San José (Redacción).
Simular la luz que ocurre naturalmente en los ciclos día-noche hace que los vegetales se preserven mejor.
A esta conclusión llegó un estudio hecho por la Universidad de Rice y la Universidad de California en Davis.
Una investigación previa había demostrado que las plantas utilizan sus relojes circadianos internos para defenderse de los insectos hambrientos: estas producen ciertos químicos horas antes del amanecer, que es cuando los insectos hambrientos comienzan a alimentarse.
“Algunos de estos productos químicos son metabolitos valiosos para la salud humana”, detalló la bióloga Janet Braam, autora principal de la investigación publicada en la revista Current Biology, quien considera que los alimentos pueden ser “persuadidos” para que produzcan más de ciertas sustancias.
Para ello, el equipo de investigadores simuló los ciclos día-noche de luz y oscuridad con el fin de controlar los relojes internos de frutas y verduras y logró “arrastrar” los relojes circadianos de repollos, espinacas, lechugas, calabacines, zanahorias, papas, arándanos y otros alimentos después de cosechados.
Los resultados sugieren que el almacenamiento de frutas y verduras en camiones oscuros, cajas y refrigeradoras puede reducir su capacidad para mantener los ciclos que les permiten producir los químicos que son beneficiosos para combatir insectos y, posiblemente, para la salud humana.
"Todavía no podemos decir si todas las condiciones de oscuridad o todas las de luz reducen la vida útil de frutas y verduras. Lo que sí hemos demostrado es que mantener el reloj interno de los alimentos es ventajoso para que puedan resistir insectos, y que también podría producir beneficios para la salud", dijo la bióloga.
"Es emocionante pensar que podemos ser capaces de aumentar los beneficios de nuestros productos, simplemente cambiando la forma en que almacenamos", dijo añadió Danielle Goodspeed, coautora del estudio.