A Christopher Zamora y Rosa Bolaños les diagnosticaron covid-19 en diferentes momentos: a él en marzo y a ella en agosto.
A ambos la enfermedad los mandó al hospital. Él estuvo en salón, ella llegó a cuidados intensivos. Él fue declarado como recuperado a mediados de abril, ella a mediados de agosto.
Pero meses después ninguno se siente así. Él dice estar cada vez mejor y llevar una vida más normal, pero no está como antes de la enfermedad. Ella, por su parte, en este momento es vista a nivel privado por su doctora de cabecera, pero también por especialistas en endocrinología, cardiología, neumología y dermatología. El cardiólogo le indicó que su corazón aumentó de tamaño.
“Yo puedo decir que me siento muchísimo mejor ahora y que ya hago una vida más normal, pero tampoco puedo decir que estoy al 100%, digamos que estoy como al 70%, voy lento, pero voy”, dijo Zamora, vecino de Quesada Durán, San José, quien tuvo sus primeros síntomas un 22 de marzo y fue declarado recuperado el 18 de abril.
Rosa dice que no ha vuelto a ser la misma: “me dijeron: ‘usted está recuperada’, en mi caso incluso hubo dos pruebas negativas. Estoy recuperada de la covid, ¿pero de lo demás?”
Su esposo, Marco Córdoba, complementa: “oímos todos los días que hay x cantidad de personas recuperadas, ¿pero cómo están esas personas? No lo sabemos. Muchos pueden estar como si nada les hubiera pasado, pero otros pueden pasar varias semanas y seguir sintiéndose mal”.
Desatención
Lo que más reprochan ambos es que desde el momento en que los declararon como recuperados, el sistema de salud no les ha dado seguimiento para saber cómo están. No tienen un número de teléfono al cual llamar, o un correo dónde escribir.
Acudir por citas de especialistas en centros de salud público tampoco es fácil.
“Somos un número realmente. Las cosas funcionan muy bien dentro del hospital y yo no tengo palabras para agradecer, pero una vez que uno se recupera pasa a ser un número de la lista de recuperados y nadie te pregunta cómo seguiste. Y uno puede estar sintiéndose muy mal, no es tan fácil buscar ayuda otra vez en la Caja (Caja Costarricense de Seguro Social), las cosas pueden tardar mucho”, dice Bolaños.
Para su esposo, falta mucho aún por decirle a los recuperados, especialmente a quienes estuvieron más graves, sobre cómo volver a la normalidad.
“A Rosa le dieron un aspirómetro al salir del hospital y ni siquiera le explicaron cómo usarlo. Cuando fue dónde el neumólogo (privado) le preguntó que si estaba haciendo los ejercicios del aspirómetro, nos quedamos asustados porque nunca le indicaron ejercicios. Y usted sabe que esas citas de especialistas no son baratas. Y no es solo la cita, son los exámenes y los medicamentos también”, señaló Córdoba.
Christopher Zamora dice que desde mayo pasado reclamó que no hubiera un programa de seguimiento para recuperados que aún arrastraban síntomas.
“Yo ya voy para seis meses y no estoy recuperado del todo. Me siento muchísimo mejor, pero no como antes. El asunto es que no hay un seguimiento”, destacó Zamora.
“Yo se lo dije hace rato al presidente (Carlos Alvarado) y al ministro (Daniel Salas) en un Facebook Live. Me dijeron que Macaya (Román Macaya, presidente ejecutivo de la CCSS) estaba con eso, pero yo todavía no veo por dónde pueda estar. Es necesario ese programa para recuperados que no se recuperan del todo”, agregó.
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