¿Le gustaría vivir 110 años o más? Si usted logra superar la alta mortalidad que se da entre los 90 y los 100 años (donde nuestro sistema inmunitario ya no responde como antes), sus posibilidades de apagar esta cantidad de velas aumentan después de cumplir los 105 años.
A partir de entonces, el riesgo de mortalidad (que iba en franco aumento a partir de los 90) se estabiliza.
Estas son las conclusiones de un estudio de la Universidad UC Berkley y la Universidad Sapienza de Roma, Italia. La investigación –publicada la semana pasada en la revista Science– tomó en cuenta a 3.689 italianos que tenían 105 años o más entre 2009 y 2015 –463 eran hombres y 3226 mujeres– y se les dio seguimiento hasta su año de muerte.
"Conforme llegamos a los 80 años nuestra salud declina y comenzamos a ser más vulnerables ante cualquier tipo de enfermedad: hay más riesgo de neumonía, o de que nuestro corazón falle. Por esta razón, la mortalidad aumenta cada vez más a partir de esa edad, y aún más después de los 90 años. Pero encontramos algo muy curioso en las personas que superan los 105 años, y es que llegan a una meseta en donde el riesgo de morir se estabiliza", comentó Kenneth Wachter, uno de los investigadores, en una entrevista radiofónica difundida por Science en su podcast semanal.
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Los demógrafos tomaron los registros de nacimientos en Italia, uno de los más rigurosos del mundo y con mayores datos históricos. Allí, buscaron a todas las personas que nacieron entre 1896 y 1910 y vieron cuántos seguían vivos para analizarlos.
También estudiaron a las personas que nacieron en esos años y murieron entre los 80 y los 100 años.
Al revisar los registros demográficos vieron que, por ejemplo, las mujeres que llegaban a los 80 años tenían un promedio de esperanza de vida de diez años más, quienes cumplían los 90 veían su esperanza de vida recortada a seis años más, y si alcazaban los 95 la esperanza de vida disminuía a las posibilidades de vivir 3,7 años.
Pero las conclusiones cambian para quienes superan el umbral de los 105 años. Los datos muestran que las personas que tenían entre 105 y 109 años –a quienes los demógrafos llaman semi-supercentenarios– tenían un riesgo de 50/50 de morir o sobrevivir el siguiente año de vida, y su esperanza de vida, en promedio, era de 1,5 años más.
Esos mismos números se mantenían para quienes tenían 110 años en el momento del estudio y llegaban a ser supercentenarios: una posibilidad de 50% de morir en los siguientes 12 meses y una esperanza de vida promedio de 1,5 años más.
En otras palabras, personas de 105, 109 o más de 110 años tenían la misma esperanza de vida, algo que no se veía en los nonagenarios, cuyas posibilidades de vivir más iban declinándose conforme pasaban los años.
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Otro punto en particular es que, a partir de los 80 la mortalidad es mayor para los hombres, mientras que las mujeres suelen sobrevivir más. Prueba de ello es que de las personas mayores de 105 años que fueron analizadas, el 78% eran mujeres.
¿A qué se debe? Wachter dice que no es un fenómeno nuevo, que desde que se comenzó a estudiar la longevidad, las mujeres siempre han mostrado estas características. La ciencia aún no ha terminado de dilucidar el por qué, pero aseguran que no obedece solo a un factor si no a una combinación de estos, en los que tanto la genética como la acciones que la persona lleva en su vida tendrían peso.
"Es algo para lo que todavía no tenemos respuestas exactas, pero sí hay un hecho: Ustedes, las mujeres, viven más que nosotros, en todo sentido, tienen una esperanza de vida mayor y, cuando nos vamos a los datos de quiénes han tocado los límites de vidas más largas, hay muchas más mujeres que hombres", señaló el especialista a su entrevistadora del podcast.
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Mucho por descubrir
La persona más longeva hasta el momento es la francesa Jeanne Calment, quien murió en 1997 a los 122 años y 164 días. Wachter indica que, aunque no se han visto casos de personas que vivan más allá de eso, el ser humano sí sería capaz de superarlo.
"Esto (el estudio) nos dice que incluso en estas edades tan extremas hay posibilidades de vivir por más tiempo. Todavía no podemos saber cuál es el máximo posible que puede vivir un ser humano", destacó Wachter.
¿De qué depende llegar a edades tan extremas? De acuerdo con el especialista, es una combinación de factores que van desde la genética, el estilo de vida que adoptamos, el sistema de salud al que tenemos acceso, nuestras relaciones con los demás y el lugar donde vivimos.
Sin embargo, también es consciente de una cosa: aunque hay personas que sí podrían "empujar" los límites de lo máximo vivido hasta hoy, quienes llegan a estas edades son solo una minoría muy pequeña que logró "llenar el cartón" de esos factores protectores de longevidad, pero la gran mayoría de nosotros seremos muy afortunados si logramos superar el umbral de los 85 años.
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