Los repelentes pueden ser una opción para defenderse del zika. No obstante, las autoridades de salud, médicos y farmacéuticos aseguran que esta no es la medida más efectiva para frenar el avance de la enfermedad en nuestro país, ya que nada sustituye la eliminación de criaderos del Aedes aegypti , el zancudo transmisor.
Ya sea en aerosol, aceite, loción o cápsulas que se colocan en las habitaciones, los repelentes tienen la misma función: alejar a los insectos durante algunas horas.
El repelente no mata a ningún tipo de mosquito. Los insectos se ven atraídos a picar a las personas por el olor de su piel, el repelente lo que hace es neutralizar ese olor o expeler otro aroma, para que los zancudos busquen otros sitios.
En cambio, destruir los criaderos, aunque tampoco mata el mosquito, sí evita que la hembra Aedes aegypti encuentre lugares para depositar los huevecillos y así ocurra la reproducción. Solo así se reducen las poblaciones de zancudos y, por ende, las posibilidades de que la gente se enferme.
“No quiere decir que sea malo ponerse repelente, pero si usted tiene su casa llena de criaderos y no los elimina, eso es tener un hotel cinco estrellas para el mosquito y, con eso, será más difícil controlar la enfermedad”, afirmó Daniel Salas, director a. i. de Vigilancia de la Salud del Ministerio de Salud.
Uso adecuado. Especialistas hacen un llamado a no exagerar en el uso de estos productos, especialmente en el caso de niños y de personas muy alérgicas.
“En los niños, se recomienda utilizar solo repelentes especiales para esta población o los que sus etiquetas indiquen que la concentración de DEET (ingrediente activo en la mayoría de repelentes) es menor al 10%. Lo mismo debe verse en personas muy alérgicas”, comentó el farmacéutico Rogelio Céspedes.
Si alguien muy alérgico abusa del repelente, podría presentar brotes en la piel y problemas respiratorios.
Otro aspecto vital, según el especialista, es que si toda la población se excede en el uso de repelentes durante un tiempo determinado, los insectos podrían volverse resistentes al producto y este dejaría de funcionar.
Finalmente, el médico general Gustavo Lizano coincidió con los otros entrevistados en que los repelentes son una buena medida, pero las personas no pueden atenerse solo a ellos, pues es necesario tener los hogares y jardines limpios de criaderos para mantener el zika controlado.