Cuando en 2012 la farmacéutica Novo Nordisk lanzó su medicamento Ozempic para el control de la diabetes tipo 2, no se preveía que llegaría a ser visto como aliado contra la pérdida de peso en personas con obesidad y para reducir el riesgo de complicaciones asociadas, como falla cardíaca, infartos o accidentes cerebrovasculares. Este imprevisto motivó no solo publicaciones científicas, sino incluso que se considere el Hito Científico del año 2023 por la revista Science.
El giro del medicamento motivó a la empresa farmacéutica a desarrollar Wegovy, un fármaco con una dosis más alta de semaglutida (el principio activo del Ozempic) que está directamente indicado para pérdida de peso en personas con obesidad mayores de 12 años. En abril pasado, se aprobó para su uso en Europa y Estados Unidos.
La semaglutida es una de las sustancias llamadas agonistas GLP-1; hay otras que han dado origen a otros medicamentos similares, como Mounjaro (de la farmacéutica Eli Lilly), Trulicity (también de Eli Lilly), Rybelsus (la versión oral de la semaglutida, de Novo Nordisk), y Victoza (también de Novo Nordisk).
Sin embargo, Ozempic y Wegovy se han vuelto las más conocidas. La promoción que les han hecho personajes famosos como Oprah Winfrey, Kim Kardashian o Elon Musk ha incentivado su uso. En octubre, incluso, farmacias de Estados Unidos y Europa reportaron escasez.
Aunque en el resto del mundo estos medicamentos se venden con receta médica, en Costa Rica no es obligatorio, aunque sí recomendable. Algunas farmacias prefieren pedir receta. Su precio ronda los ¢100.000. Son inyecciones que se colocan una vez por semana en abdomen, pierna o brazo. A cada persona se le recomienda una cantidad de dosis específica.
Su fama no se libra de controversias, pues conforme se hizo conocida hubo quienes la utilizaron sin necesitarla o sin indicaciones precisas. Hay que recordar que ningún medicamento está del todo exento de efectos secundarios.
Para tratar mejor la información sobre este grupo de medicamentos, La Nación conversó con el endocrinólogo Jose Guillermo Jiménez y el farmacéutico Larry Ramírez, vocero del Colegio de Farmacéuticos.
Según el farmacéutico, sí ha tenido un impacto en Costa Rica y en el mundo entero, pero recordó que debe acompañarse de buena alimentación, ejercicio y seguimiento médico.
“No es que usted va a llegar a la farmacia a pedirlo solo porque su vecina le contó que le hizo bien. Seguramente su vecina sí estuvo en citas médicas y tiene un acompañamiento nutricional y hasta psicológico, usted no va a llegar nada más a la farmacia a pedirlo porque no es mágico. Así no funciona”, dijo Ramírez.
Jiménez opina igual y recordó Wegovy, como tiene una indicación específica para bajar de peso y que además se ha visto que ayuda contra enfermedades cardiovasculares, sí puede ser buena opción para algunas personas, pero esto no quiere decir que deba dejarse de lado una dieta saludable y la actividad física.
Según detalló el farmacéutico, uno de los problemas vistos a nivel internacional con el Ozempic es que, al ser más barato que el Wegovy, hay personas con obesidad que lo prefieren y lo compran así, y esto ha dejado desabastecidos a diabéticos que sí necesitan este fármaco para control de su enfermedad.
Del control
Ozempic fue concebido para el control de la diabetes tipo 2 porque estimula la liberación de insulina en el páncreas. La insulina es la hormona clave para regular los niveles de glucosa en la sangre.
Sin embargo, los agonistas GLP-1 también tienen otra acción directamente ligada con la obesidad. GLP-1 se refiere, en inglés, a glucagon-peptide-like. El glucagón es una hormona que el intestino produce cada vez que recibe alimentos. Es uno de los responsables de regular el apetito, esto lo hace al enviar señales al cerebro para que genere sensación de saciedad y dejemos de comer luego de pasar cierto límite.
Estos medicamentos parecen hacer este trabajo mejor que el glucagón del cuerpo, pues generan mayor sensación de saciedad por más tiempo. Entonces el medicamento haría que la persona sienta saciedad más pronto y coma menos. Algunos estudios han visto también que las personas dicen tener menos ganas de fumar o de beber licor.
“Estos medicamentos no son mágicos, pero sí contribuyen a suprimir el apetito y contribuyen a enlentecer el vaciamiento gástrico. Esto quiere decir que el estómago va a contener los alimentos más tiempo y la persona tendrá una sensación de llenura”, destacó Jiménez.
A esto se le añade que estudios publicados en la revista New England Journal of Medicine hablan de que, tanto en personas con diabetes como sin ella, el medicamento no solo ayuda a bajar de peso, también contra otras consecuencias de la obesidad como fallas cardíacas, infartos y accidentes cerebrovasculares.
Para Ramírez, no es nuevo que haya nuevas indicaciones médicas. Medicamentos contra la diabetes ya habían sido utilizados para bajar de peso porque luego estudios determinaron que sí servían para esa razón.
En el caso de la protección cardiovascular, Ramírez señaló que esta es un resultado de la pérdida de peso.
Los problemas
Como todo medicamento, Ozempic o Wegovy están indicados para un tipo de persona muy específicas con necesidades específicas y no solo para quien quiere bajar de peso. Además, como sucede con cualquier otro fármaco, tienen sus efectos secundarios que deben ser puestos en una balanza según las necesidades de cada paciente.
Los primeros problemas comenzaron a aflorar desde los ensayos clínicos. Cuando el 16,6% de sujetos que recibieron semaglutida abandonó el ensayo clínico; en el grupo del placebo lo hizo solo la mitad: 8,2%. Esto puede deberse a que el 10% de las personas en el primer grupo sufrieron problemas gastrointestinales, y en el grupo control solo el 2%.
“En algunas personas ese efecto de vaciamiento gástrico más lento se puede convertir en evento adverso, porque la persona tiene náuseas y vomita. Otras personas tienen diarrea, otras, estreñimiento. Se debe reducir la ingesta de grasas, porque eso minimiza los efectos adversos”, dijo.
Otro resultado negativo es que algunos pacientes, al no tener apetito, dejan de consumir proteína suficiente. Eso no solo trae deficiencias, advirtió Jiménez, también trae consigo una condición conocida como sarcopenia, que es la disminución en la calidad y cantidad de masa muscular, y esto puede traer problemas metabólicos.
Para Jiménez hay un problema mayor: “desgraciadamente se está dando el uso de estos productos en centros de estética donde no tienen los conocimientos ni la autorización para hacer prescripciones. Esto puede tener un impacto muy negativo en algunas personas si se los recomiendan quienes no saben del tema”.
No es para todas las personas
Ambos especialistas indicaron que estos productos no son para todas las personas sino para quienes tienen características específicas.
Jiménez advirtió que la obesidad es uno de los mayores problemas de salud pública, pero que se debe, en primer lugar, a malos hábitos de alimentación y sedentarismo. Por ello, el primer manejo de la obesidad debe ser con cambios en el estilo de vida. El manejo nutricional es fundamental.
“Deben ser prescritos por médicos que conozcan del medicamento y de la patología”, especificó.
Ramírez dijo que él prefiere ver una receta médica antes de vender el producto.
“Uno busca que sean endocrinólogos o médicos que trabajen en control de peso, porque no hay medicamentos mágicos, esto no es de querer adelgazar para el vestido de una fiesta. Es de tener un control de peso adecuado, y esto debe ir a la par del acompañamiento nutricional, e incluso psicológico”, concluyó.
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