La tasa de contagio de covid-19, que describe la velocidad con la que se transmite la enfermedad, cayó en los últimos siete días y el pico de esta nueva ola en el país podría registrarse dentro de dos o tres semanas, de acuerdo con el análisis de la Universidad Hispanoamericana (UH), difundido la mañana de este viernes.
El número se ubicó en 1,2, luego de estar en 1,43 una semana antes. Esto significa que, basado en los casos reportados de los últimos siete días, un grupo de 100 personas con el virus SARS-Cov-2, causante de la covid-19, infectaría a 120.
Este indicador, también llamado tasa R, da cuenta de la transmisión del virus en un determinado espacio de tiempo y lugar, en este caso, lo sucedido en Costa Rica entre el 16 y el 22 de enero. Este descenso puede representar una buena noticia, pero debe tomarse con cautela, pues siempre que el número sea superior a 1 implica que el ritmo de infección sigue creciendo y cada vez hay un grupo mayor de infectados; la baja quiere decir que el ritmo de incremento es más lento que el visto en el reporte anterior, pero los números siguen al alza.
Sin embargo, al ser una reducción que viene desde la semana anterior y que cada vez el descenso es más abrupto, podría indicar que el techo de esta ola pandémica está más cerca y, efectivamente, como varios especialistas han proyectado, esta sería de menor duración que las anteriores (al igual que lo sucedido en otros países).
“Se aprecia en efecto, que durante las tres semanas iniciales el aumento fue creciente, pero en las dos últimas sucede que, al contrario, la fuerza de ascenso va perdiendo empuje. De continuar esta tendencia, en dos o tres semanas es posible que la curva comience a bajar”, señaló el médico y epidemiólogo Ronald Evans, coordinador del informe.
“Esperaríamos que el descenso se produzca rápidamente, tal cual ha sido de rápido el ascenso”, añadió.
Esta rapidez de la ola se debería a la variante ómicron, dominante en el país. No obstante, debe tomarse en cuenta que la variante delta (menos contagiosa, pero con síntomas más agresivos) todavía sigue presente.
También hay otras variables que pueden complicar tener un número más certero de la tasa de contagio, pues con el crecimiento en la cifra de casos, los equipos de diagnóstico ya enfrentan una demanda sin precedentes y el tiempo para dar resultados se está demorando al menos cinco días, lo que puede afectar los análisis. Además, la debilidad en los síntomas en muchos casos hacen que las personas no vayan a hacerse la prueba, por lo que el subregistro puede ser mayor.
Asimismo, si los casos continúan creciendo se podría llegar a una escasez de pruebas que impacte el número de contagios reportado y con ello, en la velocidad de transmisión o tasa R que se registre. Por esta razón, otros analistas, como el matemático Tomás de Camino, recalcan que observar el comportamiento de las hospitalizaciones es más certero para medir el impacto de la pandemia con menos riesgo de imprecisión, especialmente en esta ola.
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Provincia por provincia
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El contagio no es igual en todo el país y cada provincia tiene su ritmo propio. Sin embargo, en todas los números bajaron, aunque, de la misma manera que la tasa general del país, las siete están por encima de 1 y las cifras de infectados siguen en ascenso.
Alajuela es la provincia con una mayor velocidad de transmisión: 1,27. Allí, 100 personas contagiarían a 127. Para dar una idea de lo que ha bajado la tasa R en el país, en el reporte hace una semana la provincia con menor índice tenía 1,26 (Guanacaste).
Le siguen San José, con 1,25, Cartago, con 1,2 y Heredia, con 1,19. En las costas se ve una velocidad de transmisión menor, Guanacaste tiene 1,11 y Limón 1,07.
El índice más bajo lo muestra Puntarenas, con 1,05. Allí 100 personas contagiarían a 105.
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En los cantones
El análisis por cantones se enfoca en revisar el riesgo de la cantidad de casos de covid-19, según la población de cada territorio. Se hace de esa forma porque el cálculo de la tasa de contagio no es factible en lugares con menos de 25.000 habitantes.
Se considera categoría de alto riesgo cuando hay más de 250 casos por millón de pobladores. En esta última semana, el comportamiento de 78 cantones (el 95% del país) lo ubica en esta categoría. Las tasas más altas se ven en Quepos (Puntarenas), con 1.997,1 casos por millón de habitantes, en Santa Ana (San José), con 1.612,8, y en Belén (Heredia), con 1.553,3. La población de estos lugares sí permite cálculo de tasa R y en todos es superior a 1: 1,04, 1,15 y 1,12, respectivamente, cifras altas, pero por debajo de la media nacional.
Hay un cantón en el que más bien el riesgo es muy bajo, ya que muestran tasas inferiores a 100 casos por millón de habitantes. Es Río Cuarto, en Alajuela, con una tasa de 61,9.
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Casos y hospitalizaciones al alza
La tasa de contagio indica la velocidad de transmisión y no necesariamente la cantidad de enfermos que se presentan en una semana, pero los números al alza se hacen evidentes desde la última semana de 2021. Estos últimos siete días el alza continuó.
El promedio de casos diarios aumentó de 3.777 a 4.869, es decir, 1.092 infectados más. Esto representa un crecimiento del 28,9%. Sin embargo, al compararlo con una semana atrás, este es un porcentaje mucho menor al 83,9% de la semana del 9 al 15 de enero y aún más del 358,3% registrado en el período del 2 al 8 de enero.
La tasa de incidencia de todo el país pasó de 71,5 por millón de habitantes a 943,1. Todas las provincias aumentaron sus tasas.
La provincia con mayores tasas es San José, con 1.107,7 casos por millón de habitantes; le sigue Heredia, con 1.069,5 casos por millón. Más abajo están Cartago, con 1.066,9 y Puntarenas, con 852.
Los índices más bajos se ven en Alajuela, con 779,7 casos por millón de habitantes, Limón, con 746,3 y Guanacaste, con 686.
Evans está preocupado por el aumento en hospitalizaciones y decesos: “el aumento de casos sigue presentándose de manera explosiva. En la semana en curso, ya está por encima de 6.000 enfermos y hay 119 pacientes en UCI, el total de internamientos también subió a 617 hospitalizaciones. Lentamente, el número de muertes comienza a aumentar nuevamente. No es tiempo de llamar al levantamiento de medidas, por más que la tasa R siga a la baja. Hacerlo significa más sufrimiento para la población”.
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