Un padecimiento de nombre extraño y síntomas graves mantiene pendientes a las autoridades de salud del país.
Se trata del zika, un virus infeccioso que se encuentra en casi toda Centroamérica, incluyendo Nicaragua, y en otros países de América Latina, como Colombia y Brasil.
En Costa Rica no se han registrado casos sospechosos, pero el mosquito que lo transmite es un viejo conocido: el Aedes aegypti , transmisor del dengue y del chikunguña.
Según los expertos en salud, el solo hecho de tener este insecto en tierras ticas nos hace susceptibles a tener poblaciones con .
“Por cambios climáticos y migraciones, las enfermedades también migran, es algo que deben tomarse en cuenta. En el país no hay circulación comprobada del virus, pero estamos al tanto porque sabemos que puede darse”, explicó Xiomara Badilla, jefa de Vigilancia Epidemiológica de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
El padecimiento se caracteriza por síntomas como fiebre de más de 38,5 °C, dolores de cabeza, cuerpo y articulaciones, malestar general, conjuntivitis (en la mayoría de los casos) y un sarpullido en la piel.
En Brasil también estudian casos de microcefalia en bebés cuyas madres tienen la enfermedad. Aunque no está comprobado, se cree que podría existir un vínculo entre esta malformación y el virus.
El zika se identificó en 1947 en los bosques de Zika, en Uganda (África), y fue detectado por primera vez en América Latina en el 2014 por las autoridades de Chile, que confirmaron el primer caso en la isla de Pascua.
Prevención. La epidemióloga Catalina Ramírez manifestó que las medidas para protegerse del zika son las mismas que se tienen para el dengue: eliminar los criaderos del zancudo transmisor. Es decir, no acumular agua en recipientes, llantas, canoas o floreros.
“Esto no es solo un asunto de limpiar mi casa y alrededores. Es algo social también, si mi vecino no tiene su casa limpia de criaderos, nosotros somos susceptibles a una picadura del mosquito”, señaló Ramírez.
María del Rocío Solís, presidenta ejecutiva de la CCSS, también recalcó la responsabilidad de la gente para detener la acción del mosquito. “Mientras las personas tengan depósitos de agua en sus casas, seguiremos hablando de enfermedades transmitidas por el Aedes aegipty”, dijo.