En menos de dos semanas, un grupo de profesionales de distintas áreas de la Universidad de Costa Rica (UCR) completaron la primera fase de Respira UCR, que es la construcción de equipos para apoyar a pacientes con problemas respiratorios graves debido al covid-19.
La tarde y la noche de este miércoles, los responsables del plan probaron dos prototipos de respiradores con simuladores robóticos que reproducen las funciones y características humanas.
Uno de los dispositivos es eléctrico y el otro es neumático, es decir, que funciona con un motor de gas comprimido. Ambos pueden ser usados de forma no invasiva en los pacientes (sin que se requieran cirugías mayores para usarlo).
Una de las ventajas de estos dispositivos, es que por su tamaño y peso, son móviles, por lo que podrían viajar en ambulancia y ser una especie de “paso" antes de que la persona llegue al hospital y utilice un respirador más sofisticado.
De esta forma, la Universidad brinda apoyo en la batalla contra el nuevo virus respiratorio en nuestro país. En este proyecto hay profesionales y estudiantes de las carreras de Física, Ingeniería Mecánica y de la facultad de Artes.
Con el covid-19, los pacientes más graves experimentan una neumonía bilateral (en ambos pulmones), en los casos más críticos, por lo que no pueden respirar por sí mismas y necesitan de un aliado para esta función vital.
El fin de esta prueba era verificar que estos aparatos sean seguros, prácticos y que cumplan con su capacidad ventilatoria. Los exámenes fueron realizados en el Centro de Simulación en Salud de la Escuela de Enfermería de la UCR.
“Vimos que los dispositivos cumplen con los requerimientos mínimos de un ventilador asistido”, aseguró Ralph García Vindas, director de la Escuela de Física de esa casa de enseñanza y uno de los impulsores de la iniciativa.
“Ya estamos próximos a la fabricación de los respiradores. La idea es que ambos dispositivos sean completamente seguros y que les podamos incorporar la mayor cantidad de mejoras posibles”, añadió.
Jaime Caravaca Morera, director del Centro de Simulación en Salud, destacó que la misión es colaborar en el experimento para garantizar la seguridad de las personas, con herramientas de última tecnología que permiten certificar las mejores prácticas.
“Hoy verificamos el alcance, en materia de ventilación mecánica, que recibiría una persona con el diagnóstico de covid-19”, expresó Caravaca.
Avance en cuestión de días
La carrera comenzó el pasado 20 de marzo. La Escuela de Física se encontró con el diseño de un respirador mecánico no invasivo liberado por unos españoles y decidió analizarlo, estudiar cómo mejorarlo y producirlo en Costa Rica.
"Los diseños eran un poco burdos, con mucho material de madera y tornillería que funciona como foco de infección y comenzamos a discutir sobre cómo mejorar ese diseño”, explicó García, en aquel momento.
Para mejorar el diseño, los profesionales plantearon consultas a médicos del país, quienes hicieron observaciones que fueron incorporadas al prototipo.
“Incorporamos al aparato un flujómetro, que mide el volumen de aire y, por medio de circuitos, podemos controlar cuánto volumen de aire se le puede inyectar a una persona, ya sea un niño o un adulto. Esta mejora la obtuvimos gracias a la observación que nos hizo un médico al que le consultamos”, aseveró.
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De este esfuerzo también participa la empresa privada. Para la producción en serie se requiere de equipo industrial que permita cortar el acrílico de forma rápida y precisa para luego llevarlo al centro de ensamblaje.
Empresas como Euromobilia, Coopesa y Acrílicos S.A. levantaron la mano y ofrecieron su maquinaria sin ningún costo. También lo hicieron Meykan Cuatro SRL y Tecno Láser.
Los diseñadores de Respira UCR están a la espera de que la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) haga sus observaciones para afinar lo que ellos consideren necesario y comenzar una producción mayor.