“Aunque aún estamos aprendiendo sobre el virus, lo que está claro es que este no es solo un virus que mata gente. Para un número significativo de personas, este virus pone una serie muy amplia de efectos serios a largo plazo”.
Así, Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció de forma categórica, por primera vez, la existencia de la covid-19 persistente.
Este es un fenómeno que se da en aproximadamente el 5% de las personas con la enfermedad en el que, lejos de recuperarse por completo dos o tres semanas después, las personas continúan con síntomas semanas o meses después.
“Lo que realmente es preocupante es el vasto espectro de síntomas que fluctúan según el tiempo, se traslapan y pueden afectar cualquier sistema del cuerpo. Desde fatiga, tos y dificultad respiratoria, hasta inflamación y daños de órganos mayores, incluyendo los pulmones y el corazón. E incluso efectos neurológicos y psicológicos”, enfatizó el jerarca en conferencia de prensa, la mañana de este viernes.
“Aunque las personas se recuperan, puede ser de forma muy lenta, y no siempre hay una ruta lineal hasta esa recuperación”, añadió.
Cualquier persona puede experimentar estos síntomas, pues no se ven necesariamente en quienes tenían factores de riesgo para complicaciones.
“Estos síntomas y complicaciones poscovid se han reportado en pacientes que estuvieron hospitalizados y en quienes no lo estuvieron. Se han visto casos tanto en hombres como en mujeres, tanto jóvenes como viejos. Incluso en niños”, especificó.
Y agregó: “Es imperativo que los gobiernos reconozcan los efectos a largo plazo de la covid-19 y se aseguren de darle acceso a los servicios de salud a estos pacientes. Esto incluye atención primaria y, cuando sea necesario, cuidados especiales y rehabilitación”.
Distintos síntomas a mediano plazo
No en todas las personas las complicaciones de la covid-19 se manifiestan de la misma forma. Hay quienes tienen solo un síntoma, y quienes tienen más de 10. En algunos casos desaparecen pronto, en otros se quedan más tiempo.
FUENTE: THE LANCET INFECTIOUS DISEASES, LONG COVID STUDY, KING'S COLLEGE, IMPERIAL LCOLLEGE, CDC. || J.C. INFOGRAFÍA/ LA NACIÓN.
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En carne propia
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Tres personas con covid persistente, que llevan meses de tener un rango muy diferente de síntomas, dieron su testimonio durante la conferencia de prensa.
Uno de ellos es Paul Garner Woof, un epidemiólogo de enfermedades infecciosas de la Escuela de Medicina Tropical de la Universidad de Liverpool, en Inglaterra, él fue diagnosticado con covid-19 en marzo pasado.
“En ese entonces nunca imaginé pasar siete meses de mi vida barridos por este virus, simplemente el virus mató esos meses”, aseguró.
“Durante cuatro meses pasé por períodos cíclicos de fatiga indescriptible, sudoración, dolores de cabeza, incapacidad de moverme, cambios de humor. Y luego fueron tres meses en los que pasé completamente exhausto”, prosiguió.
Garner manifestó que las últimas dos semanas se ha sentido mejor, pero que no canta victoria, porque sabe que los síntomas pueden volver.
Martha Sibanda, enfermera de Johannesburgo, Sudáfrica, recibió su diagnóstico en junio. Un par de semanas después estuvo internada en cuidados intensivos en el mismo hospital donde ella combatió la enfermedad. Estuvo en UCI durante una semana y recibió oxígeno suplementario.
“Han pasado cuatro meses y sigo con dificultad respiratoria. No he podido volver a trabajar”, reconoció.
Esto también se ve en personas jóvenes, como Lyth Hishmeh, un inglés de 26 años, quien recibió la noticia de tener covid-19 en marzo y su médico le dijo que por su edad y estado de salud estaría bien y sin problemas de salud.
“Han pasado casi ocho meses y todavía sufro fatiga, mi mente está nublada, se me olvidan cosas, me duele el pecho, tengo palpitaciones, problemas digestivos. Mi memoria a corto plazo se pierde”, señaló el joven.
Este ingeniero informático no ha podido volver a trabajar, lo hizo por unas semanas a tiempo parcial, pero sus problemas de memoria lo hicieron desistir.
“No existe un solo sistema en mi cuerpo que no se haya visto afectado”, aclaró.
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¿Por que´ hay quienes siguen con síntomas meses después?
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La ciencia continúa intentando responder a esta pregunta todos los días, no hay solo una respuesta posible. Esto tiene que ver con la persona y su condición de salud, su genética y su estilo de vida, el virus y la interacción entre ellos.
“Los mismos estímulos (acción del virus) pueden provocar respuestas muy distintas en diferentes personas. El mismo virus no le provoca síntomas del todo a algunos, otros tienen solo un poquito de tos, otros se complican tanto que uno ve cómo se le van de las manos mientras hace algo por salvarlos”, explicó en una entrevista anterior Álvaro Avilés, jefe de infectología del Hospital México.
“No es exactamente el virus en sí mismo actuando, sino secuelas de todo el proceso que llevó dentro del cuerpo. En la gran mayoría de los casos son personas que no contagiarían a nadie más porque ya no tienen en el virus, pero este dejó su huella y dificulta que la persona se sienta recuperada”, añadió.
Humberto Fonseca, enfermero especialista en Cuidados Intensivos y decano de Enfermería de la Unibe, complementó: “El cuerpo no siempre responde como uno se lo imagina, aunque sea el mismo virus, ese mismo virus puede actuar muy diferente en dos personas del mismo sexo, misma edad y condiciones similares de vida”.
En algunos casos, las afecciones desaparecen con los meses, en otras, aún es pronto para saberlo. La ciencia sigue tratando de averiguarlo a diario.
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Más riesgos para apostar a inmunidad rebaño natural
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Adhanom Ghebreyesus señala que la existencia de la covid-19 persistente es una razón más para no apostar a la llamada inmunidad rebaño natural del virus.
¿Cómo “trabaja” la inmunidad rebaño? En pocas palabras, gran cantidad de personas (el rebaño) están inmunizadas contra un virus y estas protegen a quienes no están inmunizadas.
Cuando un virus completamente nuevo llega a una población (en este caso, el SARS-CoV-2, causante de la covid-19), ninguna persona tendrá defensas contra dicho patógeno. Conforme las personas comienzan a enfermar y entrar en contacto con este, van generando anticuerpos contra el virus, de manera que, si vuelven a entrar en contacto con él, el sistema inmunitario lo reconoce y no enferma (o lo hace de forma mucho más leve). Estas personas tampoco podrían enfermar a alguien.
En determinado momento, tantas personas tendrían anticuerpos contra el virus que la circulación de este sería menos activa, por lo que esto protegería a la población que no ha estado expuesta.
“Esto es irresponsable e inmoral. No solo llevaría a millones de muertes innecesarias, también llevaría un número significativo de personas a tener un camino muy largo a la recuperación”, evidenció el jerarca.
“La inmunidad rebaño será solo posible cuando haya vacunas seguras y eficaces distribuidas de forma equitativa alrededor del mundo. Antes de eso, los gobiernos y la población deben hacer lo necesario para suprimir la transmisión, esa es la mejor forma de prevenir los efectos a largo plazo de la covid-19”, concluyó.
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