Las dos víctimas mortales que dejó el sismo de 6,9 grados producido el domingo anterior habrían tenido un común denominador: probablemente sus corazones colapsaron a raíz del susto que les generó el suceso.
¿Qué le ocurre al órgano cardíaco en casos como estos? ¿Qué tan común puede ser algo así?
De acuerdo con el cardiólogo Federico Malavassi, los corazones saludables resisten sin problemas un impacto como el que vivieron estas personas.
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No obstante, hay casos en los que si se combina un músculo cardíaco debilitado (o con alguna enfermedad genética que incluso el mismo paciente desconocía) con un evento que le genera mucha ansiedad a la persona (en este caso, un sismo) el resultado sí puede ser fatal.
"Sí. Hay descripciones y registros médicos de fallecimientos durante emociones fuertes, en las que el individuo se somete a un estrés extremo. A esto se le conoce como miocardiopatía por estrés", aclaró el especialista.
No todas las personas tememos a lo mismo (ni con la misma intensidad), por lo que no en todas, un sismo de magnitud superior a seis grados va a causar el mismo impacto.
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El miedo se da cuando creemos que nuestra vida o integridad física están en riesgo. En el caso de eventos súbitos, como un sismo fuerte, el sentido de alerta se dispara de manera inmediata en el organismo.
En estos casos, el cerebro reacciona de manera intuitiva y para este órgano solo hay dos caminos: luchar contra un posible enemigo o huir.
Esta reacción a combatir o escaparse produce una descarga de adrenalina que a su vez hace que el corazón acelere sus latidos, para así bombear más sangre y oxígeno a los músculos.
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La mayoría de las personas soporta este proceso sin siquiera percatarse de ello. Mas, si el corazón está débil, el susto es demasiado grande o se dan impactos emocionales fuertes de forma muy constante, podría producirse un daño en el músculo cardíaco.
"Estos daños pueden ser desde simples como una disminución de la fuerza cardíaca hasta arritmias severas que tengan la muerte como desenlace. A veces, podrían pasar hasta tres horas después del evento que dio origen a ese estrés" , explicó el especialista.
"Esto no solo se ve ante sustos o miedos muy fuertes. Se observa ante muchas cosas que nos generan emociones o tensiones muy grandes, por ejemplo, la guerra, la muerte repentina de alguien muy querido, incluso los resultados de un partido de un mundial de fútbol", añadió.
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Por otra parte, sujetos que reaccionan de forma muy agresiva ante emociones y que son altamente nerviosos, ansiosos o iracundos pueden ser más proclives a este tipo de eventos.
Además, hay que tomar en cuenta a otras personas que pueden tener enfermedades (en su mayoría de carácter genético) que ellos desconocen pues no han presentado síntomas, pero que se caracterizan por un corazón muy debilitado.
"Personas como estas, incluso, si están dormidas y se despiertan súbitamente pueden tener una arritmia que los llevaría a la muerte", enfatizó Malavassi.
Síndrome del corazón roto
Las arritmias producida por sustos no son las únicas que pueden causar muerte súbita. También está una condición llamada "síndrome de corazón roto" o síndrome de Tako-Tsubo.
Esta afección usualmente se relaciona con emociones muy fuertes, como la pérdida de un ser muy querido. Sus síntomas pueden durar algunas horas a pocos días, pero pueden causar el fallecimiento en quienes tienen un corazón debilitado.
El síndrome fue descrito por primera vez en Japón 1990 y demostró cómo las emociones también están directamente relacionadas con la salud del músculo cardíaco. Sus síntomas son dolores en el pecho y falta de respiración.
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Un estudio publicado en el 2009 en la revista American Journal of Cardiology señaló que, en estos casos, aunque los síntomas son muy similiares a los de un infarto o ataque cardíaco, las causas detrás de ellos son muy diferentes.
Por un lado, los ataques cardíacos suelen producirse por un bloqueo total o casi total de la arteria cardíaca. Este bloqueo se debe a un coágulo de sangre que se forma en el lugar de estrechamiento a causa de la grasa acumulada (ateroesclerosis) en la pared de la arteria.
En el caso del síndrome del corazón roto, las arterias cardíacas no están bloqueadas, aunque el flujo sanguíneo es reducido.
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¿Qué sucede entonces? Aunque no hay una explicación 100% definida, la teoría más aceptada es que el exceso de hormonas del estrés puede llevar a una constricción difusa de las arterias del corazón y esto dificulta y bloquea el paso de sangre del músculo cardiaco.
En estas circunstancias, el corazón toma una forma parecida un reloj de arena.
¿Hay forma de evitarlo?
Para Malavassi, el corazón debe cuidarse de forma integral para evitar cualquier tipo de afección cardíaca.
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"Si usted tiene factores de riesgo como hipertensión, niveles anormales de colesterol y triglicéridos, manténgase bajo control. Si ya toma algún medicamento, esté pendiente de la evolución de su salud", subrayó el cardiólogo.
Además, es vital cuidar otros estilos de vida como: no fumar, evitar el abuso de licor, consumir frutas y verduras, no consumir comidas muy grasosas y realizar al menos 30 minutos de actividad física todos los días.
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