En las últimas semanas, decenas de niños de cinco años o menos, previamente sanos, han registrado inusuales síntomas de hepatitis en países como Estados Unidos, Escocia, Inglaterra, Irlanda, Irlanda del Norte, España, India y se investigan posibles casos en Holanda y Dinamarca.
También en estos países hay un aumento no esperado en casos. Por poner un ejemplo, en Escocia cada año se detectan unos cuatro enfermos en este grupo de edad, pero en los últimos dos meses se registran 13. En estas semanas Reino Unido acumula 74 casos, España tres y en Estados Unidos se investigan nueve en el estado de Alabama.
Los síntomas que estos niños muestran, según las autoridades de salud de Reino Unido, son los habituales en una hepatitis: dolor abdominal, vómitos, diarrea, ictericia (piel y mucosas de color amarillento), comezón, coloración oscura de la orina y heces con poca pigmentación.
De momento no ha habido ningún fallecimiento, pero decenas han tenido que ser hospitalizados y nueve (seis en Reino Unido, dos en Estados Unidos y uno en España) han requerido incluso trasplante de hígado.
Ruben de Kleine, cirujana pediátrica especialista en trasplantes de hígado en Holanda, dijo a la revista Science que en los cuatro meses de este año han tenido la cifra de candidatos para trasplante pediátrico que normalmente reciben en un año completo.
“Sí hay niños muy enfermos que han tenido que ser referidos para trasplante porque no tienen otra opción, pero no son la mayoría”, destacó.
Los especialistas indican que en este momento todavía se tienen muchas dudas porque apenas se tienen las primeras piezas del rompecabezas y hay vacíos a la hora de armarlo.
“En este momento hay más preguntas que respuestas, es un tema en constante evolución, por eso se sigue de cerca”, manifestó en un video divulgativo el médico mexicano Mauricio González, quien ha seguido de cerca esta evolución desde su trabajo en Estados Unidos.
No hay un vínculo entre los casos, solo dos menores de Reino Unido tuvieron contacto el uno con el otro. Los demás no tuvieron contacto e incluso, los que están en un mismo país, están en diferentes ciudades con varios kilómetros de distancia.
La característica común es la edad, aunque en Escocia se han visto casos aislados entre los siete y diez años. Según las últimas publicaciones científicas, en Reino Unido ninguno de ellos había sido vacunado contra la covid-19, porque en su mayoría aún no tienen edad para hacerlo. No obstante, en algunos sí se encontró una infección con este coronavirus, en muchos otros también se encontró una infección con otro grupo de virus llamado adenovirus.
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La primera fase de la investigación consiste en determinar si hay una causa común en estos casos. La hepatitis es una inflamación en el hígado que puede darse ya sea por una infección de virus o de bacteria, problemas inmunitarios o una intoxicación con alguna sustancia, por lo que muchas podrían ser las fuentes de origen de una enfermedad como estas.
La pregunta se da porque, según un reporte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) emitido este viernes, ya se descartó la que se tenía como primera opción: que ocurriera por los virus de hepatitis A, B, C o E. Ninguna muestra ha resultado positiva para estos patógenos.
El microbiólogo y divulgador científico español Ignacio López-Goñi indica que difícilmente pueda deberse a bacterias, porque la fiebre es más usual en estos casos y los menores no la presentan. Tampoco sería probable que sea por intoxicación, dado a que los casos se ven en varios países.
Este 14 de abril se publicó un reporte en la revista Eurosurveillance que da cuenta de los casos en Escocia. Esta revista recoge artículos científicos de prevención de enfermedades, epidemiología y seguimiento de enfermedades infecciosas. Los autores, liderados por Kimberly Marsh, del Sistema de Salud Pública de Escocia, indican que la causa más plausible, dado el comportamiento de la enfermedad es que sea un virus.
La hipótesis más fuerte hasta el momento es que se trate de un adenovirus, pues este fue encontrado en varias muestras de los menores. Se trata de un grupo de virus que normalmente causa diarrea, vómitos y síntomas parecidos al catarro. En casos muy excepcionales los adenovirus pueden causar una hepatitis fulminante.
Los nueve casos de Alabama, EE. UU., dieron positivo al adenovirus 41, un subtipo caracterizado por causar gastroenteritis.
López-Goñi coincidió que el adenovirus puede ser la hipótesis más certera.
“La mitad de los casos han dado positivo para el adenovirus”, apuntó.
“Se ha sugerido que podría tratarse de una nueva variante de adenovirus más agresiva. Otra posibilidad es que fuera un adenovirus común pero que ahora tuviera un impacto más grave en niños con un sistema inmunológico más debilitado”, señaló López-Goñi.
No es el único en pensar así.
“No es nuevo que un adenovirus se relacione con hepatitis”, resumió González.
“Hay una hipótesis muy inicial, pero aún no comprobada”, destacó, “y es que luego de dos años de pandemia y de más aislamiento, los pequeños no desarrollaran la exposición necesaria al ambiente y esto no les permitiera desarrollar las defensas necesarias contra estos patógenos, y ahora, al tener más movilidad, no supieran cómo reaccionar al entrar en contacto con el adenovirus, pero de nuevo, no es para generar alarma, esto debe estudiarse más y no está comprobado”.
El reporte en Eurosurveillance también indica que un adenovirus puede ser la principal causa, pero no la única: “un virus nuevo o no detectado no puede descartarse”.
Cristina Molera, hepatóloga y pediatra del Hospital Sant Joan de Deu, dijo a la cadena Antena 3 que la hipótesis de adenovirus se está investigando más a fondo, pero todavía no hay un origen certero.
“No tienes herramientas, tienes tu índice de sospecha (de la causa), pero no la certeza. Afortunadamente, hay varios grupos investigando a fondo”, destacó.
Sin embargo, el panorama también se complica, porque bien puede ser que algunos pacientes desarrollaran esta enfermedad por una vía (como el adenovirus) y otros por otra (como otro virus o una intoxicación alimentaria o problemas inmunes).
“Es importante que busquemos en todos los lugares posibles y no limitarnos a decir que se trata exclusivamente de una causa viral”, aseveró Jim McMenamin, epidemiólogo del Departamento de Infecciones del sistema de salud pública de Escocia en un artículo de la revista Science.
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Llamado a la calma
Los especialistas llaman a la calma e indican que, aunque se esperan nuevos casos y que varios de ellos requieran de hospitalización, estos no deben alarmar a la población.
“Es difícil transmitir tranquilidad, pero debemos hacerlo. En este momento todavía son pocos los casos y todos han sido tratados sin decesos”, recalcó Molera.
Lo bueno, según la especialista, es que se conocen los síntomas y los médicos están preparados para atenderlos.
Por su parte, John Campbell, profesor de Enfermería y divulgador científico, indicó que, aunque sí es algo que deba estudiarse a fondo por el misterio que todavía representa, debe esperarse a tener más información.
“Sí se han tenido niños en estado crítico, para que se haga un trasplante de hígado en algunos y se les someta a medicamentos inmunosupresores de por vida es porque no había otra opción, pero ellos son una minoría. Hasta el momento la mayoría lo han tratado sin necesidad de una medida tan fuerte y se han repuesto”, manifestó.
Karen Lars, del Departamento de Salud Pública de Alabama, es de la misma opinión: “ver niños con hepatitis severa si no tienen problemas de salud o factores de riesgo es muy raro, por eso debemos estudiarlo a fondo”.
Campbell dijo que no cree que haya vínculo con el SARS-CoV-2, la razón por la que algunos pacientes sí estaban infectados con este coronavirus es porque este circula muy activamente y es fácil infectarse con él. La vacuna ha sido descartada como causa, en su mayoría los niños no tenían edad para ser vacunados los pocos que sí estaban vacunados ya fueron descartados como evento adverso posvacunación.
La recomendación de estas personas es esperar a nuevos datos. Los padres de familia estén pendientes de los síntomas como dolor abdominal, vómitos, diarrea, piel y mucosas de color amarillento, comezón, coloración oscura de la orina y heces con poca pigmentación. Además, indican que las infecciones por adenovirus se previenen con un buen lavado de manos y de alimentos antes de comerlos o cocinarlos y con las mismas medidas de que se han utilizado contra covid-19.
“Aunque no conozcamos la causa, los médicos y pediatras llevan años de saber cómo tratar la hepatitis”, concluyó Molera.
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