La popular presentadora de televisión Lussania Víquez, con seis meses de embarazo de gemelos, está incapacitada debido a una condición llamada edema gestacional, algo común en quienes tienen embarazos múltiples.
¿Cómo es esta situación y cómo se da? ¿Cómo puede controlarse? Para entender mejor la situación La Nación contactó al ginecólogo Adrián Castro y revisó información de guías médicas internacionales.
“La palabra edema se refiere a la acumulación de líquido en un lugar donde no debería haber líquido. Ese espacio suele ser entre los vasos sanguíneos y la piel. La palabra gestacional indica que se produce durante la gestación”, resumió Castro.
La Asociación Estadounidense de Ginecología indica que durante el embarazo, el cuerpo produce aproximadamente 50% más sangre y fluidos corporales para cubrir las necesidades del bebé en desarrollo.
De acuerdo con el especialista, lo más usual es que este líquido se acumule en los miembros inferiores: piernas, tobillos y especialmente los pies. Por eso es que muchas mujeres se quejan de inflamación o hinchazón en los pies, incluso llegar a afirmar que los sienten “como tamales”. Sin embargo, según el manual médico Merck, hay otras zonas del cuerpo que también podrían hincharse, como manos, muñecas y cara.
¿Por qué se da?
El edema gestacional, dijo Castro, es un proceso como muchos otros que suceden durante el embarazo, cuando el organismo se adapta para darle al bebé (o bebés) lo necesario para desarrollarse y estar listo para su nacimiento.
“Las pacientes, durante su embarazo, especialmente en el segundo trimestre, acumulan más líquido. El cuerpo ya comienza a prepararse para un eventual parto, donde van a ocurrir pérdidas sanguíneas, entonces el volumen sanguíneo aumenta, la hemoglobina baja debido a la mayor cantidad de líquido y también disminuyen las proteínas dentro de los vasos sanguíneos”, explicó.
Para la Asociación Estadounidense de Ginecología, esta retención del fluido es necesaria para “suavizar el cuerpo”, para ser más flexible conforme el bebé crece. El fluido extra que también ayuda a preparar las articulaciones pélvicas y a que los tejidos se abran en el momento del parto. No es un aspecto menor: el fluido extra representa aproximadamente el 25% del peso que las mujeres ganan durante el embarazo.
Según detalló Castro, llega un momento en el cual las proteínas no tienen la capacidad de retener el líquido en el vaso sanguíneo, el líquido se sale y esto es lo que provoca el edema.
Mayores riesgos
Hay mujeres con mayor riesgo de presentar edemas. Entre ellas están quienes tienen hipertensión arterial, obesidad, son adolescentes o mayores de 40 años. Pero una de las situaciones más comunes es en embarazos múltiples (en estos casos podrían verse más temprano y tener mayor intensidad).
“Los embarazos múltiples son un ejemplo clásico, porque ya no es solo un bebé sino varios los que empujan los cambios hemodinámicos en el cuerpo de la madre”, especificó Castro.
El ginecólogo indicó que en el caso de quienes llevan más de un bebé en el vientre la función de la placenta (o placentas) golpea más.
“La placenta funciona como pulmón y como proveedor de alimento para el bebé. Tiene muchos mecanismos hormonales y físicos en los que altera la fisiología de los vasos sanguíneos de la mamá. Si tenemos más de una placenta, como es habitual en estos embarazos, los efectos vasculares y cardiovasculares van a ser incluso más exagerados y provocar mayor inflamación”, señaló el especialista.
Sin embargo, dijo, en los últimos años ha habido un viraje sobre esta condición. Anteriormente, se asociaba directamente con hipertensión arterial y era un factor para diagnosticar preeclampsia, una condición de incremento de presión arterial que puede afectar tanto a la mamá como al bebé. Esto ya no es así.
“En la actualidad sabemos que el edema es tan común durante el proceso fisiológico del embarazo que ya no es de crisis hipertensivas, aunque sí se ve más en mujeres con hipertensión”, afirmó el ginecólogo.
En control
De acuerdo con Castro, como los edemas no son una enfermedad en sí misma, sino una manifestación del embarazo, no hay un tratamiento específico, pero sí cosas que pueden hacerse, especialmente quienes tienen más riesgo.
En términos generales, se recomienda tener los pies en alto. Esto se verá más hacia el final del embarazo, donde el peso es mayor, y al final del día, después del ajetreo. También se le pide a las mujeres mantenerse bien hidratadas.
“Eso ayudará, porque al estar los pies en alto ayudará al líquido a volver donde tiene que estar, es decir, dentro de las células.
Por ejemplo, quienes tienen várices o insuficiencia venosa, se recomendarán medias especiales para ir controlando la inflamación.
Otro punto importante es estar atento a la presión arterial. Si la presión está bien, no sería tan necesario, pero sí ya hay picos de presión arterial sí es necesario consultar con el especialista.
Si la mujer ya es hipertensa, lo ideal sería que comience con consultas pregestacionales, es decir, antes del embarazo, para que el médico sepa que está planeando tener un bebé y, con base en eso, determinar qué medicamentos puede tomar, porque de ellos muchos están contraindicados durante los meses de gestación.
“Muchas veces suspendemos tratamientos, el control prenatal también es más estricto, se ve cómo funciona el riñón y el ojo. Los edemas van a venir, pero lo más importante es el control de otros síntomas más graves”, expresó el especialista.
Además, si la mujer padece del riñón también debe informarlo para tener un control más riguroso. Por esta razón, debe acudir al médico no solo si hay aumentos de presión, sino por cualquier otro malestar.