Tomar dos cucharadas de vinagre de manzana y medio limón (o uno entero) diluidos en agua tibia todas las mañanas, en ayunas. Esta es una recomendación que ha tomado auge en los últimos años por mensajes que pasan de boca en boca en algunos gimnasios o en las redes sociales de algunos influencers. Hay quienes consumen las cucharadas de vinagre con limón sin diluirlas en agua, como si fueran cucharadas de un jarabe, mientras que otros agregan miel de abeja.
A esta mezcla se le atribuye el poder de “filtrar” la grasa y ayudar en la pérdida de peso, así como controlar el colesterol o “limpiar” el colon.
Nuevos productos en el mercado incluyen “gomitas” de esta sustancia.
No obstante, esta práctica no solo no le dará estos resultados, sino que además su uso constante más bien podría resultar perjudicial. Problemas de acidez estomacal, gastritis e irritación en la garganta son solo algunas de las posibles consecuencias.
Anteriormente, al vinagre de manzana también se le habían atribuido falsamente propiedades para combatir la covid-19.
Por eso, Siéntase Pura Vida pone el ojo sobre este tema. Se consultó con las nutricionistas Carolina Marín López, representante del Colegio de Profesionales en Nutrición (CPN), y Mónica Umaña Alvarado, profesora e investigadora de la Universidad de Costa Rica (UCR). Ambas tienen dentro de sus especialidades la nutrición deportiva.
Umaña lo resume con una sola frase: “No hay problema en consumir vinagre de manzana como condimento o aderezo para ensaladas u otras comidas y en pequeñas dosis”, pero no como parte de una bebida.
¿Cómo surge el mito?
La moda es más vieja de lo que muchas personas podrían imaginar. Marín comentó que ya en el año 400 A. C. Hipócrates recetaba vinagre de manzana junto con otros condimentos para tratar enfermedades respiratorias, de eso todavía no hay evidencia ahora... como tampoco de que ayuda a adelgazar, a que las grasas no nos impacten o a limpiar el colon.
Umaña manifestó que al vinagre de manzana se le han conferido otras propiedades, como disminuir el azúcar o proteger el hígado. Esto se debe principalmente al contenido de ácidos orgánicos y de antioxidantes como flavonoides y polifenoles. Sin embargo esto solo se ha visto en animales de laboratorio y no hay evidencia de que suceda lo mismo con los seres humanos.
Lo mismo sucede con su fama como método para adelgazar: no hay evidencia que sustente la relación entre el vinagre de manzana con limón en ayunas y bajar de peso.
Marín coincidió: “Si no hay artículos científicos que respalden, no es bueno usarlo. Ahora hay mucho mercadeo de productos que no funcionarían más allá del efecto placebo”.
¿Por qué no se debe tomar vinagre de manzana en ayunas?
Tanto Marín como Umaña son enfáticas en que pueden darse consecuencias negativas para la salud si se tiene esta costumbre.
“El consumo regular de vinagre de manzana confiere algunos riesgos. Uno de ellos es que puede irritar la garganta y el esófago, porque es muy ácido”, destacó.
Ambas señalaron que pueden tener problemas gástricos, como agruras, acidez y gastritis.
“El estómago ya es ácido de por sí, y al agregar más ácido y en ayunas, el nivel de destrucción a nivel celular puede ser alto si se consume todos los días”, dijo Marín.
Umaña agregó otros problemas, como que pueda interactuar con algunos medicamentos, como diuréticos y la insulina. Además, algunos estudios han encontrado que el vinagre de manzana puede bajar el potasio y esto puede desembocar en debilidad muscular y calambres.
Para Marín, si además al vinagre se le añade el limón el ácido aumenta. Algunas personas tal vez no podrán sentir las consecuencias de manera inmediata, pero a largo plazo podrían vivirlas.
El mejor remedio contra las grasas y subir de peso
Ambas nutricionistas fueron enfáticas en que no existen recetas para “filtrar” la grasa de forma mágica o milagrosa y que para bajar de peso y grasa se requiere un plan de alimentación guiado por un nutricionista y uno de ejercicio de la mano de un profesional en la rama.
“Si yo quiero bajar grasa tengo que consumir fibra, agua y hacer ejercicio. Un ácido como el vinagre o el limón no va a lograr eso”, resumió Marín.
Si se quieren reducir los niveles de colesterol, se recomienda bajar el consumo de reposterías, comida “chatarra” y carnes rojas. Además, incluir más leguminosas (frijoles, lentejas, garbanzos) y verduras.
“Ante todo, seamos precavidos. Si no hay evidencia científica no lo consumamos, mucho menos en algo que pueda afectar en algo tan delicado como nuestro estómago. Podríamos estar ‘cocinando’ nuestro estómago a punta de vinagre”, concluyó Marín.
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