñando y conduciendo nuevos ensayos clínicos y seguir de cerca en el impacto de las vacunas en la cantidad de casos, complicaciones y muertes para así usar estos productos al máximo.
“Nuestra respuesta científica debe adaptarse si queremos vencer en esta pandemia, las variantes seguirán emergiendo, pero también debemos actuar y vacunar lo más rápido posible”, aseveró Seth Berlkey, director de la Acción Global de Vacunas e Imunización (GAVI, por sus siglas en inglés).
Maria Van Kerkhove, jefa técnica de la covid-19 de la OMS, explicó que esta es la primera pandemia producida por un coronavirus, y por eso hay más incetidumbre, pero hay ventajas.
“Tenemos a varios grupos de científicos siguiendo de cerca la evolución del virus y sus cambios genéticos. Los países están secuenciando los genomas (mapeando a sus virus gen por gen) y compartiéndolos con el mundo, esto nos permitirá identificar los cambios y saber qué significan y si hay impacto para las vacunas”, afirmó.
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¿Por qué algunas vacunas pierden eficacia con algunas variantes?
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Es parte de la evolución del SARS-Cov-2, virus causante de la covid-19.
Cada vez que un virus se replica o crea copias de sí mismo, comete “errores”, es decir, las copias no salen idénticas, sino que hay cambios en su genética. A estos cambios se le llaman mutaciones. Son parte de sus estrategias para subsistir y seguirse transmitiendo.
Conforme se van dando mutaciones, estas se van agrupando. Cuando hay varias mutaciones en común se forman variantes. Una variante es un grupo con varias mutaciones en común.
Entre más se transmita y se disemine un virus, mayor será la oportunidad de generar nuevas
La gran mayoría de las variantes no tienen ninguna implicación ni diferencias ni para su transmisión, ni para su agresividad ni para su letalidad. No obstante, de vez en cuando surgen algunas que sí pueden presentar cambios clave. Por sus características, podrían permanecer más tiempo entre nosotros.
La variante de Sudáfrica tiene una mutación clave llamada E484K, que podría alterar la forma de una parte del virus que es crucial para el reconocimiento inmunitario. Esto dificulta que los anticuerpos se adhieran al virus, con esto, la acción de algunas vacunas sería menor.
En otras palabras, esta mutación haría que el virus “se escape”. Al cambiar su forma en una parte clave es como si usara un disfraz, entonces la memoria de nuestras defensas creada con la vacunación, no la reconocería de la misma forma.
¿Cómo monitorear esto? La OMS trabaja con varios países para que estos realicen el análisis gen por gen de los virus en sus territorios y así determinar si tienen alguno que tenga problemas para la eficacia de la vacunas.
“Este mecanismo provee guía también a los laboratorios para posibles cambios que se le puedan hacer a las vacunas”, dijo Adhanom Ghebreyesus.
Mike Ryan, director de atención de emergencias de la OMS, añade: “los virus se adaptan y se vuelven más fuertes contra las armas que tenemos contra ellos. Por eso es que todos los años adaptamos las vacunas de la influenza. Seguimos de cerca el virus, su epidemiología, su genética, sus proteínas y brindamos consejos a los laboratorios.
“Eso ya lo hacemos con covid-19″, concluyó.
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¿Qué podemos hacer nosotros?
Adhanom Ghebreyesus insiste que sí hay formas para que nosotros mismos, desde nuestros hogares o lugares de trabajo, ayudemos a la eficacia de las vacunas.
Cuando se habla de la transmisión de un virus, no solo el patógeno es clave en la dinámica. Es una triada compuesta por el virus en sí mismo y sus características; por la persona, su estado de salud y sus dinámicas de comportamiento, y por el ambiente: no es lo mismo la transmisión en un sitio abierto a en un sitio cerrado con poca ventilación
“Cada vez que decidimos quedarnos en casa, evitar las aglomeraciones, usar nuestra mascarilla de forma correcta, y lavarnos las manos, le negamos al virus la oportunidad de diseminarse y la forma de cambiar en formas en las que las vacunas sean menos efectiva”, subrayó el jerarca.
En otras palabras, en la medida en la que evitemos el contagio también evitaremos la aparición de variantes que puedan volverse más resistentes a las vacunas.
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