Estados Unidos presenta, en los últimos años, un promedio de 6.000 casos de paperas o parotiditis cada año, principalmente en adultos. La tendencia comenzó en el 2006, con brotes en universidades de diferentes partes del país, y se ha mantenido constante.
Así lo revela un estudio de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard, publicado la tarde de este jueves en la revista Science Translational Medicine. El reporte indica que la vacuna pierde eficacia en promedio 27 años después de aplicada.
Por esta razón, los investigadores recomiendan un refuerzo a los 18 años, para así evitar posibles rebrotes.
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La forma en la que se aplica esta vacuna (que incluye también la inmunización contra sarampión y rubeola) varía de país a país, pero en Costa Rica se aplica la recomendación de la Organización Panamericana de la Salud (OPS): a los 15 meses de edad y una dosis de refuerzo al entrar a la escuela. Posteriormente, no se aplican refuerzos.
En Costa Rica, información suministrada por el Ministerio de Salud habla de que en el 2017 se registraron 54 casos de parotiditis. Dos fueron en niños menores de un año que por su edad no habían registrado su primera dosis de vacunación, y el restante fueron mayores de 15 años.
Además, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en Costa Rica se presentaron 75 casos en el 2016. En el 2015 no se hizo reporte, pero los datos indican que en 2013 y 2014 no hubo pacientes.
Antes del 2016, el último año que registraba la enfermedad era el 2012, con 30 infectados. El año con mayor incidencia del mal fue 1999, en el que enfermaron 432 costarricenses.
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Otros países del mundo también registran un aumento en esta enfermedad viral. En Argentina, por ejemplo, se registraron 3.751 casos en 2016 y 1.682 en los primeros cinco meses del 2017, según datos oficiales del Ministerio de Salud del país suramericano.
En Chile, en el 2016 se dieron 1.265 casos (7 por 100.000 habitantes), pero siguieron aumentando. Según datos del Ministerio de Salud, solo entre el 1.° de enero y el 30 de setiembre del 2017 se notificaron 2.068 casos (11,3 por cada 100.000 personas). La mayoría de los pacientes son varones de entre 20 y 29 años.
En Monterrey, México, el 7 de marzo pasado se reportó un brote de la enfermedad en una oficina bancaria.
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En Navarra, España, el 13 de marzo anterior se informó de que solo en esa localidad se han visto 228 pacientes en lo que va del 2018, el 90% entre los 18 y los 30 años.
De acuerdo con la OMS, el promedio de casos que se ve en la Unión Europea es de 13.500 al año.
El país que más enfermos registró en el 2016, según la OMS, fue China, con 175.001, seguido de Japón, con 159.031, y de Kenia, con 80.960.
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Mal de cuidado
Las paperas son una enfermedad transmitida por el virus paramixovirus. Su síntoma más evidente es la hinchazón de las glándulas salivales al lado de la cara, zona específica que ataca el virus. De hecho, una de las teorías es que su nombre popular proviene de que parece que como si el paciente tuviera papas insertadas al lado de su cara.
No obstante, este padecimiento también se caracteriza por fiebres superiores a los 39 grados Celcius, y dolores de cabeza y cuerpo.
Las complicaciones de este mal incluyen inflamación del cerebro (encefalitis), meningitis, hinchazón en los testículos (lo cual podría eventualmente causar infertilidad) y sordera. La mortalidad se ve muy rara vez, en menos del 2% de los casos.
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Es una enfermedad fácilmente prevenible por vacunación. Sin embargo, ¿cómo saber cuándo pierde eficacia? Esa fue la tarea a la que se dedicaron los investigadores. Según indica el reporte, el virus no ha mutado lo suficiente ni se ha vuelto más agresivo para que la inoculación pierda su efecto en los primeros años.
Otros especialistas (que no participaron del estudio de Harvard) añaden un rubro adicional, especialmente para los casos que se han visto en niños (una población minoritaria en estos brotes, pero también creciente): la acción de grupos que impulsan a los padres a no vacunar a sus hijos.
En el 2008, por ejemplo, se registró una epidemia de paperas en una comunidad canadiense donde varios de sus miembros no vacunaban a sus hijos por motivos religiosos.
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A esto se le debe unir otra variable que complica la situación: es de fácil contagio. Se transmite a través de gotas de saliva, de forma muy similar a un resfrío común. Si usted no está inmunizado (ya sea porque no se vacunó o si ya la vacuna perdió efecto), y una persona infectada estornuda cerca suyo o usted toca algo que haya tocado una persona que tiene la infección, es muy posible que se contagie.
El estudio paso a paso
Los científicos analizaron los datos de seis estudios epidemiológicos sobre la eficacia de la vacuna que se realizaron en Estados Unidos y Europa en las tres últimas décadas.
Los investigadores estimaron que un 25% de las personas fueron inmunizadas por 7,9 años, un 50% por 19 años y el 75% por 38 años, para un promedio de 27 años.
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"Este análisis nos permitió responder la pregunta del porqué surgían estos brotes y saber cuál es la mejor forma de controlar las paperas", indicó en conferencia de prensa Yonatan Grad, coautor del reporte.
Su compañero de investigación, Joseph Lewnard, agregó: "La vacunación es el componente central de una estrategia contra esta enfermedad. Saber que la protección baja a largo plazo pone en evidencia la necesidad de un refuerzo al comenzar la vida adulta".
En Costa Rica
La Nación solicitó al Ministerio de Salud una entrevista para ver cómo ven la situación del país con la enfermedad, las acciones que se toman y su opinión sobre la recomendación del estudio de tener una dosis de refuerzo a los 18 años.
Sin embargo, aunque se envió el estudio para que fuera leído y se pidió entrevista con algún vocero en varias ocasiones, al cierre de edición no se había obtenido respuesta.