Una de cada diez personas que comienza su tratamiento antirretroviral contra el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH, causante del sida) no resiste a los primeros fármacos que usualmente se les dan a los pacientes (conocidos como "primera línea") y deben buscar opciones más fuertes.
Así concluye una investigación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Universidad Global de Londres (UCL).
Los resultados fueron publicados en la última edición de la revista The Lancet Infectous Diseases.
Esto preocupa a los especialistas, pues aunque sí hay suficientes líneas de fármacos para esa población, el que la resistencia crezca reduce las posibilidades de tratamiento.
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La resistencia a los medicamentos se da cuando el virus que los produce muta y se hace más fuerte, por lo que los fármacos que lo controlaban ya no funcionan y se requiere de otras alternativas.
"Los tratamientos contra el VIH han mejorado inmensamente en los últimos años. Cerca de 21 millones de personas alrededor del mundo son tratadas con este tipo de terapia. Sin embargo, para acabar con la epidemia mundial del sida no podemos menospreciar la resistencia. Debemos monitorearla y encontrar cómo mejorar los tratamientos de primera línea", señaló en un comunicado de prensa Ravindra Gupta, autora principal del informe.
Las conclusiones se derivan de un análisis de 358 bases de datos que incluyen a 56.044 adultos con VIH en 63 países que comenzaron su tratamiento entre 1996 y 2016.
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Los investigadores encontraron que la resistencia ha aumentado, especialmente a varios tratamientos de primera línea conocidos como Inhibidores de la Transcriptasa Inversa no Nucleósida (NNRTIs, por sus siglas en inglés). Estos bloquean la acción del virus para replicarse.
La mayoría de quienes mostraban resistencia habían sido expuestos anteriormente a drogas de este tipo.
El lugar donde menos funcionan estas drogas es en el sur de África, donde la resistencia llega a un 11,1%, seguido de 10,1% en el este de África, 9,4% en América Latina y 7,2% en el oeste y norte de África.
Al explorar el aumento en la resistencia, el estudio encontró que, entre el 2001 y el 2016, las posibilidades de resistencia en África, América Latina y Asia ha aumentado.
El incremento a la resistencia de NNRTIs fue mayor en en el este de África, donde el crecimiento fue de 29% por año, seguido del sur de dicho continente (23%).
Donde el crecimiento fue menor fue en Asia, con un 11% por año.
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Este problema es especialmente grave en quienes abandonan los fármacos. Pues la posibilidad de que el virus se haga más fuerte y no logre ser controlado con los medicamentos usuales es mayor.
Los especialistas advierten que si esta situación se mantiene puede resultar en 890.000 muertes por sida y 450.000 infecciones más antes del 2030 únicamente en África subsahariana.
Para contrarrestar este panorama, la primera medida que la OMS solicita a sus países miembros es llevar un control estricto de quienes presentan este tipo de resistencia.