El mundo lleva poco más de ocho meses de batallar con una pandemia causada por un virus que le era totalmente desconocido. A este miércoles, más de 22 millones de personas han tenido este mal.
Una de las principales preguntas hasta hoy es si ya suficientes personas recuperadas de la enfermedad habrán generado anticuerpos como para que su transmisión sea cada vez menor.
Esto se conoce como inmunidad de grupo o inmunidad rebaño, y es la apuesta de algunos gobiernos como el de Suecia: que más personas enfermen para que estas protejan a otras y así se venza al virus.
Pero esto no es tan fácil. Y así lo hicieron notar científicos y especialistas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) este martes durante conferencia de prensa.
“Muchísimas personas, la gran mayoría de habitantes del mundo son susceptibles de enfermar en cualquier momento”, puntualizó Maria Van Kerkhove, jefe técnica de la OMS para covid-19.
Mike Ryan, jefe de atención de emergencias de la OMS, complementó: “y seguirán siendo susceptibles por mucho tiempo hasta que una vacuna eficaz haya sido llevada a una gran parte de la población”.
¿Cómo “trabaja” la inmunidad rebaño? En pocas palabras, gran cantidad de personas (el rebaño) están inmnunizadas contra un virus y estas protegen a quienes no están inmunizadas. Hay dos formas de adquirirla: vacunas y la llamada inmunidad natural. Como aún no tenemos una vacuna, hay quienes se centran en la inmunidad natural.
Funciona así: cuando un virus completamente nuevo llega a una población (en este caso, el SARS-CoV-2, causante de la covid-19), ninguna persona tendrá defensas contra dicho patógeno. Conforme las personas comienzan a enfermar y entrar en contacto con este, van generando anticuerpos contra el virus, de manera que, si vuelven a entrar en contacto con él, el sistema inmunitario lo reconoce y no enferma (o lo hace de forma mucho más leve). Estas personas tampoco podrían enfermar a alguien.
En determinado momento, tantas personas estarán con anticuerpos contra el virus que la circulación de este sería menos activa, por lo que esto protegería a la población que no ha estado expuesta.
Pero esto no es tan fácil. Para lograrlo se requiere que una gran proporción de gente haya estado expuesta al virus. Algunos estudios hablan de 60%, otros de 70%, otros de 80%.
“Lo que sabemos a hoy, con los primeros datos de los primeros estudios, es que este puede variar, pero, en general, la inmunidad se ve en cerca del 10% de las poblaciones generales, algunas que han estado expuestas más al virus, como trabajadores de salud en primera línea de atención del virus, puede subir al 20% o 25%”, destacó Van Kerkhove.
Ryan puntualiza: “lo que podemos decir es que en este momento como planeta, como población global, no tenemos el nivel de inmunidad necesario para detener la enfermedad. Necesitamos enfocarnos en lo que sí podemos hacer para controlar la transmisión, casi no sabemos nada de la enfermedad, pero no podemos verla como tabla de salvación, en este momento no es una solución y no es la opción que deberíamos buscar”.
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Estudios en proceso
Van Kerkhove indicó que la inmunidad de grupo si se alcanzará, cuándo y por cuanto tiempo es algo que en este momento está bajo estudio y no es momento para especular con respuestas.
“En este momento se llevan a cabo varios estudios de seroepidemiología, hay más de 100 llevándose a cabo en este momento en más de 50 países”, señaló la especialista.
Muchas de las claves para saber si en algún momento se alcanzará la tan ansiada inmunidad rebaño, las tenemos dentro de nuestro sistema inmunitario. Cada vez que nos enfermamos y nos exponemos a un virus, bacteria, hongo o parásito, nuestro cuerpo genera una forma de reconocerlo posteriormente. A esto se le llama memoria inmunitaria o inmunidad natural.
Mientras el organismo combatió la infección, generó células de defensa y sustancias llamadas anticuerpos que no mueren con la enfermedad. En algunas padecimientos (como por ejemplo, el sarampión) esta inmunidad natural se mantiene de por vida.
En otras enfermedades no es así, y los anticuerpos y células de defensa se mantienen durante cierto periodo y por eso es que sí volvemos a enfermar (o que necesitamos un refuerzo de vacunación cada cierto tiempo, como sucede con la vacuna contra el tétanos).
“Lo que estamos aprendiendo en este momento sobre covid-19 es cuán fuerte es esa respuesta o cuánto durará, no tenemos un cuadro completo aún”, señaló Van Kerkhove.
“Sí esperamos que quienes se recuperen generen anticuerpos, pero no sabemos cuántos, su fuerza o por cuánto tiempo protegerán, esos estudios están curso. Tampoco sabemos si hay diferencias entre las personas asintomáticas o quienes tuvieron un cuadro leve o quienes tuvieron manifestaciones más graves y estuvieron hospitalizadas”, agregó.
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No cifrar toda esperanza en la vacuna
Bruce Aylward, colíder de la Misión Conjunta OMS-China de covid-19, fue enfático en que tampoco podemos esperar a que la vacuna sea la solución certera para alcanzar la inmunidad rebaño.
“Las vacunas no son milagrosas, no siempre le funcionan a todas las personas. No existe una eficacia del 100%. No sabremos si esta tendrá una eficacia del 70% o del 80%”, aseguró el epidemiólogo.
“Entonces no podemos decir que si vacunamos al 50% de la población esa población estará inmunizada con el virus, si la eficacia de la vacuna es de 50%, tendríamos a un 25% de la población protegida”, añadió.
El especialista indicó que no podemos perder de vista que se trata de un virus que busca la forma de “cazar” a los susceptibles de la infección, y es muy hábil para ello.
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¿Qué hacer mientras tanto?
No hay vacuna aún, no se sabe cuándo estará y seguimos lejos de una inmunidad rebaño natural, ¿cómo podemos lidiar con esto? Van Kerkhove da dos tipos de consejos: uno para las autoridades de salud y otra para las poblaciones.
El consejo para las autoridades comprende tres estrategias:
1- Hacer pruebas a la mayor cantidad de personas sospechosas posible.
2- Rastrear a todos los contactos.
3- Aislar a todos los casos sospechosos y poner en cuarentena a los contactos.
Cuanto más eficientes sean los sistemas de salud en estas tres recomendaciones, mayor control se tendrá sobre la epidemia.
Las poblaciones deben concentrarse en cuatro consejos principales:
1- Conozca su riesgo individual: ¿tiene hipertensión, diabetes, obesidad, enfermedades respiratorias o males inmunitarios que puedan complicar más el combate de su organismo a la covid-19?
2- Mantenga su distancia de al menos 1,8 metros de personas que no viven con usted.
3- Si no le es posible mantener esa distancia o si está en un lugar cerrado utilice mascarilla.
4- No olvide su higiene: lávese las manos, y, si no tiene a mano agua y jabón, use alcohol en gel.
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