Una nueva técnica que utiliza calor para “quemar” los tumores, brinda esperanzas a pacientes costarricenses con cáncer de hígado, que anteriormente solo recibían tratamiento paliativo y no tenían otras posibilidades de curación.
Se llama “ablación por radiofrecuencia” y ya se aplica en el Hospital México.
Este mes, la técnica comenzará a aplicarse también en los hospitales Calderón Guardia y San Juan de Dios.
¿De qué se trata? El procedimiento consiste en introducir una aguja en el hígado. Esta aguja emite corrientes eléctricas en el rango de ondas de radiofrecuencia sobre la piel del paciente.
Dichas corrientes generan calor alrededor del electrodo que, cuando se dirige hacia el tumor, calienta y destruye las células cancerígenas. Al mismo tiempo, el calor generado por la energía de radiofrecuencia cierra pequeños vasos sanguíneos y disminuye el riesgo de sangrado. Las células muertas del tumor se remplazan gradualmente por cicatrices que con el tiempo se contraen.
Según el cirujano oncólogo Eduardo Sáenz, la técnica es para tumores menores de cinco centímetros, pero a los más grandes se les puede dar primero quimioterapia y, luego, radiofrecuencia.
El cáncer del hígado es de los más comunes en el país. Esto se debe a que crece sin causar síntomas hasta que llega a un estado avanzado. No hay pruebas de laboratorio específicas para detectarlo cuando empieza a crecer, y tumores pequeños son difíciles de palpar.
En los hombres este cáncer es el octavo en incidencia y el cuarto en mortalidad, y el duodécimo en incidencia y sexto en mortalidad en las mujeres. Datos del Registro Nacional de Tumores indican que por año se dan entre 150 y 190 casos de este cáncer. El año pasado se dieron 235 defunciones por este mal.