Una riña lo llevó a perder la mano izquierda y la ciencia médica lo ayudó a recuperarla, mediante una cirugía pionera en el país.
El miércoles 1.° de julio en la madrugada, un salvadoreño de 40 años, residente en Nicoya, Guanacaste, fue víctima de una agresión que le amputó la mano por completo, a la altura de la muñeca.
Fue enviado de emergencia al Hospital La Anexión, en Nicoya, y quien lo trasladó llevó la mano consigo.
El corte en una muñeca fue directo y recto, a diferencia de los vistos en accidentes laborales o de tránsito, que dañan piel, nervios, tendones y hueso. Esto fue una buena noticia para los especialistas, pues al ser más directo, era más fácil controlarlo y hacer la operación.
Los médicos contactaron al Hospital Calderón Guardia, donde hay especialistas en microcirugía de extremidades.
En Nicoya atendieron al paciente, limpiaron su herida, lo vendaron y le dieron antibiótico para evitar infecciones.
La mano se mantuvo en bolsas dentro de una nevera, a una temperatura menor a 5 °C y el paciente fue trasladado, vía aérea, al Calderón Guardia. Un equipo de microcirugía, cirugía reconstructiva y ortopedia lo atendió, con el propósito de recuperar la mano. Y lo logró.
“El paciente tuvo muy buen manejo en su atención en Guanacaste y la mano fue muy bien preservada. Eso, y el que el proceso se hiciera tan rápido, fueron parte del éxito”, manifestó Pablo Solís, cirujano reconstructivo que participó en el procedimiento.
Paso a paso. De acuerdo con Cristhian Castro, ortopedista en microcirugía de extremidades y quien coordinó la operación, el procedimiento tuvo una duración de nueve horas.
La técnica se hizo con la ayuda de un microscopio especial que amplifica hasta 40 veces el área por operar. Este instrumento fue vital, pues para suturar venas y arterias se requiere de hilos más finos que un cabello.
Una vez que el antebrazo y la mano del paciente estuvieron preparados, primero se unieron los huesos para darle firmeza y, posteriormente, tendones, nervios, venas, arterias y, finalmente, la piel.
“El paciente puede hacer algunos movimientos con la mano. La circulación sanguínea está bien. Ahora viene la recuperación con fisioterapia. Esto puede tomarle unos meses”, aseguró Castro.
Alcances. Procedimientos como este pueden llevar más allá a la medicina nacional. Por ejemplo, Castro confirmó que esta es la misma técnica utilizada en trasplantes de mano, procedimiento que solo se efectúa en países con una medicina más desarrollada.
“Un trasplante es más complejo, porque se requieren medicamentos para evitar el rechazo de una extremidad de otra persona. Es que no es lo mismo trasplantar un corazón o un hígado, que no se ven, a una mano. A una mujer no le puedo poner la mano de un hombre, tiene que tener características físicas muy parecidas”, comentó Castro.
Esto quiere decir que el país ya tiene el equipo y el conocimiento para realizar este tipo de trasplantes, pero son necesarias características específicas, tanto en el donante como en el paciente, para poder efectuarlo.El especialista sostuvo que este tipo de avances médicos podrán darse en la medicina costarricense si los profesionales tienen el debido tiempo para especializarse y, así, poner el conocimiento al servicio de los demás.
“Este tipo de cosas no se aprenden con dos horas de entrenamiento. La Caja Costarricense de Seguro Social y las universidades deberían procurar este tipo de espacios de capacitación y entrenamiento para que las personas puedan especializarse y hacer buen trabajo”, concluyó.